El lado oscuro del trabajo remoto durante la pandemia: el auge de la obesidad por sedentarismo

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La pandemia ha exacerbado un problema que ya representaba un grave riesgo sanitario a nivel mundial: la obesidad. Durante los meses de confinamiento se produjo una gigantesca reducción colectiva de actividad física, no solo referida al entrenamiento especializado, sino también a todas las formas de movimiento en general. Esto condujo a un alarmante crecimiento de los niveles de sobrepeso y obesidad en la población.

Frente a este escenario, muchas personas encontraron alternativas para compensar la restricción de movilidad realizando sesiones de entrenamiento desde casa. Los entrenadores han implementado nuevas vías para llegar a sus clientes, como el uso de plataformas para la transmisión de clases en vivo o un editor de videos para producir contenido digital. Sin embargo, la mayor parte de la población terminó por caer en el círculo vicioso de la obesidad.

Trabajo remoto, estrés y obesidad en ascenso
Los cambios anímicos afectan la forma en la cual se relacionan las personas con la comida. Nutricionistas refieren que durante la “Era Covid” se ha incrementado el conocido patrón de “hambre emocional”, el cual impulsa a un individuo a comer desmesuradamente alimentos de baja calidad biológica (La Vanguardia.com, 2021).

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El estrés, otra de las experiencias más reportadas a raíz de la pandemia, produce un aumento crónico de cortisol en el organismo, factor relacionado directamente con una mayor acumulación de grasa corporal. Por si fuese poco, esto despierta voracidad por los carbohidratos y promueve significativamente la obesidad. Solamente en Chile, el 44% de los ciudadanos reportaron aumentar de peso durante los meses de cuarentena (Clinicaalemana.cl, 2021).

Un estudio de la Academia Americana de Psiquiatría reveló que aproximadamente un 61% de los ciudadanos aumentaron de peso, otro 67% revela problemas de sueño y un 53% adquirió hábitos más sedentarios (Infobae.com, 2021).

El factor económico de la obesidad durante el confinamiento

La pandemia tocó sensiblemente el bolsillo de los ciudadanos y esto guarda relación con la calidad de los alimentos que se consumen. Los productos altamente procesados —cargados de calorías y nutricionalmente vacíos— son notablemente más económicos que la “comida real”. Lamentablemente, esta realidad constituye una de las causas menos visibles del incremento de los índices de obesidad y ha sido esta modificación de la dieta una de sus principales causas los últimos meses.

Los niños que viven en condiciones económicas desfavorables tienen un riesgo dos veces mayor de desarrollar obesidad que aquellos que crecen en hogares con mejores ingresos (bmj.com, 2021).

Escuela a distancia y obesidad infantil

Si ya era alarmante el continuo ascenso de los índices de obesidad en niños y adolescentes antes de la pandemia, las clases a distancia han dificultado las estrategias para mitigarla. Los niños están creciendo en ambientes obesogénicos, expuestos a dietas menos saludables durante los últimos meses y con hábitos cada vez más sedentarios.
El problema de la obesidad infantil se ha incrementado con la pandemia y las actuales circunstancias limitan las acciones que deben tomarse para contrarrestarla (E-cep.org/journal, 2020).

Teletrabajo, sedentarismo y salud cardiovascular


La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda al menos 150 minutos a la semana de actividad física moderada para adultos y adultos mayores. En el caso de los niños y jóvenes, este número se incrementa a 60 minutos diarios de actividad moderada a vigorosa (Cardiosalud.org, 2021). El confinamiento ha dificultado en gran medida alcanzar estos niveles mínimos de movilidad.
Desde hace años es conocido el efecto que tiene el sedentarismo en el aumento de riesgo a desarrollar condiciones como hipertensión arterial, colesterol elevado en sangre y diabetes tipo 2. Sin embargo, en los últimos años se han sumado otros elementos como la resistencia a la insulina, el síndrome metabólico e incluso el incremento de riesgo de padecer algunos tipos de cáncer.

Ahora bien, eunque el trabajo a distancia ha ayudado a paliar los efectos económicos de la pandemia, también ha conducido a la población a estilos de vida altamente perjudiciales para la salud.

Oficina en casa y el incremento de la obesidad

El teletrabajo ha propiciado una reducción de la actividad física general, además de favorecer una mayor ingesta calórica diaria y aumentar los trastornos del sueño. Un estudio de la Sociedad Española de Estudio de la Obesidad reveló que el 44% de los españoles aumentaron de peso durante los primeros 6 meses del 2020 (Fedesp.es, 2021).

La vicepresidenta de la Sociedad Española de Medicina Interna, Juana Carretero, afirmó: “El teletrabajo será beneficioso para la economía, pero no para la salud”. Los riesgos de trabajar desde casa no solo se dirigen a los ya conocidos derivados de la obesidad, sino a una mayor probabilidad de infección grave y muerte por Covid. Las personas con exceso de peso tienen un 78% más de riesgo de ingresar a Unidad de Cuidados Intensivos y 48% más de morir en caso de contagiarse.

Recomendaciones para realizar teletrabajo y no aumentar de peso

Estudios indican que trabajar de pie puede ayudar a consumir hasta 9 calorías más por hora que trabajar sentados (Eldiario.es, 2021). Lo mismo se observa con los niveles de glucosa en sangre que se reducen en un 43% al trabajar de pie.

Sin embargo, pasar tantas horas de pie trae otras consecuencias como dolores lumbares y sobrecargas musculares, por lo que se recomienda alternar el tiempo laboral entre una posición y otra.

Una buena idea es tomar pausas cada 30 o 40 minutos, levantarse de la silla y caminar un poco por la casa. Conviene también hacer algo de ejercicios con las piernas, cambiar la perspectiva visual para evitar la fatiga ocular y complementar diariamente con rutinas específicas de entrenamiento físico (Saludymedicina.org, 2021). Es recomendable también añadir ejercicios de fuerza, utilizando pesas, ligas o el propio peso corporal.

Entrenamiento en casa: una industria en crecimiento para frenar la obesidad

El confinamiento con sus medidas de trabajo remoto y escolaridad a distancia ha fomentado el crecimiento de múltiples opciones digitales para ejercitar desde casa. Existen cientos de aplicaciones móviles para entrenar desde cualquier lugar, instructores en línea con clases grabadas o en vivo y gimnasios virtuales que facilitan la incorporación al ejercicio físico de aquellas personas que han adquirido hábitos sedentarios bajo el modo de teletrabajo (Trabajarporelmundo.org, 2021).

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