Getting your Trinity Audio player ready...
|
“Que el juicio final nos encuentre desarrollados. La verdad es que no sé si nuestra gran riqueza habrá contribuido a hacernos las cosas más fáciles, pero sí puedo afirmar que no hemos explotado lo que tenemos. En el día del juicio final delante de Dios nos contaremos entre los que enterraron el talento y no lo hicieron fructificar no solo en la agricultura, si no también en la minería e hidrocarburos».
Encíclica Roma Locuta, causa finita del Papa Francisco
Aunque nuestra matriz de generación eléctrica es confiable, limpia y eficaz desde el apagón de 1992 donde fortalecimos la generación térmica, con la fuerte caída de los embalses a consecuencias del último fenómeno de El Niño, la generación llegó al tope.
El actual gobierno ha venido ampliando la generación de energía en solar y la eólica, las llamadas Energías Renovables No Convencionales, ERNC. Según el plan para 2050 nuestra capacidad instalada debería pasar de los actuales 18.777 a 42.709 Megavatios, y el 76% del incremento planeado de 23.932 MW correspondería a las ERNC.
En primer término, no es claro cómo este plan garantizará el abastecimiento futuro de electricidad, dado que, por no ser confiables, la capacidad real de las plantas de ERNC raramente llega a superar el 20% de la capacidad teórica instalada. O sea que, si llegaren a operar, la capacidad real de las plantas de ERNC programadas a duras penas se acercaría a la de una térmica de 4.000 MW. Pero esta duda palidece ante la certeza de que esas plantas no podrán entrar a operar dentro de los plazos previstos.
Las plantas de ERNC deben montarse en lugares donde hay sol o viento, que en el caso colombiano están distantes de los centros de consumo. Esto genera la necesidad de una gran y costosa red de transmisión, cuya entrada en operación es, en el mejor caso, imprevisible o, en el peor, imposible, pues debe vencer la barrera de innumerables e interminables consultas públicas.
Apenas 24 países acogieron el Convenio 169 de la OIT sobre consultas, pero solo en Colombia éstas se han convertido en mecanismo de extorsión y bloqueo del desarrollo. Mientras en Perú y Bolivia, con mucho mayores porcentajes de población indígena, en 2019 se registraron 92 y 166 consultas, respectivamente, en Colombia se registraron10.278.
En el desistió del proyecto Windpeshi y ya Celsia está buscando a quién pasarle los suyos. Y así, uno a uno, la mazorca se irá desgranando y serán pocos, si alguno, los proyectos de ERNC del plan de expansión que llegarán a operar.
Nada más en 2023 estaba programada la entrada en operación de 4.558 MW de generación solar y 1.014 MW de eólica, y solo entraron 207 MW de la primera. Y mientras tanto, el tiempo corre y la demanda aumenta.
Diseñar, obtener los permisos y construir una hidroeléctrica puede tomar una década. Las plantas nucleares están por encima de la capacidad de digestión del público y los políticos nacionales. Y es evidente que es imposible predecir cuándo y si entrarán en operación las plantas de ERNC.
Las carboelectricas modernas tiene varias tecnologías como la CCUS, HELE que neutralizan las emisiones de gases efecto invernadero, que importante sería que el gobierno tomara la decisión de comenzar a estructurar estas plantas en los departamentos carboneros de Boyacá, Cundinamarca y en el Cesar en las minas que explotaba la firma prodeco generarían gran empleo y brindarían una energía barata , firme y confiable para el país.
Colombia contribuye con menos del 0.5% de emisiones totales de GEI pero ello no nos pude llevar a convertirnos en polizón climático pero tampoco nos puede pretender ser el atlas climático cargándonos el mundo al hombro.
La transición energética está en marcha en china y está a la vanguardia pese a ello las centrales de generación de energía con carbón registraron en el año 2023 el mayor aumento de capacidad instalada desde el año 2016 con 44 GW netos (Descontando las centrales retiradas).
En 2023 el mundo puso en funcionamiento 695 nuevos gigavatios de generación con carbón y solo pasaron a mejor vida 21 Gw
La CREG debe convocar sin demoras a una subasta de cargo por confiabilidad que incentive la participación de generadores térmicos, los únicos que proveen generación firme. Colombia necesita por lo menos mil Megavatios de generación térmica adicional, y para instalarlos los inversionistas requieren reglas claras que garanticen protección de su rentabilidad, Sin esta adición urgente al parque generador de Colombia estará pronto igual a Venezuela enfrentando apagones y racionamientos eléctricos.
Por eso, dentro de los próximos años y con los próximos fenómenos del niño la capacidad de generación eléctrica en Colombia va a ser superada por la demanda, la única solución viable será construir plantas térmicas que nos saquen de la angustia. Si son de carbón, que es lo lógico, por las grandes reservas que tenemos el costo de la energía bajará, y si son de gas, que es lo probable, subirá por ser importado. Pero, de unas o de otras, la cercana construcción y ampliación del parque térmico es irremediable.
*Consultor, especializado en derecho minero.