
Regresando de un receso debido a mis actividades profesionales, hablemos de lo apasionante que es escribir, bien sea para hacer crónica periodística, contar una historia, difundir un pensamiento (por obvias razones no utilizo el verbo socializar), aportar una idea o simplemente comunicar como dice Hugo, mi amigo periodista de Garagoa. De los grandes como D’Artagnan, Enrique Santos Calderón y Klim, aprendimos que para escribir solo basta tener algo que decir y simplemente basta escribirlo. Fieles a este concepto, en algunos de los pocos ratos de tranquilidad nos da por escribir y este caso es también el de nuestro amigo y coterráneo boyacense Pedro Antonio González.
A Pedro le dio por contarnos su vida en un corto pero entretenido libro, prologado a tres voces por Hernán Peláez Restrepo, Gustavo Gómez Córdoba y Gabriel de las Casas, ni más ni menos, tres de los directores históricos de La Luciérnaga de Caracol Radio.
Auténtico y sencillo como cualquier campesino de provincia boyacense, sin adornos literarios, espontáneo y con su característica chispa humorística, Pedro nos cuenta su historia desde la niñez y juventud en su natal Sutamarchán, en medio de las afugias económicas de su progenitora, dueña de una modesta panadería, la venta callejera de empanadas, los mercados pueblerinos y su tempranero gusto por la radio y los medios de comunicación.
Como a muchos de nuestros paisanos, luego vendría su migración a Bogotá a terminar estudios de secundaria, buscar un empleo y estudiar comunicación social y periodismo, así como el peregrinar para ingresar a la radio y la televisión nacional.
El relato transcurre entre vivencias personales, algo de historia de Colombia, remembranzas de la radio y televisión y, por supuesto, los avatares de sus incursiones
en restaurantes y complejos para eventos, sector donde puso a la comida boyacense en un sitial privilegiado de la gastronomía nacional con su cadena “Don Jediondo Sopitas y Parrilla”.
A Pedro tuve el honor de conocerlo en agosto de 1997 en el marco de la Primera Semana de Boyacá en Bogotá, la feria boyacense organizada en ese entonces por la Gobernación del departamento, en cabeza de José Benigno Perilla Piñeros, en cuyo cierre presentó su show de humor, alternando entre otros con el maestro Jorge Velosa y su agrupación musical.
A César Augusto Duque Patiño, pionero de la radiodifusión en el Valle de Tenza en la década de los sesenta y quien fue el anfitrión de esa noche en la tarima de la inolvidable Tienda de Pedro de la Avenida 19 con Calle 122 de Bogotá, le agradezco haberme presentado personalmente con Pedro González “Don Jediondo” y su mochilada de divertidas ocurrencias que nos entregó en ese espectacular evento. Para mí siempre ha sido un singular personaje, paisano, amigo y autor de su propia historia plasmada en el libro “El día que se rieron de mí”. Es el compendio de dichas, desdichas, momentos alegres y amargos, pero en fin, una autobiografía que puede ser fácil de contar para quien está acostumbrado a hacernos reír, especialmente a través de la magia de la radio que hace volar la imaginación.
La lectura de su libro también nos deja lecciones por aprender, sobre todo para quienes no hemos tenido una vida que valga la pena contar sin ruborizarse. No es un best seller literario, pero es una simpática y real historia digna de leer especialmente por los boyacenses.
De salida: Ferias y Fiestas de la Independencia en Garagoa y el concierto de Los Tigres del Norte, parecen estar consolidando a la ciudad en un sitial de liderazgo regional para el montaje de espectáculos musicales. Vale la pena preguntarnos, si estamos preparados para manejar con seguridad, comodidad, ese tipo de eventos.
X: @luchocalidad