Las quejas provienen de estudiantes de todos los semestres y las causas de las molestias son diversas, desde la escasa consideración de la universidad con las familias boyacenses dada la compleja situación económica, hasta las disposiciones para dar cumplimiento al calendario académico del segundo semestre del año.
El inconformismo entre los estudiantes de la Universidad de Boyacá se propaga como si se tratara del mismísimo COVID-19, los casos de malestar por las decisiones que toman las directivas de la universidad se multiplican a diario.
Entre las quejas más recientes está la de estudiante, que recientemente terminó sus estudios y recibió su título en los últimos días, para llevarse la ingrata sorpresa, días después, de recibir un comunicado, de forma tardía, en la que se advertía que los futuros graduandos podían optar por una ceremonia presencial pero en el segundo semestre.
El estudiante lamentó que se le haya comunicado tal situación con tanta tardanza, así como el costo de los denominados derechos de grado, que valen los mismos 950.000 pesos que en otras ocasiones, advirtiendo que en este caso se trata de ceremonias de grado que se llevarán a cabo de forma virtual.
Hoy en Colombia el cobro de los derechos de grado están regulados por la Ley 30 de 1992, que da libertad absoluta a las instituciones de educación superior para fijar un valor por los denominados derechos de grado.
Claro que la arbitrariedad de esta ley está siendo discutida desde el año pasado en el Congreso de la República mediante un proyecto de ley que pretende que el costo de los derechos de grado no puede superar el costo real de impresión del diploma con las medidas de seguridad y protección debidas. Igualmente se pretende que si se incluye el costo de ceremonia, este sea justificado y avisado o notificado a los titulares del derecho.
De todas formas, esto sigue siendo un proyecto, y de momento las instituciones de educación superior tienen plena libertad para fijar dicho valor. Pero lo cierto es que a los futuros graduandos de la Universidad de Boyacá, el valor de 950.000 pesos, sin ceremonia, les parece un completo abuso. Tanto así que por redes sociales coordinan acciones para solicitar descuentos.
Universidades como la Javeriana, entendiendo la prohibición para organización de eventos de asistencia masiva, y por ende la limitación para hacer ceremonias de grado, optó por rebajar el costo que implica la ceremonia, el cual estimó en un 40% del total de los derechos de grado.
Para ejemplificar el alto costo que ha fijado la Universidad de Boyacá por los derechos de grado, basta hacer un comparativo con otras universidades como la Javeriana, que cobra 612.000 pesos por dicho concepto o la Universidad del Rosario que cobra 814.000, en una ciudad donde se supone que la ciudadanía tiene un promedio de ingresos mayor al que perciben los residentes en el departamento de Boyacá.
Entre las universidades con sede en la capital boyacense las tarifas están así: En la UPTC los derechos de grado tienen un costo de 131.670 pesos para estudiantes de pregrado, mientras que para los de posgrado el costo llega a los 438.900. Para el caso de la Universidad Santo Tomás, seccional Tunja, los derechos de grado tienen un valor de 632.000. En la Fundación Universitaria Juan de Castellanos han fijado que el valor de los derechos de grado, para los programas de pregrado, deben equivaler al 70% de un salario mínimo mensual legal vigente (877.802 pesos), que para 2020 equivale a un valor de 614.461 pesos.
Es así que los estudiantes de la Universidad de Boyacá se preguntan si imprimir un diploma con los requisitos de seguridad pertinentes tiene un costo de 950.000 pesos.
Pero las quejas van más allá de los que terminan su formación de pregrado próximamente. A este medio llegó la queja de un estudiante de primeros semestres, perteneciente a la facultad de ciencias de la salud, que considera poco pertinente el método planteado por la universidad para llevar a cabo el calendario académico en el segundo semestre del año, así como considera poco veraz la información que le presenta la universidad.
A su correo llegó una circular de parte de la Vicerrectoría Académica en la que se le comunica que las actividades del segundo semestre van a ser virtuales y con clases remotas-asistidas. “Durante el semestre se desarrollarán las actividades teóricas y, si las condiciones de salubridad lo permiten, al final del semestre se programarán laboratorios y talleres de las asignaturas teórico-prácticas, de lo contrario, se programarán en el primer semestre del 2021 sin ningún tipo de costo, ya que se encuentran dentro de los valores ya cancelados, esto, sin perjudicar el avance en las materias de ese semestre”, indica la circular.
Sin embargo, el estudiante manifiesta que esa vía de aprendizaje es impropia para su campo específico de aprendizaje, pues hay actividades que requieren del aprendizaje de forma presencial. “Nosotros no podemos aprender a inyectar por medio digital, tampoco a poner una sonda. No entendemos cómo la Universidad de Boyacá no presta atención a sus estudiantes, pero si a la inversión que debemos realizar”, sostiene el estudiante.
Agrega el estudiante a su motivación de inconformismo que “a los que estudiamos con crédito ICETEX es complicado que nos den el descuento del 20%”. Y pone en entredicho que esa promesa de realización de clases prácticas a futura se cumpla. “Es algo que realmente sabemos que es falso y que la universidad no se va a comprometer a realizar. Nosotros como estudiantes también exigimos que nos escuchen y que nos comprendan de una u otra manera.
Cabe recordar que estos no son los únicos motivos de indignación de parte de la comunidad académica contra las decisiones que toman las directivas de la Universidad de Boyacá, pues basta recordar la arbitraria y unilateral decisión tomada sobre el cuerpo docente, al que se le sometió a aceptar una reducción de su salario, incluso atentando de esta manera contra la permanencia de los profesores y la continuidad de los procesos académicos.
Las protestas quedan cortas ante el numero de irregularidades que existen en la expedición de títulos de pregrado y posgrado desde hace unos años, donde solo importa pagar por obtener el titulo sin que los contenidos del programa o el procedimiento para obtenerlo sean apropiados.
Una universidad que no da garantías a sus estamentos, camina por la senda de la extinción, ya que debe promover el debate y no la arbitrariedad.
Hay cierta información que se da por cierta cuando se trata de especulaciones, lo que genera una mala imágen de la UdB, sería bueno que primero verificarán la autenticidad de lo dicho con lo que realmente pasa.
De lo que dijeron, que no es verdad?
Y de la UPTC no dicen nada?…. el año antepasado escasamente hicieron un semestre, el año pasado ni uno y este año menos, sin embargo sus roñosos profesores siguen devengando su jugoso sueldo, la deserción estudiantil es inmensa, cierren ese antro.
pues es muy preocupante que ya son varios los inconformismos de parte de los estudiantes de la universidad de Boyaca, siempre catalogados por cobrar mas y nunca pensar en los estudiantes, justificaron el semestre con clases virtuales y el tema practico se quedo atrás, para los que ya inician internados va a ser muy complejo puesto que la parte practica es fundamental, nunca plantearon la manera de no dejar a un lado el tema practico y así finalizo y aun así a los docentes les hicieron recorte de salario antes de finalizar el semestre, es injusto porque ya estaban pagas las matriculas, entonces toda la información antes descrita no es falsa a la realidad de la universidad