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El agua es el recurso más preciado de la Tierra. El papel necesario que juega para la vida, su función en los ecosistemas del planeta y sus numerosos usos en la agricultura y otros sectores son solo algunos ejemplos de su valor. Sin embargo, su escasez y una gestión inadecuada hace que muchas zonas del planeta sufran restricciones, pérdidas en las cosechas y otros problemas derivados de la falta de este elemento vital.
Para garantizar la seguridad hídrica de todos, es necesario adoptar una gestión eficiente y responsable del agua. La agricultura es precisamente uno de los sectores donde más agua se desperdicia, debido a la falsa creencia de que es necesario regar el campo de forma uniforme. Afortunadamente, la adopción de tecnología satelital está ayudando a corregir este problema.
La importancia de la gestión del agua
Los problemas relacionados con el agua van en aumento gracias al cambio climático y son uno de los principales desafíos de este siglo. A los fenómenos meteorológicos extremos y la contaminación se suman los conflictos que surgen al representar intereses públicos, privados y medioambientales. Apenas el 3% del agua del planeta es agua dulce y solo un tercio de ella es potable; además, una buena parte de esta agua está atrapada en glaciares, los casquetes polares, zonas de permafrost o bajo el suelo.
Poniendo el foco en la agricultura, esta actividad usa en torno al 70% del agua dulce de la que disponemos. Una gran mayoría se usa para el riego de los cultivos, dejando el resto para otras actividades como ganadería o acuicultura. Un exceso de agua al regar no solo no es beneficioso para las plantas, haciéndolas susceptibles a determinadas enfermedades, como la podredumbre de la raíz, también genera otros problemas relacionados, como la erosión del suelo.
Una gestión sostenible del agua en la agricultura no solo garantiza su disponibilidad a largo plazo para el sector y una reducción del gasto al evitar el desperdicio, también es clave para maximizar el rendimiento y conseguir la seguridad alimentaria. El uso de un sistema de monitoreo satelital de cultivos puede facilitar enormemente esta labor.
Gestión del agua mediante un sistema de monitoreo de cultivos
A menudo, la gestión del campo en materia de agua se basa en una combinación de datos recopilados por los diferentes sensores ubicados en el campo y una inspección sobre el terreno. Sin embargo, este tipo de enfoque tiene serias lagunas que comprometen la gestión del agua. Una inspección sobre el terreno difícilmente detectará las sutiles variaciones en el contenido de humedad del suelo y la planta, por lo que el reconocimiento visual suele ser claro cuando el problema es ya grave. En el caso de los sensores, la mayoría de ellos solo son capaces de medir la humedad en la superficie del suelo o cerca de ella, ignorando la humedad en la zona radicular.
Para obtener un enfoque integral que advierta de problemas relacionados con el estrés hídrico de las plantas, es necesario contar con software que disponga de múltiples fuentes de datos que puedan ser usados. La combinación de datos de los sensores con índices de vegetación, datos satelitales sobre la humedad del suelo y la salud de los cultivos, la previsión meteorológica y datos históricos de productividad muestra el verdadero estado del campo y permite al agricultor reaccionar adecuadamente. Justo de esta manera funciona el monitoreo de cultivos de EOSDA Crop Monitoring.
EOSDA Crop Monitoring
EOSDA Crop Monitoring es una plataforma de agricultura de precisión creada por EOS Data Analytics. Esta solución está diseñada para ser el único software necesario para gestionar de forma integral el campo, incluyendo la gestión y uso del agua y el riego. EOSDA Crop Monitoring cuenta con el índice de vegetación NDMI (Índice De Humedad De Diferencia Normalizada), que permite detectar tanto las zonas encharcadas como aquellas con déficit de agua. Esta detección a tiempo del estrés hídrico mediante el índice NDMI ayuda a minimizar las pérdidas en los cultivos y a aplicar agua en consecuencia.
Cuando la complejidad de la situación es grande, EOSDA Crop Monitoring también cuenta con una solución personalizada avanzada de análisis de la humedad del suelo. Este análisis avanzado se hace teniendo en cuenta datos históricos desde 2002, datos satelitales con revisita 1-3 días, datos de humedad en la superficie y la zona radicular y algoritmos propios, lo que permite conocer mejor los puntos fuertes y débiles de la zona de cultivo y reconocer patrones climáticos. La toma de decisiones también se ve mejorada, permitiendo identificar qué cultivos funcionarían mejor o cómo ajustar el riego en función de la topografía.
Otras aplicaciones del monitoreo de cultivos en la agricultura
El monitoreo satelital tiene otras aplicaciones además de servir de apoyo en la gestión del agua. El uso más habitual es el de controlar la salud de las plantas, normalmente mediante índices de vegetación como el NDVI. Esto no solo está relacionado con la falta de nutrientes o agua, también puede ser una señal reveladora de la posible existencia de plagas o enfermedades en el campo.
Los datos satelitales también juegan un papel importante en los sistemas de predicción del rendimiento de los cultivos, gracias a la inmensa variedad de fuentes y al enorme catálogo de datos históricos. Otra función muy interesante del monitoreo satelital es la modelización del carbono orgánico del suelo (SOC), combinado con el modelo RothC, que permite calcular el secuestro y puede ser usado como referencia para calcular créditos de carbono.
La detección de los límites del campo o la clasificación de cultivos a escala regional o del país son otras posibilidades que los datos satelitales ofrecen y que ayudan a determinar diferentes cuestiones, como los posibles precios de mercado de las frutas y verduras o analizar si la producción será suficiente para garantizar la seguridad alimentaria local.