Carlos Arturo Piña Hernández, padre y abuelo ejemplar, amigo, amante de la naturaleza y digno exponente del boyacense trabajador se ha convertido en el mayor de 3.520 habitantes del municipio de Cómbita. Esta semana, más precisamente el 3 de febrero, ha conseguido llegar a una edad a la que no llega cualquiera; junto a sus seres más cercanos, familiares y amigos, Carlos Arturo celebró un centenar de años.
Según cuentan quienes lo conocen y lo aprecian, Carlos Arturo ha sido un total ejemplo de humildad, honestidad, responsabilidad y pujanza, entre tantas otras virtudes que ha logrado desarrollar durante cien años. Durante su vida ha sabido realizar una diversidad de actividades para poder sacar adelante su familia; abrió caminos, fundo escuelas e incluso se desempeñó como docente en su municipio natal.
EL DIARIO: ¿Cuál es su secreto para vivir tanto?
Carlos Arturo Piña: Cuidarse. Ser juicioso en los cuidados que se deben tener cuando uno va envejeciendo. ´También seguir las enseñanzas que le dan a uno sus superiores, es importante seguirlas desde que uno es joven
E.D: ¿Ha conocido algún combitense que haya vivido cien años?
C.P: En Cómbita no. En Tunja y en Sotaquirá dos hermanos que murieron pasando los cien años. Una hermana que se llamó Mercedes Piña.
E.D: ¿Cuál ha sido el momento que más ha marcado su vida?
C.P: Hay tres años que recuerdo especialmente, durante mi infancia, cuando yo recuerdo que corría detrás de mí mamacita. Ella era una mujer muy cariñosa, muy responsable con todos sus hijitos. Donde quiera que ella iba, yo la seguía, tenía que correr detrás a alcanzarla. Recuerdo mucho esa época y la recuerdo a ella con mucho cariño.
E.D: ¿Qué consejo le da sus descendientes y en general a los jóvenes para tener una vida buena y duradera?
C.P: Que sean buenos, especialmente con sus padres, con sus mentores; que sigan su ejemplo y sus enseñanzas, que todo lo que un padre le dice a un hijo es por verlo crecer bien.
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