Por | Edilberto Rodríguez Araújo- Profesor investigador, integrante del grupo OIKOS de la UPTC
Los antecedentes
Hace un año se armó una alharaca por las revelaciones del director del Dane, Juan Daniel Oviedo, sobre el verdadero tamaño de la población del país, derivado del censo de 2018. Diversos fueron los anuncios previos: que habíamos alcanzado los 50 millones de habitantes, tal como lo indicaban las proyecciones del censo de población de 2005, y lo recordaba, día tras día, el reloj de población, del que alardeaba la agencia oficial de estadísticas.
Los resultados
En efecto, mientras las cifras preliminares se referían a 45,5 millones, posteriormente, se divulgó que se ajustaba a 48,2 millones. Finamente, a los 50 millones de habitantes se llegó en febrero de este año.
De ese galimatías censal se culpó a los errores metodológicos, cartográficos, logísticos, técnicos, de contratación de los empadronadores, hasta de tacañería presupuestal y manipulación electoral.
Los efectos
Aunque parezca paradójico, el tablero poblacional del país es clave para determinar indicadores económicos (PIB per cápita, mercado laboral), sociales (asignación de recursos transferidos de la Nación destinados a salud, educación, agua potable, etc.; pobreza y desigualdad; calidad de vida), políticos (umbral electoral y representación parlamentaria), entre otros. La sobreestimación estadística ha afectado diversos estimativos, distorsionando cualquier interpretación y, lo que es más importante, la definición de políticas públicas específicas.
Para muestra un botón: al corregirse la población el PIB por habitante en Colombia pasaría de $19,6 a $20,3 millones.
En el periodo intercensal (2005-2018), la población de Colombia aumentó a una tasa inferior al uno por ciento, registrando un incremento acumulado de 5,3 millones de personas. En el ranking departamental, un distrito y cuatro departamentos, Bogotá, Antioquia, Valle, Cundinamarca y Atlántico, reafirmaron su supremacía, al copar cerca del 50 por ciento de la población total. Sin embargo, sus ciudades capitales acaparaban tan sólo el 27,5 de la población colombiana.
Ahora bien, entre las proyecciones poblacionales y los resultados obtenidos en el censo hubo un bache de 1,5 millones de habitantes. Esto significa, que durante más de una década, muchos estimativos se hicieron sobre supuestos imprecisos. Dicho, en otros términos: en la mayor parte de los departamentos del país el cálculo de su población resultó inflado.
Los resultados
Pero, ahí no para todo. En la última semana, el Dane divulgó un documento en que, a través de la denominadas retroproyecciones,-que involucra revisiones sobre fecundidad, mortalidad y migración-, corrobora el desfase poblacional: hubo una sobreestimación en 1,5 millones de habitantes.
Ahora que se aprobaron los planes de desarrollo departamentales y municipales es clave que se hayan incorporado los ajustes, pues, de lo contrario, muchas metas se diluirán en las nebulosas estadísticas.
Brecha entre las proyecciones y las retroproyecciones de población
Retroproyecciones Lineade Base CNPV 2018 | Proyecciones Linea de Base Censo 2005 | Diferencia poblacional | |
2005 | 41,927,699 | 42,888,592 | – 960,893 |
2006 | 42,471,608 | 43,405,956 | – 934,348 |
2007 | 43,004,851 | 43,926,929 | – 922,078 |
2008 | 43,527,543 | 44,451,147 | – 923,604 |
2009 | 44,039,821 | 44,978,832 | – 939,011 |
2010 | 44,541,796 | 45,509,584 | – 967,788 |
2011 | 45,033,514 | 46,044,601 | – 1,011,087 |
2012 | 45,514,949 | 46,581,823 | – 1,066,874 |
2013 | 45,985,974 | 47,121,089 | – 1,135,115 |
2014 | 46,446,410 | 47,661,787 | – 1,215,377 |
2015 | 46,895,959 | 48,203,405 | – 1,307,446 |
2016 | 47,334,224 | 48,747,708 | – 1,413,484 |
2017 | 47,760,845 | 49,291,609 | – 1,530,764 |
2018 | 48,258,494 | 49,834,240 | – 1,575,746 |
2019 | 49,395,678 | 50,374,478 | |
2020 | 50,372,424 | ||
2021 | 51,049,498 | ||
2022 | 51,609,474 | ||
2023 | 52,156,254 |
En fin, a pesar que son tiempos de pandemia en que sobre la población se cierne el fantasma malthusiano, es oportuno saber cómo se mueve la dinámica poblacional.
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