
Apenas transcurrían dos semanas luego de iniciar el año académico de 1975, cuando Garagoa recibió la noticia de la orden de integrar el Colegio Departamental San Luis para entonces de modalidad Bachillerato Académico, con el Colegio del Rosario regentado entonces por las Dominicas del Rosario y con líneas de formación en Bachillerato Académico y Bachillerato Pedagógico conocido entonces como Normal Departamental.
Dos planteles que en la práctica eran tres, terminarían integrados y pese a seguir conformando un bloque educativo regional junto con el Instituto Técnico Industrial Marco Aurelio Bernal, de tal forma que de un plumazo Garagoa perdería dos colegios.
Curiosamente treinta años más tarde, sucedería lo mismo con la fusión de los hospitales de Garagoa y Guateque. Pero nada que hacer, la orden del gobernador José Ignacio Castañeda Neira y su Secretario de Educación había que cumplirla y así nació el Instituto Integrado San Luis, establecimiento del cual egresé en su primera promoción de bachilleres en 1975.
Un lunes, luego transcurridas cerca de dos semanas de recibida la orden de integración, quienes éramos del Colegio del Rosario, mujeres y hombres, con nostalgia llegamos por primera vez a la sede del San Luis a conocer a nuestros nuevos compañeros de aulas. Las chicas de uno y otro plantel con sus respectivos uniformes formadas en fila en la cancha de baloncesto junto con los hombres, recibimos las instrucciones de Sor Gabriela Inés Reyes en su condición de Rectora, para conformar cada curso de primero a sexto grado de bachillerato académico y de tercero a sexto de bachillerato pedagógico.
Luego de integrados los cursos, para los de último año Sor Gabriela Inés designó como sus directores a Marlén Becerra al frente del sexto de bachillerato pedagógico, y a Pedro Galindo y Alfonso López como directores del A y B académicos respectivamente. A ellos nuestra gratitud, porque bajo su guía pusimos punto final a esa inolvidable etapa de nuestras vidas, que es la del colegio.
Además de la rectora y directores de curso, imposible olvidar al coordinador Ángel Octavio Esquivel y a destacados profesores como Estela Muñoz, Jhon Arias, Beatriz López, Luis Ángel Barrera, Germán Tamayo, Humberto Bernal, Ligia Campos, Gustavo Loaiza, Azucena de Contreras y los demás cuyos nombres no recuerdo, pero todos merecedores de este sencillo reconocimiento.
Así todos asimilamos la integración y terminamos compartiendo actividades académicas, deportivas, culturales, de actualidad y la emoción de vivir la histórica Copa América de fútbol de la que Colombia fue subcampeón, sin perdernos los partidos que veíamos en casa de Sergio Márquez, todos amontonados frente a un televisor en blanco y negro, coreando los goles y sufriendo las derrotas de nuestra selección.
No lo vamos a negar, por esa época Garagoa vivía un frenético ritmo comercial por la construcción de la Hidroeléctrica de Chivor, y claro, varios tuvimos familiares y amigos que trabajan allí, siendo muy fácil dejarnos seducir por licor, billar, tejo, baile y una que otra furtiva escapada a un lugar nocturno ubicado en la esquina de la carrera 11, justo en la salida hacia Las Juntas y de cuyo nombre prefiero no acordarme.
También hacíamos deporte cómo baloncesto, fútbol, microfútbol y algo de atletismo, no había más alternativas, pero siempre organizábamos dobletes de baloncesto intermunicipal los viernes en la noche, con asistencia de público en general y pagando entrada para disfrutar de un sano espectáculo organizado por el comité deportivo del colegio. En fin, muchas vivencias y limitado espacio para evocarlas todas.
Terminó el año lectivo y como en la canción de Serrat, el sol nos dijo que llegó el final y el 22 de noviembre de 1975, nos graduamos como bachilleres pedagógicos y académicos en un sencillo acto en el Club del Educador. Todo ocurrió hace cincuenta años y es motivo del encuentro de exalumnos del Integrado San Luis Clase del 75, programado para este sábado 15 de noviembre en Garagoa.
Con seguridad, esa memorable reunión constituirá un espacio para exaltar la memoria de Flor Pabón, Bárbara Contreras, Esperanza Medina, Gildardo Gámez, Arnulfo Amaya, Alberto Rodríguez y Carlos Perilla, quienes nos han antecedido en el paso del umbral de la inmortalidad y en 1975 compartieron pupitre con nosotros. Para ellos y los demás exalumnos Sanluisistas fallecidos, paz en sus tumbas.












