La Funeraria San Francisco se ha visto en la necesidad de prestar sus servicios durante las 24 horas del día para así evitar el represamiento de cuerpos.
El interminable tercer pico de la pandemia del COVID-19 ha tenido como consecuencia el deceso de cientos de personas en el departamento, lo cual se ha visto reflejado, no solo en los reportes diarios que entrega el Instituto Nacional de Salud, sino en cada una de las calles de la capital boyacense, que se han tornado más frías de lo habitual en medio de aquellos rituales que realizan los tunjanos para dar el último adiós a sus seres queridos.
La Funeraria San Francisco también ha atestiguado ese lúgubre panorama por el que atraviesa la ciudad, pues a lo largo de toda la pandemia, es quizá este tercer pico el momento más complejo.
“El primer pico no lo tuvimos tan fuerte, para el segundo pico se nos presentaron la mayoría de las muertes en el mes de enero, tuvimos un alza en el número de servicios por muertes COVID, y ahorita el tercer pico ha sido mucho más sostenido, es una meseta que hemos tenido en las últimas tres semanas , sobre todo en el mes de mayo, ahora, para junio, ha ido bajando un poquito el número de muertes, respecto a los que manejamos en el mes de mayo”, comenta Javier Molano, gerente de servicios y operaciones de la Funeraria San Francisco.
La capacidad del horno crematorio para la sede centro es de ocho cuerpos al día, y hoy se opera al máximo de la capacidad. No se trata de un detalle menor, pues la cremación de cada uno de los cuerpos requiere entre dos y tres horas, dependiendo de las dimensiones del cuerpo. A eso ha de agregarse el lapso de tiempo destinado a la limpieza y enfriamiento del horno, que es aproximadamente de una hora.
Pero a pesar de que la operatividad ha estado al límite durante este tercer pico de la pandemia, nunca se temió por la falta de capacidad para el manejo de la situación, ni siquiera en estos días de tercer pico en el que las muertes son una constante del día a día tunjano.
Tunja cuenta con otro horno crematorio, que tiene una capacidad similar al anteriormente mencionado, y si en algún momento la capacidad de ambos hornos se llegase a ver superada, los servicios funerarios se resguardarían en la directriz nacional por medio de la cual se autorizó la inhumación de cuerpos COVID, aunque de momento no ha sido necesaria esta alternativa.
Molano resalta la implementación de protocolos al interior de la Funeraria, pues hasta ahora no se ha dado el primer caso de contagio de alguno de sus empleados en medio de la prestación de sus servicios.