
Científica colombiana descubre virus “buenos” en el mosquito Aedes aegypti que podrían prevenir la transmisión del dengue y la fiebre amarilla.
Un hallazgo sin precedentes en Colombia podría transformar las estrategias de salud pública frente a enfermedades como el dengue, la fiebre amarilla, el Zika y el chikungunya. La científica Alida Marcela Gómez, Ph.D. en Ciencias Biomédicas y Biológicas de la Universidad del Rosario y docente de la Universidad de Boyacá, descubrió virus específicos de insectos (ISVs) en el mosquito Aedes aegypti que podrían impedir que este insecto transmita enfermedades a los humanos.
La investigación, desarrollada en el Centro de Investigaciones en Microbiología y Biotecnología-UR (CIMBIUR), utilizó herramientas metagenómicas y bioinformáticas para analizar el viroma —el conjunto de virus presentes en un organismo— del mosquito. En este análisis, Gómez encontró una diversidad de virus desconocidos que no afectan a los humanos, pero que podrían interferir directamente en la capacidad del Aedes aegypti para transmitir virus patógenos.
“Es como si el mosquito tuviera virus ‘buenos’ que podrían ayudarnos a frenar a los virus ‘malos’”, explicó la investigadora. Los ISVs podrían bloquear la transmisión viral a través de mecanismos como competencia celular, interferencia directa o modulación inmunológica en el propio insecto.
El estudio se realizó con mosquitos recolectados en distintas regiones del país: Caribe, Andina, Orinoquía y Amazonía. Uno de los hallazgos más relevantes fue la presencia del virus del Nilo Occidental en la Orinoquía, un virus poco vigilado en Colombia que puede causar enfermedades neurológicas graves en humanos.
Según el más reciente Boletín Epidemiológico del Instituto Nacional de Salud (INS), en lo que va del 2025 se han reportado 87.447 casos de dengue, con 56 muertes confirmadas, y un brote de fiebre amarilla que entre 2024 y 2025 ha dejado 119 casos y 51 fallecimientos.
Más allá de las cifras, esta investigación propone un nuevo enfoque en salud pública: anticiparse a los brotes mediante vigilancia entomovirológica, es decir, el estudio del ecosistema viral de los mosquitos antes de que los virus lleguen a los humanos. “Los brotes no comienzan en los hospitales, sino en los mosquitos y en sus entornos”, aseguró Gómez.
Además de su impacto científico, el estudio denuncia la desigualdad territorial en la vigilancia epidemiológica. Las poblaciones rurales, que carecen de laboratorios y monitoreo activo, son las más vulnerables ante brotes que podrían haberse detectado a tiempo.
“Necesitamos una salud pública que sea tan compleja como los problemas que enfrentamos: ecológica, preventiva, descentralizada y profundamente humana”, concluye Gómez.
La investigación completa está disponible en el repositorio de la Universidad del Rosario:
🔗 https://repository.urosario.edu.co/items/c786a543-ab41-4823-b125-7590bc4ff011
*Con información Universidad del Rosario