El senador asumió una posición irrespetuosa, beligerante y provocadora ante el pronunciamiento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos respecto a la forma como se desarrollaron las manifestaciones y el manejo que dio el gobierno a esta situación.
Como si se tratara de la postura de cualquier hijo de vecino o una ramplona opinión de charla en cafetín, Ciro Ramírez pormenorizó y desprestigió el pronunciamiento que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) emitió respecto a lo ocurrido en el país desde aquel 28 de abril, día desde el cual se produjo el estallido social más significativo del último siglo en Colombia.
Como ha ocurrido cada vez que una instancia judicial se pronuncia en contra de los intereses del partido de gobierno, el senador asumió una postura desconocedora e irrespetuosa de aquella postura. Para el caso concreto del pronunciamiento de la CIDH, Ramírez desestimó que las manifestaciones fueran eso, expresiones de descontento ciudadano, y las catalogó como terrorismo.
Las redes sociales no perdonaron al senador, que le recordaron aquella época en que sus copartidarios pedían la presencia de la CIDH en Venezuela por hechos similares a los ocurridos en Colombia, y no lo bajaron de hipócrita por medir con doble vara los hechos de abuso de poder por parte de las fuerzas del Estado.
Claro que Ramírez no fue el único de los congresistas boyacenses que se pronunció frente al informe de la CIDH. Lo hizo también el representante a la Cámara Wilmer Leal, que más allá de publicar una vaga y tendenciosa opinión, hizo un resumen y explicó cada una de las recomendaciones hechas por la CIDH.
También se pronunció la senadora Aida Avella, que hizo un llamado al gobierno nacional invitándole a la reflexión y al respeto de las instancias internacionales que vigila el cumplimiento a los derechos humanos.
Los demás congresistas representativos del departamento prefirieron abstenerse de comentario o posición alguna sobre el mencionado informe.