En La Política, Aristóteles, define, caracteriza, examina y explica la democracia y sus diversas especies, sus fines, instituciones y sus relaciones con la justicia y la riqueza, su corrupción, conservación y otros asuntos pertinentes. Así mismo, trata de la oligarquía y otros regímenes criminales como la tiranía. Y ya son innumerables los estudios, investigaciones y tratados sobre el tema. En síntesis, la democracia es el gobierno de la mayoría a través de sus representantes elegidos, y sus fines son la búsqueda del bien común, que implica la lucha contra la pobreza, la miseria, el hambre, la ignorancia, el atraso, la desigualdad, la injusticia, la enfermedad y la guerra; y la defensa de los derechos y la soberanía. Esa misión es la que está adelantando el gobierno de Gustavo Petro en Colombia. Pero la derecha, mediante los medios de información, pretende impedir este proyecto de construir un país más justo, igualitario, inteligente, en paz, sostenible y democrático donde todos tengamos derecho a vivir y morir con dignidad.
/ El púlpito del Diablo
Octavio Paz advirtió que existen tiranías constitucionales o dictaduras depredadoras y sanguinarias enmascaradas con la palabra democracia. En Colombia, las elecciones han sido una farsa, una patraña con que han engañado a la gente para que elija libre y democráticamente a los corruptos, ladrones y verdugos que han arruinado al país y asesinado al pueblo colombiano. En efecto, el senado y la cámara son madrigueras de oligarcas o mercenarios de los oligarcas, aliados de las ratas y los asesinos, que han impedido la justicia social, la paz y el desarrollo humano, económico y cultural de la Nación; así que, son los peores enemigos de la democracia.
Y los electores son grandes rebaños de gente analfabetas políticos, ignorantes, incapaces de utilizar la razón para acceder al pensamiento crítico, ingenuos, creyentes dóciles ante la mentira, aficionados al chisme y la entretención, presas fáciles de las fieras de la politiquería de derecha que siempre han sabido embaucarlos y engatusarlos para que elijan y sigan eligiendo como sus líderes y redentores a sus enemigos de clase; y en ciertas regiones, como la costa Atlántica y otras, no necesitan persuadirlos con su cháchara de farsantes y embusteros, porque les compran el voto.
En ese panorama de miseria mental e ignorancia de las doctrinas políticas, se ha impuesto durante dos siglos la oligarquía como el modelo político ideal que logra mantener al país estancado y podrido de corrupción, robo, injusticia, odio y violencia. Porque la oligarquía, definida por Aristóteles, es el gobierno de los ricos que tiene como único fin proteger a sangre y fuego sus privilegios y seguir amasando riqueza para disfrutar de su enfermedad mental de la avaricia y el delirio de poder hasta la eternidad.
