En las últimas horas la Fiscalía judicializó a dos presuntos miembros de Las Marionetas en el Quindío, que traficaban por contratación pública en varios departamentos y cobraban comisiones.
La Fiscalía General de la Nación presentó ante un juez de control de garantías a dos personas que harían parte del entramado de corrupción denominado Las Marionetas, que intervino ilícitamente en procesos contractuales que se realizaron en Tolima, Quindío y Valle del Cauca, entre noviembre del 2020 y finales del 2022.
Una de ellas es Katherine Rivera Bohórquez, integrante de la Unidad de Trabajo Legislativo (UTL) del senador Ciro Ramírez, y el contratista Ánderson González González.
Una fiscal de la Dirección Especializada contra la Corrupción les imputó los delitos de concierto para delinquir agravado e interés indebido en la celebración de contratos. Los cargos no fueron aceptados.
En el 2021, el Departamento Administrativo para la Prosperidad Social (DPS) y la Empresa Industrial y Comercial del Estado Proyecta Quindío suscribieron el contrato interadministrativo N.° 670 del 2021, por $48 mil 660 millones.
En atención a lo pactado, Proyecta Quindío se encargó de viabilizar 27 proyectos de obra, con sus respectivas consultorías. Al parecer, aprovechó su régimen de contratación exceptuado y de manera indebida seleccionó contratistas e interventores, previamente referenciados por los cabecillas de la red criminal.
De acuerdo con los elementos de prueba, Rivera Bohórquez, en su rol de enlace de un senador, se comunicó con algunos funcionarios del DPS y Proyecta Quindío para coordinar y direccionar los lineamientos de designación en 15 contratos de obra e interventoría, 11 de los cuales habrían sido adjudicados de forma directa e irregular a González González y a algunas de las empresas en las que tenía participación.
En ese sentido, el contratista presuntamente recibió anticipadamente información privilegiada sobre el presupuesto, fechas de publicación de las licitaciones y varias de las condiciones exigidas en los procesos de selección, de tal manera que ajustó sus propuestas para ser el ganador. Al parecer, por ese favorecimiento acordó el pago de $1.000 millones, que iban dirigidos al máximo articulador del entramado de corrupción, el exsenador caldense Mario Alberto Castaño Pérez, y a otras personas que intercedieron.
Como parte de esta nueva línea de investigación, desde el inicio de las actividades de policía judicial la Fiscalía compulsó copias a la Sala de Instrucción de la Corte Suprema para que, en el marco de sus competencias, indague la posible responsabilidad del congresista como posible cabeza de esta red de corrupción.
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