Por: Jacinto Pineda Jiménez, docente ESAP Boyacá Casanare
La violencia de pareja, la de mayor frecuencia en el hogar, siembra consecuencias imborrables en los afectados. La mujer es víctima en el 86,2% de los casos, los indicadores en Boyacá son superiores a Colombia y los ex la mayor preocupación.
El amor fuente de alegría y felicidad en ocasiones se traduce en violencia. Las relaciones afectivas entre los seres humanos son fundamentales, básicas para construir un proyecto de vida que beneficie mutuamente y posibilite el desarrollo pleno de quienes de ella hacen parte. Sin embargo, algunas relaciones íntimas se caracterizan por el maltrato, expresado en la violencia emocional, física, sexual, psicológica, con graves consecuencias para las personas involucradas, la familia y la sociedad. Nos referiremos a la violencia de pareja, definida como “cualquier comportamiento, dentro de una relación íntima, que cause o pueda causar daño físico, psíquico o sexual a los miembros de la relación”. También es claro que la violencia de pareja es la de mayor número de casos dentro de la violencia intrafamiliar y que la mujer es la víctima con mayor frecuencia.
Violencia de pareja en Boyacá, un problema mayor
Tal como se evidencia en la gráfica uno, el comportamiento de la violencia de pareja, de acuerdo con la tasa por cada cien mil habitantes es superior en Boyacá que en el país. Hay un descenso paulatino en la ocurrencia del fenómeno, un hecho plausible, aunque las cifras del año 2020, afectado por la pandemia, son criticadas por el posible subregistro.
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Cuando se analizan los datos por sexo de la víctima, las diferencias son abismales; en el año 2016, el de mayor registro del periodo analizado, la tasa por cada cien mil habitantes para los hombres en Boyacá fue de 36,96 y la de mujeres de 293,72 (para contrastar en Colombia la tasa para las mujeres llegó a 213,48). Mientras en Colombia, año 2016, las mujeres representaban el 86,21% de los casos presentados, en Boyacá alcanzó el 88,87% del total de los casos, este comportamiento ha sido regular, por ello la violencia de pareja, como fenómeno público que trasciende la intimidad se ensaña contra las mujeres.
Gráfico uno
Radiografía de la violencia de pareja en Boyacá
Que la mujer es la víctima no admite discusión, como lo refleja el gráfico dos, donde se comparan el número de casos por sexo de la violencia de pareja. Ahora con el ánimo de ver en detalle el fenómeno en Boyacá, hago un análisis del comportamiento del año 2019, dado que el 2020 es atípico. Se registraron 1.341 casos, de los cuales el 86,1% de las víctimas fueron mujeres; Tunja es la ciudad con el mayor número de eventos, 451, le sigue Sogamoso con 289, Duitama 257 y Chiquinquirá 61. De esas ciudades, es Sogamoso donde con mayor frecuencia las mujeres son víctimas con el 90,66% de los casos. Soracá presenta la tasa más alta por cada cien mil habitantes, con 430,58, le sigue Tunja que registra 296,6, muy superior a lo que acontece en Boyacá con 128,57 y Colombia 117,79, lo que configura una situación de alerta en la capital boyacense.
Son las relaciones entre los jóvenes donde se presenta la mayor violencia de pareja, a la luz de las cifras del 2019. Entre las edades de 18 a 29 años se registra el 44,2% de la totalidad de casos, lo que refleja la fragilidad e inmadurez, en algunos casos, de estas relaciones. Hay una relación directa entre nivel de educación y violencia de pareja, en Boyacá el 37% de las personas involucradas en el fenómeno contaban con educación básica secundaria, el 28% con básica primaria, el 22% con técnica o tecnológica y el 7% para quienes cuentan con educación inicial y preescolar, lo cual suma el 94% de los casos, siendo muy baja para el nivel universitario, en sus distintas fases.
Gráfico dos
Frente al estado conyugal, el 46% de los casos de violencia de pareja se presenta entre quienes viven en unión libre, seguido de los solteros con el 25%, solteros con el 21% y separados el 8%. Ahora cuando se analiza el presunto agresor, en primer lugar, están los compañero(a)s permanentes con 619 casos, del total de los 1.341 registrados en el año 2019, es decir el 46,2%, le sigue el excompañero (a) permanente con el 26, 4%, siendo de los patrones más preocupantes pues está asociado directamente con el feminicidio y el peso de patrones culturales, donde se expresan celos, miedos, machismo y relaciones de poder. El ex, ya sea novio(a), esposo(a) o excompañero(a), suman el 33,2% de los presuntos agresores, donde hay factores desencadenantes como el machismo y la intolerancia. Las mujeres son las mayores víctimas del fenómeno, pero también ellas, es decir las ex, en el 16,4% son las agresoras.
Estamos frente a un fenómeno que concita la reflexión, la investigación y el conocimiento para abrir caminos que desde la sociedad y el Estado contribuyan a mitigar los impactos negativos de la violencia de pareja.
Interesante artículo por el respaldo con cifras y porcentajes, lo que permite apreciar la gravedad de este fenómeno social. Interesante complementar está investigación empírico analítica con enfoques cualitativos para avanzar en la COMPRENSIÓN e incluso, haciendo uso de enfoque socio – crítico, facilitar el desarrollo de argumentos, razones, actitudes transformadoras, para prevenir e intervenir a tiempo, el desarrollo de la cultura de la violencia entre parejas.