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La tradicional celebración se vivió en medio de manifestaciones de fe, arte y tradición. La capital boyacense se convirtió en epicentro de espiritualidad, cultura y turismo, consolidándose como uno de los destinos religiosos y patrimoniales más destacados del país, gracias a una agenda que integró lo sagrado con cultural y lo artístico”, señaló la Administración local.
Aproximadamente 600 mil personas visitaron a la ciudad de Tunja durante esta temporada, una experiencia cargada de historia, fervor y tradición.
Entre los espacios más concurridos estuvo la emblemática Casa del Fundador, que recibió a 2.500 turistas nacionales e internacionales interesados en conocer el Salón de Arte Religioso y las raíces coloniales de la ciudad.
Los visitantes disfrutaron de recorridos por los templos y monumentos históricos, participaron en caminatas religiosas como el ascenso a San Lázaro, exploraron la variada gastronomía local, se hospedaron en la red hotelera de Tunja y realizaron compras en las diferentes ferias, para apoyar a emprendedores de la región.
“La Semana Santa en Tunja, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación, con 485años de tradición y fe, dejó un balance altamente positivo para la ciudad, consolidándola como un destino de turismo religioso, cultural y patrimonial. La ciudad se llenó de fe, historia y vida, fortaleciendo nuestra identidad y dinamizando sectores clave como el comercio, el turismo y la gastronomía local”, afirmó el alcalde de Tunja, Mikhail Krasnov.
Uno de los momentos que captó la atención de propios y visitantes fue el Santo Viacrucis del sector occidental, que reunió a más de 5.000 personas desde el Templo del Carmen hasta la Ermita de San Lázaro; simultáneamente, en la Plaza de Bolívar, 6.000 asistentes acompañaron el recorrido espiritual de la pasión y muerte de Jesús, en una jornada que conmovió a la multitud asistente.
El arte sacro también tuvo un espacio privilegiado con la presentación de 10 agrupaciones de música religiosa y la participación de 50 artistas en 9 templos de la ciudad, lo que elevó las emociones de los feligreses, a través de la música.
El sector cultural y gastronómico encontró su punto de encuentro en el tradicional Hoyo de la Papa, que se transformó en el corazón de la Zaranda Cultural, concesiones de aerorrumba y talleres de pintura dedicados a los más pequeños; además, la Ruta Dulce Tradición exaltó los sabores locales con 40 emprendedores tunjanos que ofrecieron postres típicos y resaltaron la identidad regional en diferentes puntos de la ciudad.
El Teatro Bicentenario fue escenario de conciertos memorables, como el de la Estudiantina del Altiplano Cundiboyacense y el Gran Ensamble de Comfaboy, que lograron un aforo de 600 asistentes.
“Gracias a esta programación integral y al trabajo articulado entre sectores, la Semana Santa 2025 en Tunja dejó un balance altamente positivo, lo que permite posicionar a la ciudad como un lugar donde la fe se expresa a través del arte, la historia y el calor humano de su gente”, indicó el boletín oficial de la Alcaldía.