El estudio Vacunas Solidarias Colombia ha sido una iniciativa en la que el país ha participado desde finales de 2021 con el propósito de evaluar el efecto en la reducción de la tasa de COVID-19 de las vacunas Codagenixdigen de origen nasal, que contienen el virus atenuado, y Medigen, de proteína recombinante.
El profesor Carlos Arturo Álvarez, de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), coordinador general de los estudios COVID-19 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aclara que “este es el cierre del ciclo de la vacuna Medigen, recordemos que en Colombia también se probó la nasal que continúa en seguimiento hasta mayo de 2024”.
Para realizar estos estudios se creó una alianza entre la OMS, el Ministerio de Salud y Protección Social (Minsalud) y centros de investigación públicos y privados entre los que se encuentra el Hospital Universitario Nacional de Colombia (HUN) de la UNAL, el cual fue clave para compartir estos resultados en corto tiempo.
Como parte de este proyecto se hizo investigación en Duitama, Tunja, Bogotá, Ibagué, Villavicencio, Armenia y Cali, ciudades con sitios fijos y móviles, pero que además permitió tener diversidad de pacientes para realizar los debidos estudios clínicos y formar a los profesionales de la salud en esta área.
“En Colombia tuvimos 1.500 participantes en ese proceso que facilitaron la recolección y el análisis de muestras. Además permitió que 700 médicos, enfermeras, bacteriólogos, químicos farmacéuticos y otros profesionales se preparan en buenas prácticas y eso es importante cuando hablamos de tener independencia sanitaria”, dijo el profesor Álvarez.
En Villavicencio se reclutaron durante 30 días 39 voluntarios que recibieron la vacuna, y en el marco del proyecto se atendieron 645 personas con salud primaria y tamizaje cardiovascular.
El doctor Carlos Humberto Saavedra Trujillo, profesor de la Facultad de Medicina de la UNAL, quien formó parte del proyecto, señaló que “para 2022 en el periodo de estudio se hizo el montaje de una carpa en el parque central de Villavicencio con todos los insumos quirúrgicos y sistemas de alarma, y se hicieron otras actividades de promoción y prevención”.
Por su parte, Boyacá fue el único departamento que logró incluir dos ciudades –Duitama y Tunja– para validar nuevos biológicos enfocados en disminuir la propagación del virus y sus efectos graves en la salud de los colombianos.
El doctor Julio Alberto Chacón, investigador a cargo de Unidad que se situó en Boyacá, explicó que este estudio fue la respuesta del mundo entero a la pandemia donde nos unimos investigadores clínicos para encontrar soluciones y evitar que el COVID-19 cobrara más vidas.
“Entre Tunja y Duitama logramos tamizar 1.200 participantes y vacunar a más de 1.000 personas durante este tipo de estudios clínicos y casi 80 profesionales trabajaron de la mano en este proceso de vacunación”, puntualizó.
En lo referente a Bogotá, se adelantaron ensayos clínicos relevantes en localidades con una alta densidad de población como Bosa, Ciudad Bolívar, Engativá y Suba.
El profesor Jorge Alberto Cortés Luna, de la Facultad de Medicina de la UNAL, encabezó estos estudios en la ciudad y destacó que mediante estos ensayos clínicos en dichas localidades se logró acercar la ciencia de manera significativa a la comunidad.
“Se atendieron 5.125 personas con tamizaje cardiovascular y vacunas a 95 personas en la primera etapa y a 144 en la segunda, aportando significativamente a los ensayos clínicos”, especificó.
La doctora Claudia Aristizábal Guzmán, líder del Comité de Ética de Colsanitas, enfatizó sobre la importancia de la participación de Colombia en este proyecto: “ha sido una oportunidad para visibilizar y demostrarle al mundo el potencial del país en múltiples aspectos”.
Además hizo hincapié en la destacada calidad de los recursos humanos y en la presencia de instituciones con procesos estandarizados, elementos que permiten llevar a cabo proyectos de gran envergadura con un impacto significativo.
Fuente | Agencia de Noticias UN