No es un asunto menor. El desempleo crece mes tras mes en la capital boyacense. La informalidad se ha disparado de forma exponencial y el rebusque ya no es una alternativa cuando cerca de la mitad de la población tiene que recurrir a lo mismo. Algunos han optado por partir en búsqueda de mejores oportunidades, otros han preferido permanecer e insistir en una tarea que cada vez se pone más compleja. Lo cierto es que Tunja necesita un giro de 180 grados en sus políticas tributarias, necesita impulsar los pequeños comercios, y en mayor medida necesita reinventarse, pues eso de ser una ciudad de servicios está matando de hambre a sus pobladores.
Por lo menos desde hace un año que el desempleo no para de crecer en Tunja. El último viernes de cada mes, día en que el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) presenta la Gran encuesta de hogares-Mercado Laboral, se ha convertido en un día angustiante para las autoridades municipales que saben que el balance es más desalentador cada mes.
El que se presentó al cierre de febrero, con cifras referentes al trimestre móvil noviembre 2019-enero 2020 ha sido uno de los más preocupantes de los últimos tiempos. La tasa de desempleo en Tunja es de 14,3%, parece inatajable, imparable, pues no solo es la más alta de la década para la capital boyacense, sino que es uno de las más altas en todo el país.
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También se refleja en el comportamiento del mercado laboral de Tunja a lo largo del último año que el panorama no tiende a cambiar si no se recurre a un drástico cambio en el comercio y la industria tal y como se le conoce hoy en Tunja.
A lo largo del último año no hubo un solo periodo trimestral en que la tasa de desempleo bajara de las dos cifras, es más, el mejor indicador fue acercarse al 10%. Ese comportamiento a la baja en cercanías al mes de octubre puede explicarse por las campañas políticas, que ocupan temporalmente a algunos ciudadanos, pero que una vez finalizadas, les dejan de nuevo en la incertidumbre de la desocupación.
Evolución tasa de desempleo febrero 2019 – febrero 2020
Febrero 2020 (Nov19-Ene20): 14,3%
Enero 2020 (oct-dic19): 12,3%
Diciembre 2019 (sep-nov19): 12%
Noviembre 2019 (ago-oct19):11,5%
Octubre 2019 (Jul-sep19): 10,8%
Septiembre 2019 (Jun-ago): 11,9%
Agosto 2019 (May-jul): 11,6%
Julio 2019 (Abr-Jun): 11,9%
Junio 2019 (Mar-may): 11,5%
Mayo 2019 (Feb-Abr): 12,8%
Abril 2019 (Ene-mar): 14%
Marzo 2019 (Dic18-Feb19): 13,4%
Febrero 2019 (Nov19-Ene19): 13,3%
Lograr un cambio de tales proporciones significa un revolcón a todo nivel para la ciudad. La actual administración municipal, en cabeza de Alejandro Fúneme, tiene en mente potencializar a Tunja como ciudad del conocimiento, aunque sin un Plan de Desarrollo definido, las ideas siguen siendo vagas, y de momento lo único visible de esa iniciativa son los acercamientos que ha tenido con agencias de emprendimiento e innovación a nivel nacional como INNpulsa Colombia, Invest, Tu Bogotá.
También se han gestionado reuniones con directivos y decanos de diversas facultades de las universidades con sede en la ciudad, así como con otras entidades del orden nacional e internacional. Pero la labor no es tan sencilla, y desde la misma Alcaldía admiten que es un tema que requiere de tiempo.
El proceso de generación de una zona franca requiere de algún tiempo.
Wilson Velásquez
“Este es un tema que no es tan a corto plazo, hablar de meses no es tan así porque primero empezamos a hacer todas las gestiones y todos los trámites de lo que debemos hacer. Ejemplo, queremos traer una zona franca a Tunja, y el proceso de generación de una zona franca requiere de algún tiempo, pero desde el primer año por supuesto que necesitamos empezar a mover la aguja desde el fortalecimiento de los comerciantes que ya están establecidos en la ciudad, ya podemos empezar a generar cambios y ya podemos empezar a hacer que se fortalezca y que nos ayuden con esa ardua tarea de bajar la tasa de desempleo”, comentó a este medio el Secretario de Desarrollo de Tunja, Wilson Velásquez.
Fortalecer a los comerciantes locales no parece una tarea sencilla. De momento lo único gestionado para ellos es la convocatoria de socialización de los Váuchers (bono) de innovación, impulsada por la Cámara de Comercio de Tunja, la UPTC, la Gobernación de Boyacá y la Alcaldía de Tunja para construir un ecosistema de innovación que permita mejorar la competitividad de los micro, pequeños y medianos empresarios. Pero este sector requiere de medidas de fondo, y para el caso de Tunja eso se traduce en un Estatuto Tributario y ajustado a las necesidades económicas del comercio, y a la realidad de los ciudadanos que buscan emprender pero que se ven frenados por el poco competitivo estatuto de rentas de la ciudad.
70 mil millones de pesos adeuda Tunja
Claro que modificarlo no es una tarea sencilla, pues como se viene diciendo desde años anteriores, es una medida que podría amenazar el marco fiscal de mediano plazo, y para un momento tan delicado para la ciudad, que adeuda cerca de 70 mil millones de pesos, eso parece una labor imposible.
Subempleo y precariedad laboral
13.997
desempleados
En Tunja, de acuerdo a la última medición, hay 13.997 desempleados, y a ellos hay que sumar los 16.642 que están en situación de subempleo subjetivo, es decir, aquellos que manifiestan que desean trabajar más horas a la semana o tienen una jornada inferior a 48 horas, de igual manera dicen contar con un empleo inadecuado a sus competencias.
A estos grupos hay que añadir los del subempleo objetivo, que para la última medición fue del 7,8% (6.619 personas), este grupo está conformado por aquellos ciudadanos que manifiestan haber realizado una gestión para materializar su aspiración y están en disposición de efectuar el cambio.
La informalidad, técnicamente como la define el DANE (Un trabajador se considera como informal si trabaja en un establecimiento de hasta cinco trabajadores, excluyendo los independientes que se dedican a su oficio y a los empleados del gobierno) sobrepasa el 40%, y esa viene siendo la tendencia, por lo menos, desde finales de 2018.
Ciudad de paso para los jóvenes
Año tras año llegan cientos o miles de jóvenes (14-28 años) a la capital boyacense por su variada oferta académica. Sin embargo, la escasez de oportunidades una vez que terminan su formación universitaria los lleva a abandonar la ciudad.
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Entre este grupo poblacional la tasa de desempleo alcanzó un 23,6%, un registro histórico y preocupante, pues supera por lejos el promedio a nivel nacional, en el cual la cifra se ubicó en el 17,6%.
Ha de aclararse que esta medición solo se refiere a los jóvenes que salen a buscar trabajo, pues deja de lado aquellos que están completando su formación académica pero que están en edad laboral, por lo que una verdadera medición arrojaría una cifra escandalosa.
Mano de obra barata, problema latente
La cuantiosa migración venezolana se ha convertido en uno de los factores de más peso para la grave problemática de desempleo en la ciudad. No se trata de una apreciación xenófoba sino de la realidad del mercado laboral de la capital boyacense.
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De acuerdo al último reporte de Migración Colombia Tunja es la ciudad de Boyacá con mayor presencia de esta población: 4.831 para ser exactos. Con cerca de cinco mil ciudadanos del vecino país presentes en Tunja, la problemática es creciente pues muchos trabajan en condiciones de ilegalidad, sin contrato, sin prestaciones legales, y rivalizando fuertemente con la mano de obra local en materia de precio.
¿Y la inversión en conocimiento?
Las ciudades del conocimiento son un concepto que viene manejándose desde comienzos de este siglo, y que el frenético avance en materia tecnológica, ha venido mutando notablemente desde el momento de su concepción.
Lo que está bastante claro es que establecer el conocimiento como motor del desarrollo de las urbes implica una inversión monetaria para nada despreciable. Hoy el ejemplo más cercano es Medellín, que ha dado paso al Distrito de Innovación Medellín, que a su vez implicó la institucionalización y la promoción de políticas de innovación, emprendimiento para todo ámbito en la ciudad.
Es así que hoy la capital antioqueña ha hecho una notable inversión en educación para contar con escuelas en la nube, clases en línea, y la creación de programas como Diver TIC. A nivel de salud se han implementado programas como los de telemedicina y teleimágenes. La inversión ha garantizado que los servicios de movilidad estén interconectados. También un plan de desarrollo económico que implicado la creación de la Ruta N, un Cluster TIC, entre otros.
La capital antioqueña viene trabajando en la creación del Distrito Medellín desde 2012, año en que lo estipuló en su Plan de Ordenamiento Territorial. Desde ese entonces, y hasta 2021, el desembolso para implementarlo ha sido de unos 240 millones de dólares.
Así las cosas la iniciativa de transformar a Tunja en una ciudad del conocimiento, la innovación y el emprendimiento parece lejana, pues no resulta viable que la capital boyacense haga ese tipo de inversión en un momento en el que está quejada por las grandes deudas, que hoy llegan a los 71 mil millones, y que solo terminarán de ser pagados en 2028.
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Tampoco se cuenta con la infraestructura necesaria para tal fin; de hecho hoy Tunja se debate por la apertura de un hospital, por la terminación del Parque Biblioteca, que quedo sin biblioteca, y por el mejoramiento del primer Colegio Diez de la ciudad.
Traer la zona franca a Tunja no va a solucionar el problema. En 2015 Colombia tenía 105 zonas francas que es el primer puesto en América Latina y el Caribe y no están contribuyendo a la creación de puestos de trabajo. O sea, no son eficientes. Hay estudios sobre este tema.
Por que ponen ese título y en su desarrollo no se explica el término pandemia. Por otro lado se confunde el análisis al incluir los migrantes temporales universitarios en las cifras desempleo en el numerador con denominador local.