Por: Luis Heriberto Bohórquez / Ingeniero de Vías y Transportes. / @luchocalidad
Es claro para todos que el mundo no será igual, luego que superemos la arremetida del COVID-19. Sí, son tiempos difíciles, pero aun así todo no ha sido malo. La otra cara de la moneda, son algunos hechos reconfortantes, que se han dado durante el aislamiento.
En el ambiente se capta diariamente una avalancha de signos, indicando que sólo Dios y nuestra fe ayudarán a derrotar al enemigo invisible. Tal vez se trate de la materialización del Tercer Misterio Luminoso del Santo Rosario, que nos legara San Juan Pablo Segundo: “El anuncio del Reino de Dios, invitando a la conversión”. Los boyacenses lo entendemos fácilmente, porque en nuestra tierrita y para bien, residen la patrona de Colombia Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá y varias advocaciones de la Santísima Virgen María.
Así, por cuenta del encierro, se han recuperado muchos lazos familiares rotos, pareciera que todos queremos reencontrarnos. Padres que comparten con sus hijos a diario, a pesar del teletrabajo o de no tener opciones de ingreso, pero finalmente juntos. La palabra reconciliación se ha puesto de moda por estos días, y pase lo que pase, tal vez sólo por eso, la amenaza del virus habrá valido la pena. Y qué decir de los amigos, porque cada día recibimos una nueva llamada de alguno, lo que nos motiva a hacer lo mismo, creando de esta forma una cadena interminable de armonía y afecto.
Esta experiencia nos ha revelado un conjunto de héroes, quienes para nosotros eran unos más, cada uno en su actividad. Ahí están los médicos y trabajadores de la salud, arriesgando su integridad personal, en la primera línea de batalla y para ellos nuestro aplauso de gratitud. También los campesinos e industriales productores de alimentos y quienes integran la cadena logística de abastecimiento, transportistas de todos los calibres, empacadores y cargueros, cada uno aportando su esfuerzo, para que no falte la comida y víveres, que diariamente los domiciliarios entregan en los hogares.
Avanzamos en el uso de la tecnología como herramienta de trabajo, producción y educación. Menos diversión y disociación y más comunicación efectiva. Ha resultado divertido el ejercicio de cocinar, en el cual nos hemos metido de lleno haciendo ensayos de una y otra índole y como buenos boyacenses, a explorar los manjares regionales y nacionales, y seguramente no faltará el avezado que improvise en comida internacional, claro está, según el presupuesto disponible. Pero eso no importa, porque hasta para una changua o un arroz con huevo, se necesita estilo.
De la noche a la mañana, nos quedamos sin fútbol, nada de Champions, Copa América, eliminatoria Qatar 2022, recopas, supercopas y contracopas; pero bueno, hemos sobrevivido. Desempolvamos parqués, ajedrez, naipes, monopolio y toda suerte de juegos de mesa y pasatiempos, entre los que encontramos el mejor: volver a ver página por página esos mamotretos de álbumes (RAE) de fotografías, la mayoría con divertidas anécdotas.
Como no queríamos quedarnos sin fútbol, en contraprestación estamos sin Congreso y no creo que lo lamentemos, especialmente por los parlamentarios boyacenses. Aquí no hay mucho que explicar y el debate de si virtual o presencial sobra, porque la verdad, no es que estén aportando mucho en esta crisis. Ayuda más el humor refinado y sin madrazos, que con gracia muchos creativos suben a las redes sociales.
También aportan su cuota de civismo, los bomberos y la defensa civil y como siempre con nosotros, las Fuerzas Militares y de Policía, así muchos no gusten de su presencia en la vida nacional.
[…] Fuente: https://eldiarioboyaca.com/algo-positivo-del-covid-19/ […]