Por: Fernando Reina Gaviria, Abogado, Diplomado en oratoria y liderazgo para el desarrollo social.
El nerviosismo se ha apoderado de quienes han estado muy acomodados, cuando se habla de promoción social para las nuevas generaciones. Motivos hay muchos: Cuando se propone variar del doce al cuatro por ciento los aportes a salud que debe pagar el pensionado que percibe de uno a cuatro salarios mínimos, o cuando se reclama una justa remuneración por el trabajo en horario nocturno que comience, a partir de las 6 p.m., no a las 10 p.m., por cuanto el trabajador ha de devengar los correspondientes recargos sin torcerle el cuello a la lógica, es decir al Derecho, en horario nocturno, de 6 p.m. a 6 a.m., conforme a lo establecido de vieja data y que vino a modificar la administración de turno en el 2002, con la Ley 789.
Con ocasión del proyecto de Ley presentado a su consideración para instaurar la remuneración del recargo por trabajo nocturno, en horario de ocho de la noche a seis de la mañana, la Comisión séptima del Senado de la República, para decidir al respecto, como sofisma de distracción, pidió concepto al Ministerio de Comercio en vez de hacerlo a la Cartera del Trabajo o a la O I T. Finalmente resolvió declarar que el recargo por trabajo en horario nocturno se pague a partir de las nueve de la noche, lo cual deberá ocurrir a partir de la entrada en vigencia de la nueva Ley que se expida, una vez sancionada por el Presidente de la República.
Por su parte el Ministerio de Comercio rompió sus vestiduras en defensa del Establecimiento, de FENALCO y otros gremios, a sabiendas de que su labor ministerial es la de poner su visión macroeconómica al servicio del país, no de unos pocos. Además, los grandes empresarios están siendo favorecidos con la baja de intereses que ha venido efectuando el Banco de la República. Tampoco han de hacer onerosas erogaciones para mantenimiento del conflicto como debieron hacerlo en el pasado reciente.
A la vez hemos de anotar que el valor tanto de los salarios como de los recargos causados a favor del trabajador, debe inventariarse como parte del PIB, puesto que este nunca se queda con lo devengado. El obrero sale a mercar activando comercio, industria, hotelería, cervecería, -no puede faltar, además con aquiescencia de la Corte Constitucional, siempre y cuando no se pongan en riesgo la seguridad y el orden en el establecimiento-.
Con la remuneración por labores en horario nocturno y extra nocturno y demás ahorros han de estimularse en pro del crecimiento económico del pueblo trabajador y por ende, de la economía nacional al generar bienestar para el operario, propiciando el surgimiento de nuevos emprendedores, para contribuir a la efectividad del posconflicto. Colombia lo merece. ¿O cambiamos para que todo siga igual?
Finalmente, recortarle derechos al trabajador, es regresión que desincentiva la productividad, y, demostrado está, no tiene incidencia alguna en el manejo de la informalidad y menos con la generación de nuevos puestos de trabajo.