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El ingeniero civil, oriundo de Moniquirá, fue gerente de la empresa durante los años 1991 y 1992. Durante su gestión se impulsó la interconexión con Casanare y se adelantaron obras de electrificación pueblos y sectores rurales de Boyacá.
En una ceremonia privada en el norte de Bogotá, a la que solamente asistieron sus familiares y amigos muy cercanos, se realizó el sepelio de Édgar Aristides Olarte Reyes, gerente de la Empresa de Energía de Boyacá entre 1991 y 1992 cuando esa entidad estaba en su esplendor y gozaba de prestigio ante la comunidad.
Olarte Reyes era ingeniero civil y había nacido en Moniquirá el 20 de febrero de 1951. Durante sus últimos años vivió en Bogotá aunque con frecuencia viajaba a Villa de Leyva, en donde tuvo su casa de descanso.
De la labor adelantada por Olarte, reconocido por su cercanía con el sector político que lideraba Jorge Perico Cárdenas, se recuerda que fue un gerente que impulsó la interconexión con Casanare . Durante su gerencia también fueron frecuentes las obras de electrificación de los pueblos de Boyacá y de zonas rurales apartadas, lo que ahora nunca ocurre pues para la empresa actual no es rentable llevar el servicio a zonas apartadas en donde hay pocos usuarios.
Orlando Flechas Corredor, quien fue gerente de la Empresa de Energía de Boyacá en dos periodos, recuerda que las utilidades de la empresa se destinaban a proyectos de electrificación de zonas rurales. Hoy las utilidades de la empresa se van para Canadá.
La Empresa de Energía de Boyacá, que presta el servicio a los sectores residencial, comercial e industrial en Boyacá y que era de propiedad el Ministerio de Hacienda, fue vendida en el 2011 a un fondo de inversiones por una cifra cercana a los 807.677 millones de pesos.
Hace cinco años ese fondo de inversiones le vendió la empresa por $2.66 billones a la firma canadiense Northland Power Inc, que se quedó con el 99% de las acciones.
En 1991 y 1992 cuando Olarte fue gerente, la empresa tenía carácter de industrial y comercial del Estado y sus tarifas a los usuarios no eran onerosas, al contrario de lo que ocurre ahora cuando el servicio que presta a los boyacenses está entre los más caros del país.
La Empresa de Energía de Boyacá comenzó su declive en 1993 cuando la gerencia fue asumida por Numa Pompilio Cortés Fonseca, pues en esa época fue firmado un contrato para la construcción de la IV Unidad de Termopaipa, que la EBSA respaldaba.
Ese contrato causó la pérdida de millones de dólares a la Nación y, al final, ese pasivo generó que la Empresa de Energía sufriera una escisión en el que la comercialización de energía quedó en manos de la Empresa de Energía de Boyacá y las tres plantas generadoras de Termopaipa fueron entregadas a Gensa, de Manizales, para su administración.
Cuando fue nombrado como gerente de la Empresa de Energía de Boyacá, Olarte Reyes venía de trabajar como directivo del Instituto de Energía Eléctrica, ICEL.
Durante la década del setenta la empresa realizó un plan de extensión por medio de créditos del Instituto Colombiano de Energía Eléctrica (ICEL) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), enfocados principalmente a la construcción de líneas de subtransmisión y ampliación de su capacidad de transformación.
Entre ellas se encuentran la línea Paipa-Belencito a 66.000 kilovatios y la línea de 115 kilovatios de interconexión con el norte y centro del departamento.
Durante este período ocuparon la gerencia de la Electrificadora de Boyacá S.A. los ingenieros Alfonso Muñoz Alvarado, Ricardo Vanegas, Jaime González Zuleta, Álvaro Herrera Fernández, Francisco Duque Martínez, José Montejo Leal, Antonio Suárez Niño, Orlando Flechas Corredor, Víctor Buitrago Gómez y Édgar Olarte Reyes.
