A diez minutos del casco urbano de Gachantivá, en zona rural, se encuentra uno de los más importantes patrimonios naturales del municipio: la laguna Las Coloradas, un hermoso lugar con una historia muy particular.
Cuentan campesinos gachantivenses que la laguna hace más de 70 años era muy pequeña, en su interior y sitios aledaños la adornaban cultivos de nabos y rubas y que intensificaban el paisaje con una mezcla agro ambiental. Pero con el tiempo, las fuertes lluvias y temporadas de invierno, aumentaron significativamente su cuerpo de agua, desapareciendo todo tiempo de siembras y vegetación que había en el lugar.
Aumentado el nivel de la laguna, el ‘génesis’ de particulares animales fue la sensación; patos, azulejos, golondrinas y otras aves con sus cantos alegraban la mañana del campo de la provincia Ricaurte. Además, llegaron tilapias y mojarras que sirvió y sirve de alimento a campesinos y campesinas de lugar.
Siguieron las fuertes lluvias y en ese momento contra todos los pronósticos se avecinó una gran avalancha y “se llevó una casita muy pequeña donde vivían dos niñas muy bonitas, y de ‘cacheticos’ colorados; ellas no hicieron mayor esfuerzo por huir, es más se quedaron ahí hasta que desaparecieron con el agua (…) prácticamente dieron su vida por la laguna. Gracias a este actor de valor y sentido de pertenencia por la naturaleza, bautizaron la laguna en honor a ellas, llamándola ‘Las Coloradas’”.
Actualmente esta fuente hídrica del municipio de la provincia Ricaurte, adelanta acciones para implementar programas de conservación y protección de la laguna y asimismo potenciar el ecoturismo en el lugar, pero con consciencia y amor por el medio ambiente.