Por | Guillermo Velásquez Forero
El vandalismo es inherente a la especie humana, es una necesidad primaria de retornar a la desintegración, la disolución y la nada; actúa como manifestación del instinto de destrucción, también llamado pulsión de muerte, según el psicoanálisis. Desde la antigüedad ha sido una expresión auténtica de la barbarie de los grandes criminales, de la conquista y dominación cometida por monstruos imperiales, y de las bestias divinas dedicadas a la devastación, el saqueo y el exterminio de pueblos y culturas.
El vandalismo es muy bueno y generoso, pues brinda múltiples y diversos beneficios a muchas personas, empresas e instituciones. El vandalismo será tan útil y necesario que hasta la Policía tiene vándalos a su servicio, y los manda a vandalizar infiltrados en las manifestaciones políticas, haciéndose pasar por civiles que salen a participar en las marchas de protesta.
Así mismo, el vandalismo fomenta el empleo, pues a un parásito letal y sin oficio, mantenido por el Estado, lo convierte en un servidor público activo: un vándalo oficial. También pone en actividad productiva las bandas clandestinas de asesinos parapoliciales, vestidos de civil, que ahora llaman “gente de bien”, que se emplean para disparar contra las multitudes inermes e indefensas.
Y promueve el uso de la tecnología, con máquinas, equipos, dispositivos, armas, municiones, bombas y demás parafernalia de la muerte, que la organización criminal del gobierno saca a relucir en las calles para reprimir, atropellar, herir, asesinar, secuestrar y desaparecer jóvenes manifestantes.
Además, el negocio del vandalismo es muy rentable para la prensa mercenaria y lameculos al servicio del fascismo y el capitalismo, porque ese espectáculo de la violencia contra las cosas, con su dosis de destrucción y pequeño desastre, es muy vistoso y divertido en la vitrina manipuladora de la televisión e internet, radio y prensa escrita; arma escándalo, atrae clientes y vende mucho.
El vandalismo sirve mucho para propiciar la impunidad, porque es el pretexto perfecto para cometer terrorismo de Estado, crímenes selectivos, hacer allanamientos arbitrarios, mutilar personas, amenazar y perseguir líderes, y continuar usufructuando el miedo y la dominación brutal.
También en bueno para la memoria, porque nos permite recordar que los gobiernos de turno, siempre de derecha, se han negado al diálogo y la negociación, han criminalizado la oposición y el sindicalismo, obligando a las organizaciones sociales a recurrir a las vías de choque y enfrentamiento heroico contra la soberbia y la criminalidad establecida por los dueños del poder.
La corrupción no se detiene y mientras ejerce su poder intimidatorio y violento, aprueba la explotación de recursos naturales a espaldas de la comunidad , afecta en su más básico medio de vida como lo es el agua y la tierra. Mientras la protección de paramos, es el motivo que une a los santandereanos por san turban ,en Boyacá las fuerzas vivas y autoridades territoriales, permiten la aprobación de licencias a multinacionales petroleras, en áreas vulnerables con una altísima afectación de fuentes hídricas y desplazamiento de la población.
Son corruptos los gobernantes de turno que vandalizan la confianza que el pueblo deposita en ellos al elegirlos sus representantes, que luego traicionan en su propio provecho aplaudidos por la gente bien. Los recursos del Zaqueo financian las campañas de la gente bien , por el petróleo, esmeraldas y carbón apoya la corrupción.
Muy bueno el escrito.