La conclusión de este episodio, triste para la democracia upetecista, es que parece ser que los votos de Parra carecen de toda legitimidad, están en el filo de la ilegalidad y que deberían ser anulados, e investigado a fondo el uso de recursos y la participación parcializada y oscura de funcionarios.
Es la gran ironía que deja este proceso electoral para la escogencia del nuevo rector de la UPTC, para el periodo 2019-2022: la serie de anomalías que se han presentado en el manejo de la FESAD, ya tiene como resultado la inclusión de un candidato propio para disputar la elección del rector ante el Consejo Superior, de acuerdo con observadores y entendidos en la materia.
Hay quines han denominado los sucedido el sábado pasado durante la consulta alos estudiantes de los programas a distancia como La Parra-nda antidemocrática de la FESAD. La situación es d ral magnitud que el mismo cnsejo superior tuvo que pronunciarse ante uno de los hechos que se consideran irregulares.
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Lo “funesto” en el proceso electoral de consultas a estamentos para la elección de rector de la UPTC, como se vaticinaba en diversos sectores sociales y académicos, ocurrió el día sábado.
Javier Parra que, siendo contratista, fue Decano de la Facultad de Estudios a Distancia durante ocho años y que actualmente es el único candidato externo a ser rector, le valió para “ser vendido” por los coordinadores de programas, decana actual y demás funcionarios, como el “único candidato”, bajo la fórmula (similar a la del No a la Paz) de que todos los demás candidatos acabarían la FESAD y debería ser salvada, lo que valió para que el Consejo Superior Universitario, de manera extraordinaria, reunido el viernes anterior, emitiera un comunicado público llamando a “abstenerse de propagar información errónea que cause zozobra”. Es decir, evitar la falsedad y el engaño en la campaña, para tratar de posicionar a Parra, como el “único candidato”.
Efectivamente los resultados electorales en los más de 30 sitios de votación dispersos en todo el país, dejaron en evidencia el mismo patrón de comportamiento electoral dirigido con la amenaza de destrucción que acechaba. En Leticia, 8 votos de 8 fueron por Parra e igual en gacheta 2 de 2, La Palma 26 de 27, Monterrey 11 de 14, Tauramena 9 de 10, Quetame 20 de 21, Acacías 27 de 30, y así repetidamente; o casos como Bogotá donde contabilizaron en la planilla, inclusive, más de 150 votos no marcados.
A este resultado se suman otros factores cuestionables, como que los jurados de mesa, eran los mismos coordinadores de programa, que los convertía en jefes de campaña, como lo muestran imágenes entregadas ya a organismos de control; casos de traslado del lugar de votación establecido, sin ninguna información pública, como en Soata; vallas y mensajes publicitarios que no permiten diferenciar entre el candidato y la imagen institucional. Y, la todavía no comprensible fecha especial de votación para la FESAD. Un profesor anunciaba que “ese es el resultado evidente de la manera como las clientelas políticas quieren el control de la universidad al costo de lo que sea, sin ética, ni respeto por nada ni nadie”.
Estas prácticas son “dolorosas” para la universidad, señalaron varios estudiantes, concluyendo que “el candidato Parra se ‘Parra-ndió’ la democracia universitaria porque por su condición de ser el único candidato de afuera, sin vínculo alguno con la universidad, trae las mañas de afuera y la entiende como un fortín o una alcaldía. Además, porque su experiencia no le ayuda dado que solo ha sido decano de la FESAD, que es una quinta parte dispersa y manipulada de la universidad”.
Algunos trabajadores y docentes que aducen ser intimidados, han manifestado en asambleas de profesores, el permanente acoso por parte de las directivas, en esta campaña y se basan en mensajes oficiales de la Decana, que hizo una reunión de profesores en la que se leyó un comunicado apócrifo de estudiantes, pero sin estudiantes, y citó de manera extraordinaria a actividades académicas para el sábado de votación.
Otros replicaron, como el coordinador de Sogamoso, recordando en el segundo párrafo, la necesidad de votar. Las elecciones entre estudiantes a distancia, ganadas por Parra, según lo señalo el candidato Hugo Rojas en Facebook, están contaminadas de graves anomalías, afirmando que tuvo “muchas inconsistencias y corrupción que serán denunciadas”, pero además señala que a diferencia de su campaña, allí consiguieron los votos moviendo maquinarias y recursos.
La conclusión de este episodio, triste para la democracia upetecista, es que parece ser que los votos de Parra carecen de toda legitimidad, están en el filo de la ilegalidad y que deberían ser anulados, e investigado a fondo el uso de recursos y la participación parcializada y oscura de funcionarios y queda sin respuesta la pregunta sobre quién vigilará el escrutinio, verificará las firmas de los votantes y traerá las papeletas de votación a lugar seguro.
El consenso parece ser que en todo caso, los votos de la universidad a distancia, bajo control de Parra, no tienen comparación con los votos del real ganador, entre los estudiantes presenciales, Manuel Restrepo, fácilmente reconocibles, con rostro y trasparencia y aceptados por todos los sectores académicos y sociales, como los realmente legítimos.
Hay quienes se preguntan si los electores de Parra en lugares remotos del país, conocen los campus de la UPTC, saben de sus problemas, entienden el significado de su participación y saben, al menos hoy, quién es el rector. Queda en entredicho el carácter calificado de los votantes y la legitimidad de los resultados que llevan a Parra a la siguiente fase. Los resultados de este candidato sui generis, harán parte del día triste para la historia de la universidad, que como parte del sistema estatal de universidades públicas, completa hoy su día 37 de paro nacional.