El golpe económico por la pandemia por COVID-19 donde nadie compraba el durazno, y luego de que el ICA amenazara a los agricultores y les exigiera eliminar la cosecha no vendida, sin detenerse a pensar en el bolsillo de los cultivadores, el Instituto empieza por fin talleres para el control de la Mosca del Mediterráneo, un año después.
Por medio de un taller en Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), dirigido a productores de durazno del municipio de Tipacoque y Covarachía, Boyacá, el ICA socializó las medidas fitosanitarias para el control de la Mosca del Mediterráneo, Ceratitis capitata, en la especie de durazno y la contención de su dispersión en el departamento.
Las medidas fitosanitarias en los predios y el control a la movilización de material vegetal son la principal estrategia para reducir la población de esta plaga.
La actividad tuvo como objetivo los siguientes aspectos:
- Evaluar la capacidad de atrayentes y tipos de trampas para la captura de la Mosca del Mediterráneo Ceratitis capitata en cultivos de durazno.
Implementar una estrategia de capacitación para el manejo de la mosca en la especie de durazno.
Verificar en los campos que medidas de manejo integrado de la mosca tienen y su relación con los niveles de daño en fincas productoras de dicha fruta.