Economía colombiana: sin embargo, se mueve…

Foto | IStock
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Por | Edilberto Rodríguez /
Contrapunto económico

A pesar de que algunas agremiaciones empresariales y analistas económicos vienen fungiendo como “Casandras del desastre”, a través de pronósticos sombríos sobre el desempeño de la economía, ésta sigue su senda de recuperación, tal como lo evidencia el último reporte del DANE, correspondiente al segundo trimestre de 2024. De otro lado, las agencias calificadoras de riesgos se han mostrado muy cautelosas en sus previsiones.

Los indicadores relacionados con el comportamiento del nivel de precios (4,32 por ciento durante el año corrido), la dinámica laboral (desempleo que se alinea con el umbral del 10,0 por ciento) y la pobreza monetaria (que gravita sobre una tercera parte de la población colombiana), parecen favorecer los aciertos en el manejo de la economía, no obstante los globos distractores que, periódicamente, se lanzan  para manipular la opinión pública y acentuar la percepción negativa sobre la gestión gubernamental, asociada con la cascada de  escándalos en la contratación pública.

Contrario a lo que sostienen algunos medios proclives a amplificar los malos resultados, la política económica se ha encaminado a reactivar la economía, mediante la adopción de medidas que buscan estimular el consumo de los hogares, -inducido por la baja en la tasas de interés- y la inversión fija, tanto la que proviene de la inversión estatal, como la inversión privada, espoleada por los crecientes flujos de inversión extranjera, que tiene como receptores principales los sectores mineros, financieros, comercio, hoteles y restaurantes (70,0 por ciento).

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La economía colombiana repuntó durante el segundo trimestre de este año, superando las expectativas, comoquiera que su crecimiento se situó en 2,1 por ciento, por encima del 1,5 del primer trimestre. En el periodo interanual 2024/2023 se registró un incremento de 2,3 por ciento, aventajando lo observado en el mismo periodo 2023/2022 (0,4 por ciento). La clave estará en los guarismos que se revelen al cierre de año, que, quizás, rompan la barrera del 2,0 por ciento.

El actual Gobierno nacional se ha empeñado en darle un vuelco al modelo económico extractivista y anclar la economía en los sectores directamente productivos (agricultura e industria manufacturera), cuyos eslabonamientos intersectoriales están por encima de los que se derivan de las actividades terciarias o de servicios.

Dado que cada sector económico exhibe características distintas y capacidades de arrastre diversas, un sector que se ha expandido en la postpandemia, como el esparcimiento, fue el que más jalonó el crecimiento económico, seguido de la agricultura y la administración pública, en los que los oferentes principales de salud y educación son las entidades estatales. En contraste, dos sectores que se rezagaron fueron la minería y la producción industrial.

COLOFÓN:

Uno de los fundamentos de la transformación productiva que ha querido impulsar el actual gobierno es la economía popular, concepto emparentado con la informalidad empresarial y laboral -pero distinto a los tan publicitados emprendimientos individuales-, imbuido de connotaciones identitarias, económicas, ambientales, sociales, autogestionarias, asociativas, comunitarias, solidarias, etc., que no ha podido adquirir la importancia que se merece como estrategia de inclusión y de equidad social.

Uno de los pilares del plan nacional de desarrollo, lo constituye la economía popular y supone las unidades productivas de pequeña escala atravesadas por relaciones mercantiles y no mercantiles. El subregistro estadístico impide identificar su real tamaño, composición y localización. Una aproximación muy distante son los microestablecimientos o micronegocios que poseen registro mercantil y Registro Único tributario (RUT), situación que no refleja la compleja realidad de la economía popular. Según un estudio de Confecámaras, realizado en 2023, estos establecimientos representan el 92 por ciento del tejido empresarial, y operan, principalmente, en el sector terciario (67,0 por ciento), aportan el 40,0 por ciento del Producto interno Bruto y generan el 65,0 del empleo.

E-mail: contrapuntoeconomico@gmail.com X: @zaperongo

 

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