Por | Manuel Humberto Restrepo Dominguez
Una Fuga. De la fuga se encargó la Congresista Merlano, protegida de poderosos, condenada a 15 años de prisión, quien fue al odontólogo (inusual para presas y presos del país), y a la vista de todos se descolgó por la ventana de un segundo piso, se montó en una motocicleta y se fugó, por el mismo camino de los acusados en los escándalos de la Seguridad Democrática a cargo del jefe del partido de gobierno y reconocido presidente eterno, no interino.
Un matracazo. De hablar del matracazo se encargó el ministro de hacienda, cuestionado por múltiples hechos turbios relacionados con negocios personales de agua potable, que amenazó con que si no aprueban la ley de financiamiento del gobierno, ocurrirá “un matracazo” (sonido desesperante y repetitivo que termina siendo normal y aceptado) equivalente a la “hecatombe”, esperada por el presidente eterno para zarpar otra vez.
El nuevo No. Responde al regreso del usual No, inspirado por el presidente eterno y que el gobierno del sub se propone aprobar para impedir la protesta social y con generosidad permitirla los domingos, que después podrá prohibirse por efecto bíblico por ser día de guardar de los cristianos. Como se lo dijeron a la paz y lo repiten por las buenas, o como sea, con fugas, matanzas o matracazos, NO es No.
Interinos. La fórmula bipolar que parece diseñada por expertos de la maldad criolla, empezó contra Venezuela y se intenta repetir en Perú, que ya completó media docena de presidentes presos, en fuga o subjudice, con abultados prontuarios, Fujimori, Paniagua, Humala, Toledo, Alan García (Q.E.P.D) y Kuczynski. En Brasil, aunque no tiene dos presidentes, el Bolsonaro que gobierna tiene en la cárcel al Lula que debiera estar gobernando y trata de aprovechar las pasiones en alza para llamar a que respalden su propuesta de matar como cucarachas a los delincuentes –¿sus adversarios?- contando con garantías jurídicas; y, de paso, acabar con los derechos humanos que le impiden a la policía usar su máquina de matar y recibir merecidas condecoraciones. En Argentina los polos de Macri y Fernández, no tienen interinos, pero van hacia allá. En ecuador el presidente Lenin declara el estado de excepción por el temor al eco del presidente Correa que resuena en las calles.