Por | Pedro Pablo Salas Hernández
Luego de la exitosa asistencia de Boyacenses con Claudia López en Bogotá, la consulta interna en el Partido Verde (aquí en Boyacá) toma un carácter emotivo y simbólico; el papá de Claudia, quien estuvo presente en el evento, le puso un sello de olor a tierra y ruana, a un Bogotá que se piensa más allá de La Sabana, que incluye las montañas, el agua, los hombres y mujeres que la habitan, que hacemos parte de sus circuitos vitales, de sus conglomerados, de sueños, frustraciones y esperanzas; fuimos cerca de 2000 boyacenses que hicimos parte del evento.
Dentro de los asistentes, estábamos los que creemos, que hay que dar continuidad a esta transformación, bulliciosa, alegre y joven; que le ha puesto una nueva policromía a la política en Boyacá; que ha hecho de lo imprevisible un acto de libertad, rompiendo ataduras de la vieja política, del desanclaje, del clientelismo feudal, ahora en un pulso de poder que inaugura obras, vías, hospitales, centros del deporte veredales; emprenderismos de lo micro, locales y provinciales; que crea un ir más allá de la trampa del asistencialismo doctrinero, ha dado pie a una nueva epistemología de lo popular, que es el Estado descentralizado con grados de autonomía, para auto gobernarse.
Esto es porque la gente joven, con lleno del auditorio, construye un poder que se levanta, como la mañanera neblina, desde abajo.
Hay que permitir que estos nuevos sujetos históricos, creen la Institucionalidad y el poder del hacer y saber, para la democracia profunda; de allí que hagamos uso de herramientas teóricas para esta reflexión, Olson, Kenneth Arrow, Sen, Fukuyama, Ortmann, Neumann, Nash, entre otros, que se adentran en un profundo debate sobre el papel del individuo, en las decisiones de consumo pero también en las decisiones sociales y políticas.
Un importante aporte es la diferenciación entre autonomía y libertad, y la incidencia de factores externos en las toma de decisiones, lo que lleva a profundas reflexiones en torno a la voluntad, superior a fuerzas externas como el mercado.
Para Buchanan, la política es una especie de mercado de tienda que se ofrece al mejor postor; los partidos y los dirigentes no son más que negociantes, que venden una idea de altruismo inexistente; los guía, según este autor, sus propias ansias de poder, y económicas.
Esta mirada pesimista de la política, incluye un componente que juega un papel fundamental, en la derrota del escepticismo, y es en la solidaridad y la confianza; estas se logran cuando los factores extremos pueden ser controlados y los márgenes de incertidumbre se reducen con base en la acción de cooperación, confianza, reciprocidad y justicia.
Quiero traer esta digresión a colación, por lo que significan las autonomías de las organizaciones políticas, para tomar sus propias decisiones; si hay validez interna de que la confianza opera como un agente, que crea seguridad y libertad, lo que se está haciendo en Boyacá, debe resaltarse y continuarse. Existen escuelas, praxis que se heredan, que Carlos Amaya ha logrado crear y generar, como una ruptura histórica para bien de Boyacá, y que se debe fortalecer.
Las fuerzas de la derecha, quieren que se vuelva al pasado, han adquirido para ello medios de información, que buscan crear minusvalía de las acciones que se están emprendiendo; el reto es que se dé una continuidad en las tareas de gobiernos sociales; y, la lógica lleva a que luego de la renuncia de Carolina Espitia, una línea de trabajo y continuidad, le corresponda a Jaime Raúl Salamanca, que hace parte de estas generaciones cansadas de la desesperanza. Jaime Raúl, vale la pena hacer que llegue a la Gobernación de Boyacá.