Después de un acuerdo entre el ejército colombiano y la siderúrgica Gerdau Diaco, para fundir en la planta de Tuta unas 180 toneladas de fusiles pertenecientes a la institución armada, los cuales ya cumplieron el ciclo de uso y tienen que ser desmilitarizados, es decir hacerlos inservibles definitivamente y destruirlos por completo, se determinó que el producto de esa fundición servirá para un fin social, es así que junto con la Ladrillera Maguncia y la administración del municipio de Tuta se convino destinar el material para obtener acero de construcción que se destinará a vivienda de interés prioritario.
El convenio mencionado busca solucionar el problema de vivienda para 35 familias en extrema pobreza habitantes de la zona rural del municipio, luego de un censo realizado por la alcaldía para determinar quiénes más lo necesitan.
Los materiales llegados a la planta de Tuta, consistentes en fusiles, lanzagranadas y municiones, cuya vida útil en manos del ejército se calcula en 10 años, fueron previamente desactivados para evitar que puedan caer en manos distintas que quieran destinarlos para acciones ilícitas; una vez en la planta se procedió a su entrega oficial por parte de los representantes del Ejército a los directivos de Gerdau-Diaco, quienes tenían el dispositivo correspondiente para el descargue y procesamiento inmediato, consistente en llevar los materiales al proceso de fundición en el mismo momento.
El evento estuvo presidido por el coronel Luis Alfonso Reyes, Jefe de Estado Mayor Brigada de Logística Número Dos y por el coronel José Forero Beltrán, jefe de Estado Mayor del Comando de Logística del Ejército; y, por parte de la empresa Gerdau-Diaco, el colombiano César Vallejo Silva, gerente de la planta de Tuta; el chileno Juan Enrique Greibe, director de operaciones de Gerdau-Diaco; el brasilero José Sales Nunes, gerente industrial; y, la representación de la Procuraduría regional de Boyacá en cabeza del delegado Guillermo Casas.
Los principales momentos de la llegada y fundición de las armas en la planta de Gerdau-Diaco en la Planta de Tuta:
Los fusiles convertidos en barras incandescentes. Foto | Hisrael Garzonroa
