Un ambicioso proyecto, en el cual se hizo una inversión de 2700000000 de pesos, logró que las zonas rurales más aisladas de Puerto Boyacá cuenten con energía eléctrica. Más de 70 familias se benefician con este proyecto.
Los habitantes de las zonas más aisladas de Puerto de Boyacá venían pidiendo a gritos que se les suministrara el servicio de energía eléctrica. Y aunque ese anhelo se demoró en cumplirse, hoy pueden decir que es una realidad.
“Con la luz eléctrica, hay menos riesgo que, mis hijos sean atacados por algún animal”, comentó Luis Carlos López, un puertoboyacense beneficiado con este megaproyecto.
Sin embargo, llevar a cabo este proyecto no fue tarea sencilla. La alcaldía de Puerto Boyacá invirtió cerca de 2700000000 y luego la empresa UT Electroredes Boyacá tendió 27 kilómetros de redes de media y baja tensión.
“Ampliar la cobertura de este servicio permitirá a las poblaciones rurales aisladas mejorar de forma radical su calidad de vida. Usar un mechero o velas para iluminarse no es lo ideal, en cambio así podrán acceder a mejores herramientas para educarse, podrán refrigerar alimentos, vacunas o incluso medicamentos; además de poder emprender proyectos productivos que les permita forjar un mejor mañana”, aseguró el Alcalde de Puerto Boyacá, Óscar Fernando Botero Alzate.
La luz permitió ver a los que no creían, a los que señalaban al mandatario local de usar el tema del abastecimiento de energía eléctrica en zonas rurales como un discurso o como simple y pura demagogia.
Pero Botero Alzate no se dejó intimidar, tenía una obsesión con cumplirle a las familias que habitan en las zonas rurales. No fue por simple capricho que la administración de Botero emprendió este proyecto, en parte, su motivación fue garantizar el cumplimiento del objetivo de Desarrollo sostenible de Naciones Unidas, referente al derecho y las oportunidades que tiene la ciudadanía de gozar de este servicio.
El fluido eléctrico no solo traerá oportunidades a los pobladores de las zonas rurales, también les asegurará vivir más tranquilos. “Después de que una vecina hace poco fue mordida por una culebra, cuando caminaba de noche por el patio de su casa para ir al baño, comencé a vivir con el temor que algún animal les hiciera daño a mis hijos. En pocas palabras, la oscuridad comenzó a convertirse en un peligro para los muchachos. Pero ahora, con la luz eléctrica, hay menos riesgo de que mis hijos sean atacados por algún animal. Ya podemos ver mejor por dónde caminamos”, señaló Luis Carlos López.
La entrega de las redes eléctricas se hizo en la vereda La Fe, lugar donde aproximadamente 100 familias agricultoras se dedican al cultivo de limones, aguacates, yuca, plátano, papaya, y principalmente cacao.
