Imperdonable
Nuestros Académicos dieron en el blanco. Su preocupación de esta semana ha estado centrada, luego de oír todo lo que ha pasado con los llamados bonos del agua que el ministro Carrasquilla se inventó hace más de diez años y que según cuentan “los grandes medios de comunicación” se convirtieron en la ruina de las finanzas municipales de 117 localidades del país, pero que a su vez resultaron tan bondadosos con las finanzas de la empresa de Carrasquilla, en tratar de ver y sacar a la luz pública un aspecto fundamental que al parecer ha pasado desapercibido para todo el mundo. Los Académicos se han aterrado de ver cómo en semejante negocio que se inventaron, que es puro emprenderismo e innovación, pura economía naranja, diría nuestro Chanchis President, los niños más emprendedores que el universo mundo ha visto en este extraño mundo que es Colombia, y que estaban en plena búsqueda de oportunidades cuando el ministro sacó adelante la maravillosa ley, niños que en el mundo son más conocidos como Tom y Jerry, o más simple aún, como el par de sabandijas, no estuvieron en el torcido de Carrasquilla. Los Académicos se preguntan si el papá de estos entusiastas y sacrificados pequeños emprendedores se dio cuenta de la faltoniada que le pegaron a él y sus retoños, el muy avión de Carrasquilla. Que este se haya ganado por varios años unos 14 mil milloncitos de promedio, es para que el papá de las sabandijas se cuelgue de la primer viga que encuentre, espetó indignado uno de nuestros Académicos que milita además como caballero de la Virgen de Fátima en Tradición, Familia y Propiedad. Quedarse por fuera de un negocio así es atentar contra el patrimonio de la familia, lo cual no debió hacerle mucha gracia a doña Lina, la mamá, la más sacrificada por mantenerlos a todos, agregó en su argumentación el académico TFP.
Almagro y la intervención militar que Colombia no rechaza
Si algo nos faltaba para confirmar que lo que somos los colombianos para el resto del continente, parias y traidores, todo quedó confirmado en la última semana con lo que pasó al cabo de la visita del secretario de la OEA, Luis Almagro, quien a juicio de la mitad de nuestros Académicos resulta ser un viejo loco que tiene su doble en otro demente que es el nuestro canciller, Carlos Holmes. Este par de orates salieron con que hay que intervenir militarmente a Venezuela para derrocar al animal del Maduro. Pero lo peor estaba por venir. Los dos sujetos mencionados no habían terminado de decir lo que dijeron, cuando se escuchó la voz de Fachito, recién posesionado embajador ante el otro animal de Trump. Fachito, de electrocutar estudiantes en Bogotá, pasó directo a promover la bala desde Washington contra Venezuela, sin parpadear, sin alterarse. En la Academia de inmediato se llamó a sesión extraordinaria para analizar el problema y se concluyó que en efecto, como cuenta su primo Juanma, el trauma de Fachito, desde que se cayó del zarzo cuando jugaban a las escondidas en sus épocas de infancia, ahora tiene consecuencias desastrosas. Fachito quedó descocado desde entonces, lo cual ahora es potenciado por el peor descoque del uribestiario pendenciero en pleno que quiere matar y comer del muerto, aquí y en todas partes, como la vieja Radio Santafé. Y es que el gobierno, (que debía ser el propio presidente, en este caso Chanchis President) el que debía pronunciarse, como lo hicieron los demás gobiernos del llamado Grupo de Lima, que han manifestado su contrariedad a lo de Almagro, aquí optó por no decir nada, que es decir sí, como lo acaba de dejar claro Fachito. Pero esta conducta, hay que recordarlo -según citaba uno de nuestros Académicos-, quedó establecida, luego de una cumbre que sucedió en Bogotá un mes antes de la posesión de Duque, donde en presencia de lo más granado de la derecha latinoamericana, con el ex Director de la CIA, el General Petraeus, presidiendo la reunión, la intervención militar a Venezuela será más temprano que tarde y, obvio, todo comenzaría desde Colombia.
La ías en Boyacá
Nuestros Académicos han hecho caer en la cuenta de una característica constante en los dos últimos meses en Boyacá: que las ías han venido con la amenaza en la mano diciendo que ahora sí deben temblar los corruptos, que habrá sanciones ejemplares; que, como dice ahora el nuevo gobierno, ‘el que la hace la paga’. Sin embargo, a juicio de la Academia, todo ha sido un deprimente espectáculo en cada caso. Primero fue la Gerencia Departamental de la Contraloría General que anunció noticias de fondo y posibles sanciones ejemplares para los casos que había documentado. Hicieron el informe y nadie supo qué pasó. Unos días después, vino Néstor Humberto (la vergüenza del maestro Salustiano Tapias, su padre, según acotó uno de los viejos Académicos, recordando al padre de Néstor Humberto). El fiscal General dijo que ahora sí debían temblar los bandidos. Después de su visita nadie entendió a qué bandidos se refería porque, en todo caso, no fueron los de aquí los que temblaron. Y ahora llega Carrillo, el Procurador, y la víspera se dice que habrá anuncios de fondo, que serán notificadas sanciones y procesos. Carrillo dura una mañana en Tunja y lo único que se le enredó fue una sanción contra un alcalde como el de Almeida, porque “violó el régimen de inhabilidades” y le clavó la destitución y 10 años de inhabilidad para ejercer cargos públicos; el tipo no se ha robado nada, ni le ha causado mal a nadie. En cambio, bandidos como los que han propiciado y perpetrado el asalto a los cientos de familias de Torres del Parque y Estancia el Roble, en Tunja, ni siquiera han sido mencionados por ninguna de la ías.