La celebración del Día Mundial del Suelo, el próximo 5 de diciembre, ha puesto en la agenda pública el estado de los suelos en el departamento, que es uno de los que presentan mayores índices de erosión en sus suelos.
El próximo 5 de diciembre se tiene prevista la celebración del Día Mundial del Suelo, ocasión ideal para abrir el debate y centrar la atención en la importancia de un suelo sano y su gestión sostenible.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, el 95% de los alimentos para consumo humano se producen directa o indirectamente en los suelos, por ello cobra mayor importancia la sanidad de los suelos, pues la buena calidad de los productos alimenticios dependen del bienestar del suelo.
Sin embargo, el panorama para Boyacá no es el más alentador de todos, pues de acuerdo a las cifras que maneja el Sistema de Información Ambiental de Colombia (SIAC), Boyacá está entre los departamentos con magnitud de erosión superior al 70% respecto a su área.
Claro está que esta problemática no es exclusiva a Boyacá, pues de acuerdo al mismo SIAC, el 40%, equivalente a 45.379.058 hectáreas de la superficie continental de Colombia presenta algún grado de degradación de suelos por erosión.
De acuerdo al Estudio Nacional de la Degradación de Suelos por Erosión en Colombia 2015, Boyacá presenta una magnitud de erosión del 72,1% y una severidad del 6,8%.
Y si bien el índice de severidad para Boyacá es de tan solo el 6,8%, este es uno de los más altos del país junto al de los departamentos de La Guajira, Magdalena; Cesar, Huila, Sucre, Santander, Tolima, Atlántico, Norte de Santander, Valle del Cauca y Cundinamarca.
El Estudio Nacional de la Degradación de Suelos por Erosión en Colombia 2015, también segmenta la situación para cada una de las corporaciones y su jurisdicción. Para el caso de Boyacá aparece que en Corpoboyacá el 74,9% presenta condiciones de erosión, mientras que la severidad es del 7,5%; Corpochivor tiene un índice de erosión del 85,1%, mientras que la severidad es de 1,2%, La Corporación Autónoma Regional tiene un indicador de erosión del 87,1& con un indicador de severidad del 8,6%; mientras que Corporinoquía tiene un indicador de 42,7% con una severidad del 0,1%.
Según este mismo estudio, las causas de la degradación del suelo por erosión son el desconocimiento de la capacidad de acogida de los ecosistemas colombianos, la escasa atención que se le da al suelo y sus servicios ecosistémicos al momento de realizar planeación económica, social y de desarrollo sectorial del país y sus regiones; el mantenimiento del imaginario que busca adecuar los suelos a los tipos de agricultura, y no la agricultura al tipo de suelos y sus servicios ecosistémicos; el pensamiento reduccionista que apunta a aumentar la producción agropecuaria y minera en el menor tiempo posible y ser competitivos; el incremento de la población y los hábitos consumistas; la precariedad en la tenencia y distribución de la tierra; la corrupción administrativa a nivel estatal, sectorial y ciudadano; el desconocimiento o inadvertencia de suelos desconocidos como fuentes de servicios ecosistémicos para el hombre; el desconocimiento de tecnologías apropiadas para el uso y manejo sostenible de los suelos colombianos; la debilidad en la educación sobre el uso y manejo sostenible de los suelos; el desconocimiento de alternativas para la recuperación, restauración y rehabilitación de suelos; los incendios forestales; el Fenómeno de El Niño, el Fenómeno de La Niña;; la debilidad en la organización y acción institucional para la gestión sostenible de los suelos; la debilidad en el desarrollo normativo; la debilidad del sistema judicial y administrativo en los procesos de seguimiento y monitoreo de la calidad de los suelos; la inexistencia de una zonificación ambiental de las tierras del país y de una actualización de los estatutos de uso del suelo; las políticas públicas inconscientes y perversas.
Para empresas especializadas en el sector como Yara, el panorama es preocupante, por eso ha de ser mayor el trabajo a realizar para recuperar la calidad de los suelos y con ello permitir cultivos más sanos y un suelo más vivo. “Hay algunos productos con mayor capacidad de absorción y concentración de nutrientes claves para el desarrollo humano. Sin embargo, si no logramos que estos elementos estén disponibles en las plantas, a través de fertilización mineral balanceada, el alimento será pobre nutricionalmente”, comentó Miguel Amado, gerente de Agronomía de Yara.