Por |Olmedo Vargas Hernández[1]
Con el lema “Juntos por una Iberoamérica justa y sostenible”, la semana pasada, el 24 y 25 de marzo de 2023, se realizó en Santo Domingo, República Dominicana, la XXVIII Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y de Gobierno.
Hacen parte de ella 22 países: 19 de las Américas y el Caribe, y tres de la Península Ibérica, al sur de Europa: Portugal, España y Andorra. Las Cumbres son el epicentro del Sistema Iberoamericano, una remembranza nostálgica del vínculo entre los imperios monárquicos –hoy venidos a menos- y sus excolonias americanas.
La Primera Reunión de Jefes de Estado y de Gobierno se realizó en la ciudad de Guadalajara, México, en julio de 1991. Desde entonces, la Cumbre se reunió cada año hasta 2016, cuando en Cartagena de Indias, Colombia, la XXV Cumbre acordó reunirse cada dos años. Por precauciones ante la pandemia del Covid-19, en 2021 se realizó virtualmente la XXVII Cumbre, con sede en Andorra.
Además, la Cumbre Iberoamericana se apoya en grupo de países asociados: europeos, Bélgica, Francia, Italia y países Bajos (Holanda); asiáticos, Japón y Filipinas, y; Marruecos – África y Haití – el Caribe. También existe un grupo de instituciones multilaterales en calidad de observadores consultivos: del sistema de Naciones Unidas: FAO, OIM, OIT, OPS, PMA, PNUD PNUMA; de cooperación interamericana: ALADI, BID, CEPAL, CAF, FLACSO, SELA y; la OCDE.
Las Cumbres Iberoamericanas no tienen la formalidad de otros espacios como las Cumbres de las Américas, del Sistema Interamericano, en las que además del GRIC- Grupo de Revisión de la implementación de Cumbres, funciona la Secretaría de Cumbres de las Américas y el GTCC – Grupo de Trabajo Conjunto de Cumbres del cual hacen parte organismos multilaterales como Banco Mundial, FMI, BID, OCDE, encargado de definir los lineamientos y el contenido temático de cada ámbito a tratar y acordar. La Secretaría Iberoamericana, con sede en Madrid constituye el eje del sistema y es quien coordina y dirige la organización de las Cumbres.
Pero a semejanza de las Cumbres de las Américas, las Cumbres Iberoamericanas de Jefes y Jefas de Estado y de Gobierno, se han venido a menos, se han convertido en escenarios intrascendentes, no obstante, la importancia de los temas y la prioridad que se les otorga en cada Conferencia. En parte, ello explica que a la reciente Cumbre de Santo Domingo, no hubieran concurrido los presidentes de los dos países más grandes de la región, Brasil -Luís Inácio Lula da Silva y Andrés Manuel López Obrador de México; tampoco asistieron, Nicolás Maduro- Venezuela, del Perú – Dina Boluarte, y los presidentes centroamericanos, Laurentino Cortizo – Panamá, Alejandro Giammattei – Guatemala, Nayib Bukele – El Salvador, y Daniel Ortega- Nicaragua. Todos, países muy significativos en el rumbo de América latina.
De la misma manera que el Presidente Biden no encontró el ambiente ni la capacidad para jalar la posición latinoamericana hacia su intención Monocéntrico Imperial, en la pasada IX Cumbre de los Ángeles, así también Felipe VI de España y su adlátere Joseph Borrell – el empresario de la guerra y aliado de la OTAN en Europa, no tuvo la capacidad para provocar un salto estratégico del Sistema Iberoamericano hacia el desarrollo con paz y bienestar, porque insistieron en llamar a Latinoamérica para integrar el bloque OTAN-USA-UE en el conflicto Rusia-Ucrania. Por eso, sólo dejó una aguerrida declaración de los monopolios españoles acompañados por sus sucursales empresariales en el Caribe, clamando por la libre empresa y la libertad plena para sus inversiones, amparadas en la seguridad y todo el apoyo financiero de los Estados mediante las flamantes alianzas público-privadas. Una punta de lanza del armamentismo promovido por Borrell y el Presidente de gobierno español Sánchez, fue estimular la invasión de fuerzas multinacionales a Haití.
En la plenaria de jefes de Estado –el día 25- el Presidente Gustavo Petro de Colombia, al enunciar una solución pacífica, al deterioro político, económico y social de Haití, reconoció el papel dañino de fuerzas mercenarias colombianas al asesinar al Presidente Moïse y acelerar la crisis haitiana. A su propuesta se sumaron los gobiernos de Salvador, Honduras y Argentina y algunos otros quienes coinciden en la ayuda a la autodeterminación del pueblo haitiano. España, Perú, Ecuador y otros junto a España se inclinaron por la invasión y la fuerza.
Contrario a las desabridas declaraciones aprobadas, en el ambiente de jefes de Estado afloró el optimismo por los alcances que tendrán, primero, la reunión de la Unión Europea –UE, con la CELAC –Comunidad de Estados Latinoamericanos y caribeños- a realizarse en Bruselas en julio próximo; así también la Presidencia del G-20 que será asumida por Lula da Silva –Brasil- en 2024 y en la cual se tratará sobre la reforma al Banco Mundial y la nueva arquitectura financiera mundial.
Luego de escuchar la propuesta de las quince ámbitos u oportunidades que planteó la CEPAL, para estimular el crecimiento, la colaboración y el desarrollo sostenible, al finalizar la plenaria, los jefes de Estado aprobaron tres declaraciones relativas a:
. La Carta Medioambiental Iberoamericana para enfrentar los desafíos del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación, mediante lineamientos que orienten normativas y políticas públicas medioambientales.
. Los Principios y Derechos Digitales Iberoamericana, establecen pautas para cerrar brechas digitales, mediante políticas digitales incluyentes.
. Elevar la Seguridad Alimentaria a la condición de carta estratégica, basada en el apoyo financiero a la agricultura familiar, el desarrollo de cadenas de suministro, su dotación digital, y transformar los sistemas agroalimentarios para aumentar el comercio intrarregional.
. La cuarta estrategia, relativa a la Arquitectura Financiera Internacional, que busca avanzar hacia un sistema financiero internacional más justo, inclusivo y flexible, que facilite la recuperación post pandemia, la transición energética, la adaptación climática y la lucha contra la desigualdad, no llegó a buen término, pues España, Portugal, Andorra y otros gobiernos no le dieron la importancia que merece.
Así como llegaron, así partieron, los mandatarios íberos y latinoamericanos. La Cumbre Iberoamericana fue otro canto a la bandera, y un escenario que evidenció la amplia y profunda conflictividad política que existe entre los gobiernos y países del continente, mientras los socios europeos se fueron con las manos vacías al no lograr fortalecer el bloque USA – OTAN – Unión Europea y la economía de guerra que hoy jalona la reactivación del capital mundial, mientras se abren profundas grietas por la crisis del sistema bancario y financiero mundial, de lo cual, nadie habló en mustio silencio.
Tunja, 26 de marzo de 2023.
[1] Olmedo Vargas Hernández. PhD y Post Doctor en Economía, Ms, en Relaciones Económicas y Políticas Internacionales. Fue Rector de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia – UPTC y, Director del Instituto de Investigación y Desarrollo Pedagógico-IDEP.