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El 9 de abril de 1948, Colombia vivió uno de los momentos más trágicos y decisivos de su historia reciente. Aquel día, el carismático líder político Jorge Eliécer Gaitán, candidato presidencial por el Partido Liberal, fue asesinado en Bogotá en un atentado que, sin duda alguna, marcó el comienzo de una de las etapas más violentas en la historia del país, denominada como “La Violencia”. Pero, para comprender las causas de ese asesinato y su posterior impacto, es fundamental remontarse a los eventos previos, entre los que destaca la llegada al poder del boyacense Enrique Olaya Herrera en 1930, primer presidente liberal en décadas de gobiernos conservadores, hecho que sembró el conflicto que estalló con Gaitán.
El origen de la Violencia: Boyacá y la llegada del liberalismo
A comienzos del siglo XX, Colombia vivía una polarización política profunda entre liberales y conservadores, heredada de siglos de enfrentamientos. En la región de Boyacá, cuna de la independencia, la confrontación entre estos dos partidos se intensificó en los años 20 y 30. Para entender la génesis de la Violencia, es necesario recordar que la elección de Enrique Olaya Herrera como presidente en 1930, fue el punto de inflexión que dio inicio a las reformas de la que sería llamada La Revolución en Marcha de Alfonso López Pumarejo. Olaya, un político liberal moderado, había logrado unificar a su partido tras décadas de divisiones que les había dado el triunfo a los conservadores, pero su llegada al poder no fue suficiente para calmar las tensiones regionales, por el contrario, agudizó aún más las diferencias.
El departamento de Boyacá, que históricamente había sido un bastión conservador, vio con inquietud el ascenso de un gobierno liberal que prometía reformas sociales y económicas. La transición del poder se dio en ese contexto, en medio del recelo y la desconfianza de los conservadores que veían en el partido liberal una creciente amenaza a sus intereses hegemónicos, en cierto modo, influenciados por el miedo al comunismo y los efectos de la Revolución Rusa de 1917, lo que llevó inevitablemente al enfrentamiento entre los dos bandos por el control del Estado.
El período de la «República Liberal» de Olaya Herrera trajo consigo la modernización del sistema educativo y la promoción de los derechos laborales. Este proceso estuvo marcado por tensiones y hostilidades en las regiones más alejadas donde algunos mandatarios locales y caciques conservadores se negaron a reconocer la legitimidad del gobierno, como en Boyacá, donde se presentaron, por ejemplo, casos de conversión política y declaraciones juramentadas de pertenecer al partido conservador en algunos municipios, de acuerdo al historiador Javier Guerrero en su obra Los años del olvido: Boyacá y los orígenes de la Violencia que narra cómo escalaron los enfrentamientos y se recrudeció, en ese tiempo, el conflicto político regional que contribuyó a los hechos de 1948.
El asesinato de Jorge Eliécer Gaitán
El 9 de abril de 1948, en Bogotá, la situación política de Colombia alcanzó su punto álgido. Gaitán, quien había sido un líder popular y una figura emblemática del liberalismo colombiano, fue asesinado a la salida del edificio Agustín Nieto donde tenía su oficina de abogado, en plena Avenida Jiménez, en el centro de la capital. Su muerte fue un golpe devastador para los sectores populares que, en respuesta, incendiaron el país que ya vivía un clima de inconformismo social.
Gaitán representaba una esperanza de cambio para millones de colombianos. Era un hombre comprometido con las luchas populares, un orador formidable y un líder carismático que conectaba con las necesidades de la ciudadanía, había sido elegido como el candidato presidencial del Partido Liberal para las elecciones de ese año. Su propuesta de una «revolución en paz» había calado profundamente entre las clases más sencillas, que lo veían como el hombre capaz de erradicar la injusticia social y la corrupción que aquejaban al país.
El asesinato de Gaitán fue atribuido a Juan Roa Sierra, un hombre con aparentes problemas mentales, aunque nunca se esclareció si el asesinato fue producto de un acto aislado o si fue una conspiración más amplia, vinculada a intereses políticos y económicos.
El Bogotazo y La Violencia
El asesinato de Gaitán desató un estallido social denominado como «El Bogotazo», una serie de disturbios, saqueos y enfrentamientos que trasladaron la violencia del campo a la ciudad, dejaron miles de muertos y destruyeron una parte significativa del centro de la capital del país. La población, indignada y dolida, salió a las calles en una muestra de desesperación y rabia, sin saber que ese día impulsaría el conflicto unas cuantas décadas más.
El Bogotazo surtió el efecto como un catalizador para la Violencia en Colombia. La violencia que se desató en Bogotá se expandió rápidamente a otras regiones del país, alimentada por los odios entre los liberales y conservadores, que, a pesar de la tradición bipartidista, vieron en el asesinato de Gaitán un punto de no retorno.
Con la muerte de Gaitán, se dio paso a un capítulo oscuro para Colombia. La radicalización política alcanzó niveles de violencia inéditos e ingeniosos con nuevas formas simbólicas de tortura y cortes en los cuerpos de las víctimas, usados para enviar mensajes macabros a los opositores como parte de una estrategia psicológica, entre los que destacaron el corte franela, el florero o la corbata; una incisión en la garganta por donde hacían pasar la lengua de la persona. La Violencia se extendió a todas las clases sociales hasta aproximadamente mediados de los años 60 donde se creyó posible conjurarla con la puesta en marcha del Frente Nacional (tema que merece un artículo aparte).
En conclusión
El asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, como consecuencia de los eventos previos anteriormente descritos, refleja una herida profunda en la sociedad colombiana que aún persiste en la memoria colectiva del país. Fue el resultado de décadas de exclusión social, económica y política, exacerbadas por la lucha de poder entre las élites que no se matan, hacen acuerdos.
Hoy, 77 años después, el país continúa lidiando con los efectos secundarios de la paz no alcanzada, de votar y seguir eligiendo la guerra. El asesinato de Gaitán, nos recuerda que la injusticia y la inequidad, pueden desencadenar consecuencias inimaginables y devastadoras cuando no se brindan alternativas pacíficas y democráticas a la resolución de los conflictos.
«El asesinato de Gaitán y el origen de la violencia en Colombia», pareciera que el titulo del articulo no coincide con lo mismo que se describe en el mismo pues, supone que la violencia en Colombia surgió con la muerte del gran líder liberal y eso que cita como fuente de su escrito el libro del profesor Guerrero, en realidad fue que el asesinato desato una mayor violencia no por solamente color político o ideológico sino tambien, por la represión policial y militar de los gobiernos tambaleantes de Ospina y luego del Laureano Gómez violencia que dio paso al nacimiento de las guerrillas de los años 50 del siglo pasado, ejemplo la del Casanare y otras posteriores. Desgraciadamente la violencia surge desde la misma independencia al no poder, nosotros así lo creemos un sistema político de inclusión sino de exclusión para gran parte de la población diversa del pais.