Terminadas las fiestas, comienza el año electoral cuya primera prueba será de aquí al 11 de marzo, convertida en una frenética carrera donde cada palabra, cada acción, cada peso invertido, cada momento, pueden ser definitivos a la hora del resultado final en términos del partido y de la aspiración individual.
El primer reto es el de los partidos que, para el caso de Boyacá en número de doce inscritos, tienen que trabajar a fondo para alcanzar el umbral que garantice que su candidato con el mayor número de votos, o el primero en la lista, para el caso de lista cerrada, sea elegido; un candidato con excelente votación individual puede dar al traste con su aspiración, si el umbral no se alcanza, así que también es importante el trabajo en equipo.
Sobre los partidos también hay que decir que solo dos de los que están en esta contienda tienen alguna posibilidad de alcanzar dos curules: Cambio Radical y el Partido Liberal; ya no está el Partido Conservador que en el pasado no tenía ninguna dificultad para lograr tres o cuatro escaños en la Cámara y dos o tres en el Senado.
En cuanto a los candidatos de manera individual, siendo la mayoría de las listas de carácter abierto, cada uno tiene que hacer su mejor esfuerzo para lograr la mayor votación posible y ganar en su partido frente a sus otros cinco contrincantes; así que entre los 70 candidatos de los doce partidos inscritos, con solo seis posibilidades reales, la competencia es a fondo.
Sin embargo, la realidad impone ya condiciones, por eso lo que hay que ver es cuántos de los que disputarán cada curul tienen en realidad posibilidades, por lo que habría que evaluar el grupo de nombres que realmente estará en la disputa; así que empiécese por las mujeres cuyo total de inscritas alcanza las 26; de este número en realidad hay tres nombres con opción de lograr los votos suficientes para ser elegidas en las listas de Cámara; ellas son: Margarita Velásquez en el Partido Liberal y, de Cambio Radical, Nasly Cardoso y Constanza Ramírez Acevedo. Por otro lado, también es posible que Sandra Ortiz alcance un escaño en el Senado.
Las que pueden llegar al Congreso
El trabajo que ha hecho la actual parlamentaria Sandra Ortiz y su tenacidad dentro del Partido Verde para no dejarse sacar de la lista al Senado, pueden rendir los frutos esperados; ella cuenta con la experiencia de dos campañas pasadas muy duras en el departamento, mientras que en los últimos cuatro años, en el ejercicio de su representación, ha sabido encontrar los hilos del manejo político que ahora le tienen que conducir para consolidar su capital político en Boyacá y agregar la mayor votación posible en el resto del país para lograr la curul. En términos de números, la señora Ortiz deberá estar en Boyacá muy por encima de los 20 mil votos, y afuera lograr siquiera otros 10 mil para estar en los mínimos necesarios.
Ortiz, en las elecciones pasadas de 2010 y 2014, en las primeras llegó a 14 mil votos y hace cuatro años salió elegida con 9.862 votos. Sin embargo, el escenario de este momento es completamente distinto para ella y para su partido, así que todas las posibilidades están abiertas para el 11 de marzo.
Margarita, sin duda, va a canalizar buena parte de la llamada franja de opinión que siempre está en las principales ciudades y a la cual es difícil mover, pero que si esta se identifica con una figura que se aproxime a cumplir con sus expectativas, con seguridad propiciará una gran oportunidad; esta candidata se distingue porque no está vinculada con ningún factor de poder que pueda ser señalado en algún escándalo, y en cambio cuenta con el reconocimiento de su trabajo como periodista y lideresa de los derechos humanos y la equidad de género; su potencial está en los centros urbanos más importantes.
Nasly Cardoso, y Constanza Ramírez, en Cambio Radical, tendrán que hacer su mejor esfuerzo desde los dos frentes que cada una representa. Nasly aspira a canalizar el caudal conservador que siempre ha representado su esposo, el exsenador y excandidato a la gobernación, Juna Córdoba, a la vez que animar a distintos sectores de la comunidad boyacense donde valores como la familia y la tradición católica siguen siendo muy arraigados y se emparentan con las propuestas políticas que se presenten desde la perspectiva del conservatismo tradicional boyacense. Ya en el escenario de la contienda, en estos dos meses, habrá que ver cuál es su estrategia para convencer y definir el triunfo a su favor.
En cuanto a Constanza Ramírez, sin duda hay varios factores que le dan el peso necesario para ser seria aspirante a una importante votación en su partido y por tanto a ser la representante; para empezar, es una figura muy cercana a Germán Vargas Lleras, tiene el antecedente de su gestión como alcaldesa de Duitama que le permite asumir con entera propiedad los asuntos de la administración y, dada su condiciona familiar, puede decirse que su aspiración corresponde al honor y al deseo de servir, más que a cualquier cálculo económico personal. Adicional a esto está su gran capacidad de trabajo que ya la ha empleado para ir por gran parte del departamento, dando a conocer lo que piensa y haciendo los contactos que se requieren para una empresa como la obtención de la curul.
Los otros candidatos
Por el lado del resto de candidatos, las cosas se pueden definir con nombres que desde el principio son las cartas en cada lista, vistos, partido por partido, apenas la mitad de estos tienen la posibilidad real de lograr el umbral para garantizar la curul.
En el partido Verde; Wilmer Leal, como eje fundamental de la estrategia; en el Partido Liberal, Rodrigo Rojas, Carlos Julio Velandia y Miguel Ángel García, con toda la trayectoria para repetir votaciones que ya han conseguido en ejercicios pasados, sin descuidar la votación importante de Jairo Pacheco a la Asamblea en 2015; en estas condiciones y con un guarismo importante de Margarita Velásquez, pudiera ser que el Partido Liberal estuviera bordeando los dos escaños.
En el partido conservador, Humphrey Roa y José Alberto Moreno Villamil, tendrán la responsabilidad y el peso del Partido. Tal como lo dice Moreno, en carta publicada por este medio, el Partido Conservador sigue siendo el gran protagonista de la política boyacense que, a pesar de las dificultades, es actor de primer orden.
En cuanto a Cambio Radical, este sí que es el de los pesos pesados, siendo el más firme aspirante a obtener dos escaños en la Cámara. Es decir, CR, es el equivalente a la U hace cuatro años. Con estadísticas en mano, cada uno de los candidatos tiene peso específico: Fernando Flórez, el exalcalde de Tunja, Gustavo Puentes, el exparlamentario conservador; Pablo Sierra, el exparlamentario de la U; la exalcaldesa de Duitama Constanza Ramírez y Nasly Cardoso, a las que ya nos hemos referido. Entre estos candidatos se puede superar la cifra de 70 mil votos. Vale recordar que la U hace cuatro años alcanzó 75 mil votos; Cambio Radical no alcanzó el umbral, apenas tuvo 25 mil.
En la U, Jairo Castiblanco, y Cristóbal rodríguez, los dos parlamentarios de ese partido que están de nuevo en la aspiración y que los dos sumaron más de cuarenta mil votos en las elecciones pasadas, se supone que por lo menos, a pesar de las dificultades del partido, estarán en condiciones de lograr el umbral y estar cómodos con una curul.
En el Centro Democrático, Luis Eduardo rodríguez y Rafael Rojas y Héctor Ángel Ortiz, que se tiene confianza, esperan completar el umbral y estar en la disputa de la Curul. En el movimiento Mais, sin duda la figura es Pachón, aquí lo único que piensa todo el mundo es que el partido alcance el umbral y ya.
Los demás partidos y movimientos, en realidad tienen muy poca opción frente a la contundencia de las cifras de los ya descritos; sin embargo, este panorama implica otros análisis que no son complicados pero que muestran la dificultad de la actual campaña para todos, así que el que cometa el mínimo error, puede salirle demasiado caro.
Vistas así las cosas sería algo más de una docena de candidatos y tres candidatas los opcionados para las seis curules. Los partidos que tienen curul asegurada serían: Cambio Radical, el Partido Liberal y el Partido Verde; de ahí hacia abajo las otras tres curules quedan para la disputa de cuatro partidos, es decir que de entrada ya uno de los arriba mencionados se quedara sin representación, teniendo todos el umbral.
Quién o quiénes quedarán por fuera
¿Cuál sería el partido o partidos de los siete mencionados que quedarían fuera? Difícil saberlo, aunque se pueden hacer aproximaciones, bajo una salvedad inicial y es que por primera vez en el último siglo se diga que el Partido Conservador no tiene una curul fija, lo que parece imposible. De modo que la colectividad azul depende fundamentalmente de lo que puedan hacer Humphrey Roa y Moreno Villamil, quienes deben trabajar el doble para convencer a las bases del partido de que no tienen por qué moverse para otras toldas, que sigan en el Partido porque las glorias de antaño pueden volver. Esta no es una tarea fácil, cuando la incertidumbre hoy es casi total, ante la falta de fidelidades y lealtades que ya no son posibles ante divisas específicas. De manera que el partido Conservador podría ser el que quedara por fuera.
El umbral no estaría difícil para los siete partidos con posibilidad real. El histórico de la pasada votación de 2014 se dio sobre un potencial de 887 mil ciudadanos aptos para votar; para el actual momento, según la actualización del censo electoral a 30 de noviembre de 2017, se ubicó en 940 mil personas como potencial. Con estas cifras, el umbral para las elecciones de 2014 estuvo en un poco más de 29 mil votos y, si se mantiene la tendencia de una abstención sobre el 50%, con el nuevo potencial, el umbral estará sobre los 32 mil votos para el próximo 11 de marzo; así que no les será difícil a los siete partidos con opción, alcanzar esta cifra.
Como queda dicho, de estos siete, uno necesariamente queda por fuera y los seis restantes obtendrían de a una curul. Pero, si uno de estos obtiene 70 mil votos o más que, según las expectativas, podría ser Cambio Radical, o muy eventualmente el Partido Liberal, entonces, necesariamente queda por fuera otro partido. Visto desde otra perspectiva, en la simulación de una votación con un partido con más de 70 mil votos, los demás que aspiren a un escaño, deben estar con más de 35 mil votos para no quedar por fuera.
En la pasada elección con el resultado de la U, que garantizó las dos curules, los dos últimos partidos que entraron lo hicieron con más de 37 mil votos cada uno, que fueron Verde y Centro Democrático.
En el escenario de un partido con más de 70 mil votos, con dos curules aseguradas, quedarán por fuera dos de los siete partidos mencionados, donde cualquier cosa puede suceder; así que cada voto cuenta. Por eso cualquier error en estas elecciones será fatal.
Sencillo hacer el ejercicio; si un partido tiene dos escaños, y si están seguros, Cambio Radical, liberales y verdes con un representante cada uno, quedan al menos diez opciones para completar las seis curules.
Difícil, pero posible
Es posible que surjan decisiones distintas en importantes segmentos de opinión que optaran por alternativas en las demás fuerzas políticas que se presentan, donde el Polo Democrático tiene un antecedente importante: alcanzó una curul en la Asamblea hace catorce años, y más reciente, en las elecciones presidenciales de 2014 con Clara López, en la primera, vuelta esa colectividad alcanzó más de 80 mil votos, lo que quiere decir que hay una enorme franja que puede moverse hacia otras propuestas que podría ser esta, donde están figuras tan interesantes como Germán Suárez Bernal, un ingeniero boavitense que ya ha estado en el ejercicio de campaña tanto para la Cámara como para la Asamblea. O también, los electores podrían derivar en apoyos a fórmulas como la llamada lista de la Decencia, que encabeza Progresistas.
Que Boyacá no se quede sin Senado
Esta posibilidad es real. Para comenzar, el partido conservador el más tradicional en el departamento ya no tendrá ni siquiera candidato, gracias a las decisiones del actual senador Jorge Hernando Pedraza.
De ahí para abajo, tal como están los nombres y sus posibilidades, puede suceder que los votos que necesita uno, los tiene su contrincante en el mismo partido. Es así que los votos que requiere Rigoberto, en el Centro Democrático, los tiene Ciro Alejandro, y viceversa. Lo mismo sucede con Cambio Radical y con el Verde, donde David Castillo y Osman Roa López tendrán que disputarse los mismos votos, mientras Jorge Eduardo Londoño, muy a su pesar, tendrá que compartir los votos verdes con Sandra Ortiz.
En la Izquierda, tampoco las cosas van mejor; allí están Senén Niño, Pedro Pacanchique y Fabio Mariño, que representan corrientes muy distintas y que tendrán que hacer un gran esfuerzo en el orden nacional para acumular posibilidades de elección.
Y si la tendencia de 2014 se mantiene en la conducta de los electores boyacenses que prefirieron entregar su voto a nombres de afuera, las cosas para los de aquí se ponen peor; o, por el contrario, si ocurriera el milagro, con solo la mitad del potencial electoral del departamento que votara por los nombres locales se asegurarían casi todos, ya que en promedio habría 45 mil votos para cada uno.
Ahora bien, visto desde la orilla puramente pragmática, dados los antecedentes de figuras como Ciro Alejandro Ramírez, se podría decir que hay un importante margen de confianza para pensar en su elección.
Resulta que Ciro Alejandro salió elegido hace cuatro años como representante a la cámara con algo más de 12 mil votos que en su momento se interpretó como los últimos restos del capital político de su padre, el senador Ciro Ramírez, que sin duda se había consolidado como el gran cacique político del departamento, habiendo sido elegido tres veces senador de la República con votaciones muy significativas, siendo la última elección la de 2006, cuando obtuvo la mejor votación de su carrera con más de 62 mil votos.
Así que cumplido el primer periodo como Representante a la Cámara, Ciro Alejandro decidió que está listo para intentar llegar al senado por el mismo Centro Democrático, bajo la premisa de que se puede volver por los fueros de la historia de su padre, con una novedad muy importante en el proceso y es que el joven político hace cuatro años está casado con la hija de otro gran elector, el exsenador de cambio Radical, el antioqueño Humberto Builes, quien también, como Ciro Ramírez fue condenado por la Corte suprema por vínculos con el paramilitarismo. Ahora se dice que las fuerzas políticas que siempre ha querenciado Builes en su departamento estarían al servicio de Ramírez Cortés, lo cual sería el complemento ideal para reforzar el escenario que se supone hay en Boyacá, y es que el partido Conservador que se quedó sin candidato al Senado se sentiría muy cómodo votando por él.
En cuanto a Rigoberto Barón el hoy senador del Centro Democrático, no es fácil calcular su potencial en elección abierta ya que hace cuatro años, si bien es cierto el Centro Democrático obtuvo casi 50 mil votos para el senado en la lista, se supone que en su mayoría fueron por el atractivo del expresidente Uribe.
En todo caso, lo que sí tienen que hacer todos los candidatos al Senado por Boyacá es hacer una gran campaña porque el voto de los boyacenses sea para ellos. A la vez que los ciudadanos del departamento deben recordar que muy poco se saca del voto entregado a figuras de afuera, tal como se comprueba si se evalúa la actuación de quienes han sacado importantes votaciones en el departamento pero que por aquí no se les ha vuelto a ver en estos cuatro años.