“Muchos insisten en ver en estas propuestas la esencia de un ‘renovado socialismo democrático’, pero la verdad es que son medidas profundamente liberticidas”.
Por | Zully Orozco – economista e investigadora- economista liberal y apartidista
Avanzamos hacia la izquierda porque casi todo un país lo quiere así, ignorando gravemente que el triunfo de lograrlo produce algo tan sumamente distinto que, de comprenderlo, solo muy pocos estarían dispuestos a aceptar sus consecuencias. El ideario político de Gustavo Petro es anti-liberal, anti-propiedad y anti-capital tan característico del clásico populismo de izquierda, productor de miseria que ha destruido las economías latinoamericanas en todas las épocas precedentes.
Sus propuestas van desde cerrar la economía al comercio externo, lo cual beneficiaria a los monopolios nacionales, “una autentica maravilla”, hasta expropiar los ahorros de los fondos privados, lo cual pondrían en peligro la posibilidad de pensionarse para muchos.
Pero desmontemos estas propuestas una por una.
La primera propuesta, consiste en incrementar los aranceles a la importación de productos para impulsar el desarrollo de la industria interna. Se trata de la clásica política mercantilista que beneficia a unos pocos en detrimento de muchos; Al elevar los aranceles, se aumentan los precios de los productos importados y, con ello, se fuerza a que los consumidores paguen a un precio más alto la compra de productos locales, lo cual reduce significativamente su poder adquisitivo y, a su vez, obliga a que los productores compren a costos más altos y de menor calidad insumos nacionales. Esto último, ocasiona que las empresas exportadoras salgan a los mercados internacionales con precios muy superiores a los que ofrecen otros países, restándoles competitividad. A decir verdad, los únicos que se benefician con estas medidas son unas pocas empresas nacionales que al prescindir de la competencia extrajera no tienen incentivos para mejorar sus procesos pero si para monopolizar el mercado interno y elevar los precios a costa de establecer un gravoso impuesto sobre el desarrollo del resto de la economía. Esta es la “reindustrialización” de Petro, un modelo de desarrollo económico obsoleto que abandonaron los países latinoamericanos en la década de los 80´s por demostrar ser un fracaso.
La siguiente propuesta tiene que ver con aumentar sustancialmente el impuesto predial a los grandes latifundistas para obligarlos a vender las tierras. Sin embargo, al no encontrar potenciales compradores, los propietarios tendrán que reducir su precio, haciendo con ello más accesible la compra a empresarios particulares que le darán un uso más productivo. La propuesta parece tener toda la lógica económica posible, excepto porque ignora que el impuesto excesivamente alto desincentiva la demanda por tierra. Con un impuesto tan elevado es poco probable encontrar quienes quieran adquirir las propiedades. Petro propone que de darse ésta situación, el Estado pasaría a comprarlas.
Esta es una clara medida de violación y expropiación a la propiedad privada, común en los regímenes políticos de la extrema izquierda porque, quien es dueño de una propiedad, tiene el derecho tanto a explotar como a no explotar los bienes que ha adquirido con el esfuerzo de su trabajo, por lo tanto, si el gobierno impone un impuesto excesivo, para que en consecuencia, las personas se vean forzadas a transformarlo o a venderlo, estará interfiriendo ilegítimamente sobre la propiedad ajena. En pocas pocas palabras, los individuos no pueden ser coactados por el Estado a renunciar a sus propiedades por el simple hecho de haberlas dejado de utilizar.
Y su última pero no menos expropiadora propuesta, consiste en trasferir cerca de $18 billones de pesos por año de los fondos de pensión privada a un fondo de inversión público con el objetivo de financiar una renta básica de $500.00 pesos a aproximadamente tres millones de personas en vejez que nunca ahorraron. Esto representa un importante riesgo para la jubilación de las generaciones que cotizan actualmente porque la mayoría de gobiernos de izquierda no son fiscalmente responsables, en este sentido, el gobierno adquiere una deuda con los pensionistas que, bajo condiciones fiscales de elevado gasto y déficit público, posiblemente se le dificulte sostener después. Los aportes pensionales son propiedad de cada persona que ahorra para el retiro de su vejez, por esta razón no pueden ser utilizados como presupuesto público por los gobiernos.
Muchos insisten en ver en estas propuestas la esencia de un “renovado socialismo democrático”, pero la verdad, como ha quedado de manifiesto, son medidas profundamente liberticidas; que coactan la libertades individuales y transgreden los derechos de la mayoría.
Esta periodista no tiene idea de lo que escribe , Trump capitalista puro implemento la subida de aranceles a China , Europa etc con el aumento de produccion y trabajo domestico , Petro no esta en contra del capital sino tributacion de acuerdo al ingreso que eso Biden y Bernie Sanders quieren implementar en USA , y ellos son democratas , no se de donde viene informacion de expropiacion de propiedad privada , dice tributo para los latifundios no productivos de mas de 500 hectareas … estudie mijita no se como Ud paso la Universidad sin tener entendimiento basico …