Así lo dio a conocer el profesor Hernando Gaitán Duarte, del Instituto de Investigaciones Clínicas de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), tras reuniones adelantadas con el Ministerio de Salud y Protección Social (Minsalud) y científicos japoneses, quienes trabajan en el protocolo de investigación de la infección por Mpox (viruela del mono o símica). La UNAL conducirá el estudio clínico.
Por | Agencia de Noticias UN
Se contempla que las 25.000 dosis que Colombia recibirá de Japón en las próximas semanas sean administradas bajo un esquema de vacunación de una dosis inyectable que contiene material genético del virus; así se busca desencadenar una respuesta inmune en quienes la reciban y evitar las afecciones que este ocasiona, como infecciones secundarias, bronconeumonía, encefalitis e infección de la córnea.
El médico infectólogo Carlos Álvarez, profesor de la Facultad de Medicina de la UNAL y coordinador nacional de estudios sobre el COVID-19, reitera que “aún se desconoce el tiempo de protección y otra información que es importante saber, y es precisamente lo que se piensa en Colombia con estos estudios”.
La vacuna LC16 es de la empresa japonesa KM Biologics y fue desarrollada en cooperación entre la industria, la academia y el Gobierno del Japón. Esta es una de las tres disponibles y recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la prevención de la infección por Mpox de origen zoonótico que se transmite principalmente por contacto –directo o indirecto– con sangre, fluidos corporales y lesiones de la piel.
Vale aclarar que aunque dichas vacunas no se diseñaron especialmente para esta enfermedad contagiosa, sino para la viruela humana, se han ajustado para atenuar la virulencia en este caso específico.
El profesor Álvarez aclara que “hasta ahora se está conociendo la información sobre el comportamiento de las vacunas, y por eso es necesario hacerlo mediante procesos de investigación”.
¿Cómo va el protocolo de investigación?
Esta semana se reunieron investigadores de la UNAL, de Minsalud Colombia, del Ministerio de Salud y Bienestar de Japón y del Instituto Nacional Japonés de Enfermedades Infecciosas para definir ajustes de la estrategia de implementación del programa de vacunación.
En las reuniones se abordaron temas del protocolo de investigación y los aspectos técnicos que conlleva el manejo de la vacuna, su aplicación y el registro de la información que resulta clave para determinar su seguridad y eficacia.
Según recomendaciones de la OMS, en situaciones de pandemia o de brotes epidémicos como ocurre en este caso, dichos planes y estudios clínicos se deben hacer para implementar las respectivas estrategias ya sea de tratamientos o vacunas, y que los Gobiernos de todo el mundo puedan sacar conclusiones sobre su uso.
“Los investigadores japoneses están de acuerdo con los temas que hemos venido trabajando y están pendientes del cumplimiento de los requisitos que establecen las entidades nacionales e internacionales para que el programa se desarrolle con eficacia”, asegura el profesor Gaitán.
También reitera que los estándares éticos y profesionales que se tienen son altos y contemplan el respeto a los derechos de los pacientes mediante el cumplimiento de las normas internacionales para este tipo de estudios, que aseguran que el proceso se desarrolle con los más altos estándares de calidad.
“Se ha diseñado un estudio controlado aleatorizado abierto secuencial ensamblado en el programa de aplicación de la vacuna, que permite evaluar sus beneficios y determinar de manera estricta su seguridad y eficacia”.
Por el momento, los expertos indican que seguirán trabajando en conjunto como se ha hecho hasta el momento, para brindar la solución más segura y oportuna a este virus, en caso de presentarse un segundo rebrote.