Por | Guillermo Velásquez Forero / El Púlpito del Diablo
Colombia es el país más desigual del mundo, como ya es noticia en el mundo entero, según lo revelan los estudios socio-económicos del Banco Mundial, recientemente publicados desde Washington. Eso significa que es, el primero en el mundo, en cultivar la injusticia social, donde la acumulación de riqueza es cada vez mayor en manos de una minoría insignificante, inhumana, ladrona y violenta; y, como fruto de ese capitalismo salvaje y depredador, tiene un alto y acelerado crecimiento de la pobreza y la miseria para ser repartida en forma muy democrática entre la mayoría que son los desheredados, sin derechos, excluidos, abandonados y huérfanos del mundo.
Y aunque esté apestado por la pandemia y la crisis económica, el capitalismo vampiro sigue haciendo lo único que sabe hacer: desangrar los pueblos y producir millones de pobres y miserables, para enriquecer cada vez más -hasta el vómito, el delirio y la demencia-, a los ricos. Según el estudio citado, durante lo que va de la pandemia de Covid19, en Colombia surgieron tres millones de pobres y miserables nuevos y flamantes, para estrenar. Este último aporte a la desgracia y la ruina de los colombianos, es uno de los mayores éxitos que ha alcanzado el gobierno de ultraderecha, corrupto y asesino de Uribe Duque. Pero la prensa lameculos y sicaria del gobierno, omite y oculta esta información.
La desigualdad en Colombia se vive cada día y se padece como un cáncer incurable, fomentado por las políticas y leyes ladronas y criminales impuestas por la derecha que domina al país; y se reflejan, según el informe, no sólo en lo económico -los bajos ingresos-, sino en todos los ámbitos de la mala vida, en las esferas educativa, laboral, política, social y cultural. Es decir, que el atropello contra la dignidad, el bienestar y la vida de los colombianos es integral y transversal.
Y aunque parezca increíble, el Banco Mundial, que funciona como el banco de sangre de Drácula y su equipo internacional de vampiros, se atreve, desde la capital financiera y centro de la política imperial del mundo, a hacerles recomendaciones a los necios y pésimos gobernantes de Colombia, sobre lo que tienen qué hacer para combatir la desigualdad: mejoramiento del nivel de ingresos de los trabajadores, acceso a la educación de calidad, ingreso al mercado laboral calificado, protección del medio ambiente amenazado por la crisis climática del planeta, entre otros. Esto implicaría crear, establecer y aplicar políticas de desarrollo humano; transformar la forma de ver, entender y resolver los conflictos sociales, políticos y económicos; priorizar la vida, la dignidad y el bienestar de la gente por encima del interés individual, egoísta y devastador del capitalismo que nos exprime y devora. Esta propuesta del enemigo para favorecer a sus víctimas, no parece una utopía sino un discurso embustero de campaña política de la ultraderecha colombiana que se avecina para las elecciones del 2022.
Aunque EL DIARIO dice que no es responsable de la opinión de sus columnistas, por respeto con sus lectores, debe suspender a los deslenguado como este CHAFAROTE Guillermo Velázquez Forero, que tiene vocabulario de gañán e ignorancia supina.
Esto no parece una columna, parece una carta de terapia para sacar su rabia. El periodista debería ir más allá, proponer mejoras y alimentar la esperanza.
Si bien hay algunos aspectos de este escrito que obedecen a una realidad, aporta poco a enfocar soluciones, además se emplea un lenguaje que adolece de respeto a personas, entidades y no recuerda que este medio es público, que se requiere dejar un mensaje positivo a quienes lo leen para que se motive a asumir retos y tener un mejor país.