El próximo 26 de octubre, la ciudad de Chiquinquirá será nuevamente escenario de La Carrera Más Linda de Boyacá, un evento deportivo y familiar que en su segunda edición busca consolidarse como una iniciativa de gran impacto social en la región.
El evento, impulsado por la Fundación Mi Rosita – Un Milagro de Vida, combina deporte, solidaridad y conciencia en torno a enfermedades como el cáncer y los accidentes cerebrovasculares (ACV). La carrera propone recorridos de 2K, 5K, 10K y 15K, cada uno con un significado simbólico que rinde homenaje a distintas causas de salud.
Según sus organizadores, la distancia de 2 kilómetros está dedicada a la lucha contra el cáncer de mama; los 5K a todas las personas que enfrentan algún tipo de cáncer; los 10K a pacientes y familias afectadas por ACV; y los 15K buscan generar conciencia sobre ambas condiciones de salud.
La carrera fue concebida por Silvia Martínez, una joven chiquinquireña de 24 años que creó la Fundación Mi Rosita tras acompañar a su madre en un complejo proceso de recuperación luego de sufrir tres ACV. La experiencia personal se transformó en una propuesta colectiva que hoy convoca a participantes de todas las edades y condiciones físicas, incluidos niños, adultos mayores y mascotas.
El evento busca no solo promover estilos de vida saludables, sino también brindar un espacio de visibilidad y apoyo a pacientes, cuidadores y familias que enfrentan estas enfermedades. En 2023, la carrera tuvo una gran acogida, y este año se espera la participación de corredores provenientes de distintos puntos del país.
Las inscripciones ya están abiertas a través del sitio web oficial www.carreraalmademujersm.com. La organización ha resaltado el carácter inclusivo y familiar de la jornada, que se perfila como una de las más representativas del calendario deportivo con enfoque social en Boyacá.
Con el lema “correr con sentido”, La Carrera Más Linda de Boyacá se presenta como un espacio donde el ejercicio físico se entrelaza con las historias de vida, la resiliencia y el deseo de transformar el dolor en propósito colectivo.