¿Cómo fue posible que un peligroso delincuente huyera de la que es considerada una de las cárceles más seguras de Colombia?

Publicidad

Las autoridades penitenciarias siguen buscando a Nelson Ocampo Morales, de 46 años, natural de San Vicente del Caguán, quien en la madrugada del domingo 19 de octubre se escapó de la Cárcel de Alta Seguridad de Cómbita. No es la primera fuga que se produce en ese penal y seguramente ese escape se produjo con complicidad de personal de la guardia.

El reporte que entregó la guardia de la Cárcel de Alta Seguridad de Cómbita fue que el domingo 19 de octubre, a la 1:30 de la madrugada, se produjo la fuga de Nelson Ocampo Morales, de 46 años, natural de San Vicente del Caguán, Caquetá, condenado por el asesinato de una patrullera de la policía, en hechos ocurridos en el departamento del Huila en 2023.

La fuga de Ocampo, considerado como un delincuente de alta peligrosidad, no es la primera que ocurre en Cómbita; en enero de 2023, un interno, identificado como ‘Braian Orlando Marín Cardona’, líder de un grupo delincuencial (‘Los Pelusos’), se fugó de ese mismo penal. El reo habría cavado un hueco hasta una ventana y luego saltó la malla de seguridad.
En julio de 2020 fue frustrado un intento de fuga masiva. Los guardias encontraron un túnel en construcción y se evitó que entre 20 y 50 internos pudieran fugarse.

Publicidad

Nelson Ocampo Morales, también conocido como ‘El Diablo’, ‘Mono’ o ‘Jean Carlo’ apenas completaba 23 meses de prisión de una condena a 33 años de cárcel que le fue impuesta en diciembre de 2024. El recluso se encontraba en el patrio 1 del establecimiento carcelario.

La cárcel de ‘alta seguridad de Cómbita’ fue construida con criterios similares a los de cárceles ‘super-max’ internacionales y fue proyectada para albergar a internos de alta peligrosidad, con medidas de seguridad reforzadas.

Los internos en los módulos de máxima seguridad están sometidos a controles más estrictos, aislamiento, requisas frecuentes y vigilancia permanente.

En esa cárcel se realizan con frecuencia intervenciones operativas y requisas masivas en los pabellones para incautar teléfonos celulares, armas blancas, drogas, y otros elementos que comprometen la seguridad del penal.

La prisión alberga internos que antes se encontraban en otros centros penitenciarios del país, trasladados precisamente por su peligrosidad para concentrarlos en este régimen más estricto.

En la prisión hay vigilancia de cámaras, monitoreo de zonas críticas, alarmas de emergencia.

También hay requisitos especiales de aislamiento y seguimiento para internos con poder o riesgo elevado.

La cárcel de máxima seguridad de Cómbita tiene una de las estructuras de seguridad más exigentes del país; está diseñada para minimizar el riesgo de fuga.

Y, sin embargo, la cárcel no es infalible. Las fugas ocurren cuando se combinan varios factores:

Que algún punto de la infraestructura esté debilitado (una ventana, malla, túnel).
Posible complicidad interna: personal de vigilancia, funcionarios comprometidos, negligencia en los protocolos de control.

Presión operativa: internos de alta peligrosidad pueden influir, coordinar, usar recursos para intentar vulnerar los controles. La detección de “call-centers” internos, celulares escondidos, armas blancas e informales lo demuestra.

Entornos complejos: Aunque el penal sea de máxima seguridad, tener internos con mucho poder dentro del sistema carcelario es un factor de riesgo.

¿Qué hacen las autoridades para reducir riesgos de fugas?

Barreras físicas y reforzamiento perimetral. Existe un muro perimetral con concertina/cuchillas en la parte superior sustituyendo al tradicional alambre de púas.
Operativos de control interno. Intervenciones recientes: en enero 2025 se intervinieron 120 celdas (pabellones 4 y 6), se revisaron ~300 internos en cada una, se encontraron celulares, armas blancas, estupefacientes. Tras los hallazgos, proceden a sanciones, traslados y ajustes de custodia.

Destinación de internos de alta peligrosidad. El INPEC trasladó a este centro cien internos de bandas criminales de alta peligrosidad en 2011, con intención de concentrar los casos de mayor riesgo en una sola infraestructura reforzada.

En la intervención de enero 2025 se hallaron varios celulares, accesorios, etc. Esto revela que los internos tienen capacidad de comunicación externa, lo que multiplica el riesgo de coordinación de acciones dentro/fuera del penal.

En general, en cárceles de alta seguridad del país se detectan extorsiones desde el interior, complicidad de funcionarios y filtración de objetos prohibidos. Esto también aplica para Cómbita.

    Publicidad

    DEJA UNA RESPUESTA

    Por favor ingrese su comentario!
    Por favor ingrese su nombre aquí

    Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.