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La celebración de la cultura campesina está en su punto máximo en Boyacá con el Festival Internacional de la Cultura Campesina, que este año llegó a su edición número 51. El evento, que rinde homenaje a las tradiciones, costumbres y saberes ancestrales de las comunidades rurales de Colombia y del mundo, busca exaltar el invaluable legado de los campesinos, reconociendo su rol vital no solo en la producción de alimentos, sino también en la preservación de la naturaleza y la identidad cultural del país.
El gobernador de Boyacá, Carlos Andrés Amaya, aseguró que esta edición busca modernizar la percepción del campesino colombiano. Según Amaya, muchas veces se asocia al campesino con el pasado, considerándolo una figura ajena a las transformaciones tecnológicas y sociales del país. Sin embargo, el mandatario subraya que “el campesino de hoy es un campesino que participa, toma decisiones y tiene una cultura propia, que debe ser visibilizada y celebrada en un evento de talla internacional”.
El Festival Internacional de la Cultura Campesina de Boyacá, que se extiende hasta el 17 de noviembre, no solo es un evento local, sino que ha sido diseñado para estar a la altura de grandes celebraciones nacionales como la Feria de las Flores de Medellín o el Carnaval de Barranquilla. “Este festival quiere poner en el mapa la cultura campesina de manera especial y elevarla a un nivel que permita reconocerla a nivel nacional e internacional”, afirmó Amaya.
Además de la música carranguera, que es uno de los pilares del festival, el evento contó con una amplia oferta de actividades que incluyen desfiles, conciertos, ferias artesanales, talleres gastronómicos y, por supuesto, el espacio “CosechArte”. Este último, ubicado en el lote al lado del estadio La Independencia, se convierte en el epicentro de la tradición artesanal y cultural campesina, ofreciendo a los asistentes la oportunidad de conocer y valorar el trabajo de los campesinos a través de la cosecha y el arte.
CosechArte: un homenaje al arte de sembrar
En el marco de “CosechArte”, los visitantes podrán adentrarse en la fascinante conexión entre los campesinos y su tierra. Para el gobernador Amaya, la cosecha no solo es un proceso productivo, sino también un acto artístico. “Los campesinos esculpen las montañas con sus manos, creando paisajes únicos con pequeños cultivos que preservan la biodiversidad y el equilibrio del entorno”, destacó. Este evento también pondrá en relieve las prácticas agrícolas sostenibles que definen la vida rural en Boyacá, un modelo basado en microfundios, donde se prioriza la calidad y no la cantidad.
El festival también tiene un mensaje claro: es esencial que los jóvenes del campo encuentren razones para quedarse y contribuir al desarrollo de sus comunidades. El gobernador hizo un llamado a la inversión en la agricultura y la dignificación de los campesinos, advirtiendo que, si no se apoya al campo, el futuro de Colombia podría estar en peligro. «Si no pensamos en que el campo tenga dignidad, si no invertimos en la permanencia de nuestros campesinos en el campo, este país no tendrá futuro», concluyó.
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