El secretario de turismo de Boyacá, Antonio Leguizamo, explicó cómo le fue a Boyacá durante la Semana Santa y qué estrategias se implementarán en caso de que se dé un tercer pico de contagios por COVID-19.
Con la reactivación económica que está viviendo el departamento era necesario el ingreso de turistas a Boyacá de manera gradual en la Semana Santa, que permitió dinamizar el mercado del sector. Aunque algunos municipios tuvieron medidas de aislamiento selectivo, esto no impidió a las personas visitar los municipios más atractivos. Los lugares más concurridos fueron: Nobsa, Tibasosa, Ráquira, Moniquirá, Monguí y Villa de Leyva.
En cuanto al sector hotelero, se evidenció que los destinos con mejores cifras en cuanto a la ocupación fueron Lago de Tota, El Cocuy, Villa de Leyva, Santa Sofía, Sáchica y Paipa.
Las provincias en las que hubo ocupación hotelera moderada son Ricaurte, Sugamuxi y Gutiérrez.
Por otro lado, hoteles ubicados en los centros urbanos de Paipa, Sogamoso, Chiquinquirá y Tunja, registraron una baja ocupación. Sin embargo, en los alojamientos del área rural o alrededores de los cascos urbanos, la ocupación mejoró.
Entre los lugares turísticos como el Puente de Boyacá se registró 4.700 personas, mientras que el Pantano de Vargas recibió 4.200.
Antes de Semana Santa, la Secretaría de Turismo convocó a sesión del Consejo de Seguridad Turística, a través del cual se emitieron importantes recomendaciones para turistas, visitantes y prestadores de servicios; además se coordinaron acciones con las diferentes entidades, como son la Policía Nacional, la Secretaría de Salud de Boyacá, el Viceministerio de Turismo y otras. En el Consejo se reiteró la importancia de aplicar y vigilar el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad, a fin de que Boyacá sea un destino seguro, que propende por la mitigación de contagio la COVID-19.
Desde la Secretaría de Turismo se adelantan diversas estrategias para apoyar a los empresarios en la reactivación del sector, específicamente en las líneas de capacitación, promoción, competitividad e institucionalidad.
Articuladamente se adelantan proyectos con el SENA para que los prestadores de servicios turísticos puedan capacitarse en: inglés, manipulación de alimentos, servicio al cliente y producto turístico.
Con el Fondo Nacional de Turismo (FONTUR), se adelantan iniciativas enfocadas en la promoción turística de Boyacá y la certificación de establecimientos en bioseguridad. Además, se continua el convenio ‘Por los que nos cuidan’, a través del cual se apoya al sector hotelero y se cuida la salud de los trabajadores de la salud que atienden pacientes Covid.
Por otro lado, con el Instituto Distrital de Turismo de Bogotá (IDT), se trabaja en la realización de un convenio para desarrollar programas de capacitación y promoción turística, esta última, enfocada en el producto Ruta Leyenda El Dorado.
Con las Cámaras de Comercio de Tunja, Duitama y Sogamoso, se articulan fuerzas para fomentar la transformación digital empresarial del sector turismo, programa a través del cual se capacita, acompaña y se brindan herramientas tecnológicas a los empresarios, para que puedan atender las necesidades del turista en la era de la digitalización.
Se cuenta con un plan de promoción turística estructurado, que involucra la oferta en las diferentes zonas del departamento y que destaca las fortalezas de Boyacá en cuanto a turismo de naturaleza, turismo cultural, la gastronomía, las destrezas artesanales y la variedad de actividades que se pueden desarrollar aquí. Dentro de este plan está la participación de Boyacá en Anato, vitrina turística más importante de Latinoamérica. Por otro lado, la Secretaría avanza de la mano con los municipios para elaborar productos audiovisuales a través de los cuales se muestren sus atractivos, productos y servicios turísticos; se adelanta un trabajo de investigación y desarrollo de mapas de información turística para cada una de las 13 provincias, en coordinación con los Consejos Provinciales de Turismo.
Ante el panorama del tercer pico
La estrategia primordial es la capacitación constante a prestadores de servicios turísticos en temas de bioseguridad; el acompañamiento y asistencia en la implementación de protocolos; la articulación con autoridades para la vigilancia y control en los diferentes establecimientos. Es solo con medidas de cuidado que se logra proteger la vida de los turistas y los boyacenses.