El objetivo se cumplió: la elección de los nuevos dignatarios de la Federación de Productores de Carbón, Fenlcarbón, regional Boyacá, acción que se llevó a cabo este lunes en el auditorio de la Cámara de Comercio de Sogamoso, a donde llegaron representantes de la mayoría de los municipios productores de los tres tipos de carbón que se extraen en Boyacá (siderúrgicos, térmicos y antracitas), y que busca relanzar la agremiación, en un momento coyuntural, donde la actividad reclama de una sólida organización para afrontar las problemáticas y las oportunidad que hoy presenta la actividad extractiva del mineral.
Luego de un análisis detallado de lo que sucede con la minería del carbón en el departamento, las distintas regiones productoras, designaron los nombres de sus representantes para que en el menor tiempo posible conformen una nueva junta directiva de la Federación en el Departamento.
Los elegidos fueron los siguientes nombres:
En representación de la región Samacá – Raquira, resultaron elegidos, Carlos Enrique Sierra y Luis Enrique Lozano; por el municipio de Tópaga, Alberto Puentes Díaz y Janeth Rodriguez; por Mongua, Gerardo Tapias Vega; de los municipios de Socha – Socotá – Jericó, Hernando Vega Llanos, Sandra Hernández, Ciro Rodriguez, Katherine Ávila Acero y Luciano Torres; por el municipio de Iza, Soledad Flórez; en representación de Gámeza, Marcelino Parra e Ignacio Nontoa; de Corrales, Samuel Medina Rincón y José Del Carmen Vargas; en representación de Tasco: José Manuel Mojica T. y Camilo Cepeda Márquez; por Monguí – Beteitiva, Jaime Chiquillo Díaz; y, por Paipa: Marco Antonio Rincón y Juan Camilo Ruiz. Como hecho preocupante, no se registró la presencia de delegaciones de los municipios de Norte y Gutiérrez, que ahora son considerados jugadores importantes en la producción del mineral.
Este conjunto de dignatarios tendrá la responsabilidad de nombrar sus ejecutivos que serán encabezados por un nuevo director ejecutivo y los demás cargos que se consideren necesarios, a la vez que redactará unos nuevos estatutos, establecerá y reglamentará los mecanismos de financiación y trazará los planes de acción para hacer del órgano gremial el verdadero vocero y representante de los carboneros ante la sociedad boyacense y ante las distintas instancias del Estado.
Preocupación y optimismo
El gremio de los carboneros enfrenta hoy retos muy importantes que oscilan entre la preocupación y el optimismo.
Preocupación, por la controversia ambienta, por lo que está sucediendo con la delimitación de las zonas de páramo en todo el país y, en particular en Boyacá, lugares donde se calcula que existe gran parte de las reservas de carbones, lo cual ha exacerbado la disputa entre ambientalistas y mineros, donde los primeros pregonan que minería y agua, carbón y biodiversidad, son excluyentes, que son los unos o la otra; mientras que ellos, los mineros, sostienen que es al contrario: que se puede aprovechar el recurso del carbón sin descuidar la preservación del agua y de los demás elementos de la biodiversidad, que se puede y se debe aprovechar el carbón para generar empleo y oportunidades.
El llamado a los productores mineros del departamento es a estar atentos a las definiciones legales, que se han venido desarrollando y poniendo en práctica en el país, donde el camino a la veda de laminería parece estar ganando la partida y por eso los carboneros reunidos en Sogamoso, afirmaron su compromiso y tarea de estar alertas para responder a las distintas arremetidas en contra de laminería y poder, con argumentos sólidos y oportunos, defender la actividad, por lo cual también, se requiere una estructura económica que le permita al gremio asumir los costos que eso tiene.
Optimismo, porque se calcula que los precios del mineral, en primer lugar de los carbones siderúrgicos, se mantendrán en un periodo más o menos largo; que las reservas de carbón son más que suficientes; y que el clima, para el caso de los carbones térmicos, puede ayudar el año entrante ya que un fenómeno de El Niño prolongado y fuerte, cono se está anunciando, obligaría a las generadoras a salir a comprar carbón al precio que sea, con tal de no dejar sus calderas sin con qué funcionar.
En este punto se describió la situación que actualmente se vive en la minería de los carbones térmicos. Se dice que las unidades productivas de carbón térmico han disminuido casi a cero, lo cual significa que si el año entrante se da el fenómeno de El Niño, cuando haya necesidad de prender las plantas, no habrá más remedio que salir a comprar al precio; y que, además, en la realidad colombiana no se ve en el horizonte la presencia de una fuente de energía que reemplace al carbón en el corto tiempo.
Así que lo que se impone es el fortalecimiento gremial, según su convencimiento, para defender la actividad minera y aprovechar las oportunidades que esta brinda.