El exgobernador de Boyacá y ahora excandidato a la Presidencia de la República Carlos Amaya dijo hace unas semanas que preferiría regresar a presentar su nombre como candidato a la Gobernación a ser vicepresidente o ministro. Ese pronunciamiento puso en alerta a sus contradictores y le sirvió para cerrar filas en torno a sus candidatos al Congreso.
En una rueda de prensa, hace menos de un mes, en el Centro de Convenciones de la Cámara de Comercio de Tunja, Carlos Amaya le dijo a los periodistas que si no era presidente, preferiría ser de nuevo candidato para buscar la Gobernación de Boyacá que ser vicepresidente o ministro.
Ese pronunciamiento le permitió a Amaya cerrar filas en torno a sus candidatos al Congreso e incluso fortalecer en Boyacá su aspiración a la Presidencia porque todos saben del poder que todavía tienen aquí y el que podría tener en un eventual nuevo periodo en el Palacio de la Torre.
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Sin embargo, con el papel y protagonismo que Amaya tuvo durante los últimos meses a nivel nacional, regresar a la Gobernación de Boyacá, si es que los boyacenses lo respaldan, parece un retroceso.
A Amaya le gusta el poder, pero la Gobernación de Boyacá debería ser para él una prueba superada y su nivel de análisis y debate alcanzado le dan para mucho más que participar en otra contienda política en Boyacá.
Hubiera podido ser senador y rechazó esa posibilidad. Ahora su campo en lo profesional y político podría ser un ministerio o un gran cargo a nivel nacional, lo que pasa es que llegar allá no es solo cuestión de voluntad y capacidad sino hasta de suerte y que haya un Presidente que lo quiera nombrar y le permita ser protagonista.
Tal vez Amaya no esté hoy pensando realmente en regresar de nuevo a ser candidato a la Gobernación de Boyacá, pero el tiempo y las circunstancias podrían ponerlo de nuevo frente a esa posibilidad.
Si eso es así, sus rivales políticos, entre ellos su antiguo aliado y hoy congresista Rodrigo Rojas, así como sus compañeros de lucha Sandra Ortiz y Jorge Eduardo Londoño ya lo están esperando para enfrentarlo.
A Amaya esos rivales le deben parecer ‘una jartera’ pero ahora está más preparado para enfrentarlos. Si ya estuvo en las grandes ligas regresar a la parroquia a ‘atenderlos’ podría parecerle una tarea fácil.