La campaña política de Alejandro Gutiérrez con miras a tener una de las seis credenciales en la Cámara de Representantes por Boyacá, ha estado lejos de gastar miles de millones de pesos, «es una propuesta con estatura» como él mismo la llama y «con argumentos que hoy se echan de menos».
El ejercicio político de Alejandro Gutiérrez comenzó hace un año con una investigación juiciosa de todas las provincias del departamento y que culminó con una obra literaria que profundiza sobre las fortalezas y problemáticas de nuestro territorio y que llega naturalmente a unas conclusiones muy valiosas e importantes que se deben tener en cuenta, el libro: ‘Cambio o Desastre, Caso Boyacá’.
Lo de este joven resulta esperanzador, no todo está perdido parece, con su ejercicio podemos concluir que aún queda esperanza con que estos proyectos se hagan de forma honesta, priorizando las propuestas.
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Para Gutiérrez esta es una campaña ganadora, en los cafés se comenta su inminente triunfo, en la percepción ciudadana, en la calle lo dan como triunfador, su campaña irradia ese mensaje con sendos apoyos espontáneos incluso de nuestros intelectuales y académicos que generalmente a estas alturas estaban ya aburridos por tanto demagogo, en cambio la campaña de Alejandro Gutiérrez realmente sorprende con hechos concretos, como fue la llegada del ex diputado César López, un político de opinión, intachable, de corte Liberal y con mucho liderazgo trayectoria y reconocimiento, o, el apoyo irrestricto de su fórmula al senado Jorge Londoño que se le ve jugándose a fondo por Alejo, lo cual es reciproco, o la de la mayoría de los maestros agremiados en Sindimaestros o Canapro que decidieron apoyarlo, están también con Alejandro los ex candidatos a la alcaldía de Puerto Boyacá y de Duitama César Poveda y Pedro Matallana, concejales de amplio reconocimiento como Mateo Centeno y Julián López recorren las calles y veredas, con un entusiasmo en verdad conmovedor, también lo apoyan comerciantes y empresarios de la talla de Henry Cubides, entre muchos otros, eso es simplemente fantástico, hasta surrealista considerando que Alejandro Gutiérrez no es un tipo adinerado ni pertenece a ese mundo, pero al parecer su discurso pegó, conectó con una sociedad cada vez más decepcionada con la clase política que buscaba alternativas con ese talante que parecía estar ya extinto.