Los recursos se utilizarán para habilitar más Unidades de Cuidados Intensivos y reforzar el equipamiento del personal médico que atiende la emergencia.
Boyacá dejó de ser ajeno a la contingencia sanitaria del COVID-19. Hoy se registran seis casos en el departamento, advirtiendo que hay cerca de 90 casos por espera de respuesta.
Por eso, antes de que se desborde la situación, el Gobierno Departamental le apunta a reforzar de la mejor manera la infraestructura para la atención de los potenciales pacientes. Para ello se han asignado cinco mil millones de pesos con el fin de mejorar las condiciones en la atención del COVID-19.
Entre los diversos anuncios realizados desde la Secretaría de Salud de Boyacá están la entrega de la Unidad Materno Infantil, María Josefa Canelones, en el trayecto de esta semana. Este centro médico ha sido dotado con 50 camas hospitalarias, distribuidas en 15 para cuidado intensivo y 35 para hospitalización general.
También se espera que sea habilitado en el trayecto de esta semana, el Hospital Local de Tunja, que será dotado con 40 camas de hospitalización, reforzando la capacidad instalada en la ciudad.
En Duitama, al finalizar la semana se entregarán 17 camas nuevas para el Hospital Regional de Duitama de las cuales se destinarán cinco para unidades de cuidados intensivos y las 12 restantes para hospitalización general. Igualmente, la Clínica Boyacá anunció que en los próximos días pondrá a disposición cuatro unidades de cuidados intensivos y diez más para atención de hospitalización.
En la ‘ciudad del sol y del acero’, en un trabajo mancomunado con el Hospital Regional se apunta el aumento de la capacidad de hospitalización en 15 camas, y seis más para unidades de cuidados intensivos.
El Hospital Regional de Chiquinquirá se contará con 16 unidades de cuidados intensivos, mientras que municipios como Moniquirá contarán con tres y Soatá con cuatro.