Desde cuando el presidente Virgilio Barco en 1989 vino a Boyacá para inaugurar dos obras muy importantes, que fueron la Represa de la Copa, en Toca, y el hospital San Rafael En Tunja, ninguno otro de los presidentes siguientes había ido a este último municipio hasta ahora cuando el presidente Santos, quien faltando tres semanas para terminar su mandato, llegó el sábado 14 hasta la sede del Instituto Técnico Agrícola de esa localidad para firmar allí a Ley del Bicentenario de la Batalla de Boyacá y anunciar que los pueblos de la ruta Libertadora, son ahora patrimonio cultural de la Nación.
Las obras que hace 29 años inauguró el presidente Barco siguen inconclusas: la Represa de la Copa en realidad tiene capacidad para almacenar hasta 72millones de metros cúbicos de agua, pero se quedó en la cota que solo permite almacenar 58 millones, por la simple razón de que en todo este tiempo no ha sido posible gestionar el monto de los recursos, que siempre han faltado, para terminar la compra de los predios y permitir el llenado completo de la presa. Hay que recordar que esos 15 millones de metros cúbicos de capacidad que no se pueden utilizar, equivalen al aseguramiento del abastecimiento de agua potable para Tunja y para ciudades, aguas abajo, como Paipa y Duitama.
Lo mismo con el Hospital San Rafael, desde cuando fue inaugurado ya se decía que era necesario aumentar su número de camas para atender la demanda efectiva, pero eso no sucedió en este mismo tiempo, así que ahora el hospital incluso tiene menos camas que el día de su inauguración, ya que algunas áreas han tenido que ser dedicadas a la prestación de nuevos servicios y como nunca se ha hecho ningún tipo de ampliación, entonces se han sacrificado espacios de hospitalización.
Mientras tanto, Tunja, que debería tener un centro hospitalario de primer orden, ha tardado más de la mitad de los 29 años, tratando de financiar la construcción de un nuevo hospital que atienda los niveles básicos, sin que se haya logrado. Apenas ahora se dice que la obra del hospital local avanza en un 16%. A este paso es posible que la inauguración de un nuevo hospital de carácter público en esta capital se demore muchos años más.
Toda la historia anterior para decir que las peticiones que hizo el alcalde de Toca, Segundo Crisanto Ochoa Díaz, al presidente Santos hoy son las mismas que las que hizo el alcalde de esa localidad hace 29 años, que fue el primero por elección ppular: apoyo para el mejoramiento de la infraestructura escolar del municipio, la pavimentación de la vía Toca-Piapa; la rehabilitación de la carretera Toca Tunja, que apenas hace poco terminó de ser pavimentada, y que ya está vuelta a destruir en gran parte, y la construcción de distritos de riego, los cuales no han sido posibles a pesar de las promesas de gobernadores y parlamentarios en épocas de campaña.
En 29 años nada ha cambiado en cuanto a las necesidades que no ha sido posible satisfacer en todo este tiempo.