Los alcaldes de Boyacá de los municipios de quinta y sexta categoría, que son casi su totalidad, no han dudado en plasmar en una extensa carta al Sr. Presidente y a la Sra. Vicepresidenta de la República, su voz de protesta sobre la forma como el gobierno nacional viene gestionando la crisis de la pandemia con el acopio de recursos, la distribución de los mismos y el aislamiento obligatorio y anuncian desde ya que apenas termine la crisis serán los primeros en marchar a la Plaza de Bolívar de Bogotá, para encabezar a los alcaldes de Colombia en sus mismas condiciones para exigir el respeto y mejor trato del Estado Central.
Manifiestan los alcaldes que “viendo la realidad de la actual crisis por la que atraviesa el planeta entero, y a la cual no somos ajenos los colombianos, más de 110 alcaldes de nuestro departamento, cuyos municipios pertenecen a las categorías quinta y sexta, vemos con tristeza y desazón que nuestra situación es cada vez más difícil para atender las apremiantes necesidades de las comunidades que, en su gran mayoría, están compuestas por gentes mayores, empobrecidas, marginadas y desprotegidas, en lo profundo de nuestras olvidadas provincias”.
Cuestionan y rechazan los alcaldes la manera como el propio Presidente viene manejando la actual situación cuando afirman que “con gran preocupación hemos comprobado que las medidas tomadas por su gobierno, descritas tan minuciosamente a través de las distintas alocuciones pronunciadas por ustedes y difundidas por los distintos canales de TV pública y privada, por las paginas digitales de los más grandes medios y por los múltiples canales de las redes sociales, no se corresponden entre el contenido de los discursos y los resultados en la realidad.
El caos del manejo de los programas sociales
Para los alcaldes, el primer elemento de caos que les ocasionó las medidas del gobierno tiene que ver con “el protocolo del coronavisurs y, específicamente a los programas sociales, donde no se guardó la mejor sensatez; sus anuncios alteraron el normal desenvolvimiento de dichas medidas al convocar a los adultos mayores al pago de los 80 mil pesos. Que ellos se movilizaran, no significó otra cosa que aumentar sus riesgos: la entrega de este auxilio se hubiese podido hacer por medio de familiares; nosotros hubiésemos podido coordinar la entrega, incluso en los propios hogares, llevándoles a sus casas los víveres y medicamentos más necesarios para remediar la cuarentena. De igual manera, los demás programas como Familias en Acción y Jóvenes en Acción”. Acotan los alcaldes que “lo inteligente hubiera sido ampliar los programas a más personas, aclarando que Boyacá es rural; distinto a Bogotá, aquí no se tienen los medios tecnológico como internet, bancos, cajeros automáticos o servicios de transferencia electrónica”.
El desorden no fue de menor cuantía; los mandatarios locales aseguran que tenían convencidos a los adultos mayores de que estuvieran en sus casas cumpliendo las recomendaciones del Ministerio y de las secretarías de salud; con lo hecho por el gobierno lo único que se logró fue poner en riesgo a toda la comunidad. Y por si fuera poco, agregan, el anuncio de que se adicionaría una mesada, como se entendió en una de estas alocuciones, tampoco es cierto, pues de lo que se trata es de adelantar, en abril, la mesada de mayo, según lo informa el Banco Agrario. Así que en junio no habría el pago correspondiente.
Nos quitaron los ahorros
Este es el reclamo más sentido de los alcaldes de los pequeños municipios de Boyacá que debe ser el de la mayoría de los alcaldes de Colombia: lo que consideran un zarpazo a los dineros que consideran, como pocos, propiedad inenajenable de los municipios y de sus habitantes.
Le dicen los aclaldes a Duque y a la Vicepresidenta, “cómo nos quitan el ahorro del Fonpet, recursos que, como pocos, son de cada localidad: Esta es la más cruel forma de centralismo: nos quitan a los más débiles para entregarles los recursos a los banqueros omnipotentes. El peor de los mundos lo tendremos el año entrante: ni estos recursos, ni regalías, dada la crisis económica que se avecina, no solo por la crisis de la pandemia, sino con la ya ruinosa cotización del petróleo y la baja general de los precios de las materias primas de los que dependen impuestos y divisas”.
Y para colmo, añaden: “Su gobierno le debe dar la importancia necesaria a los municipios de quinta y sexta categoría donde están todos los problemas sociales: adulto mayor, pobreza, exclusión, miseria, aislamiento, falta de oportunidades. No podemos explicarnos cómo es que reducen los recursos del SGP que, al contrario, debían ser incrementados.
Y el infortunio no para
Es lo que temen los alcaldes; o mejor, es lo que les va a pasar: lo describen así en su carta al presidente: “Como si faltara algo en esta escena de terror, este año, ante las falsas cifras del Censo de Población de 2018, la totalidad de los pequeños municipios de Boyacá han visto reducidas las transferencias de la Nación. Un municipio como Oicatá, que este año debería tener un presupuesto superior a los 6 mil millones de pesos, ya que como lo dice la constitución y la ley, no puede ser menor al del año pasado, ahora la actual administración comprueba que se bajará en más de dos mil millones”.
“Se calcula que entre 80 y 90 municipios boyacenses, dado que las cifras del Censo no son reales, verán disminuidos sus presupuestos de inversión en unos 900 millones, cada uno, lo que significa que no habrá para atender nada, menos la pandemia. Por favor, ¡dejen los presupuestos del año pasado mientras se revisa el Sisben y el Censo; dejen quieto el Fonpet, porque eso es de los municipios! Más bien, lo que deberían considerar es un cambio necesario en el equipo económico de su gobierno”, puntualizan y exigen los alcaldes.
Que el gobierno cumpla lo que dice y se vean los recursos
“Suponemos Sr. Presidente que ustedes debe ser responsables con lo que dicen; cuando anuncien una ayuda, por favor cumplan. Los alcaldes quedamos como ladrones, porque todos los que hayan visto las alocuciones y videoconferencias del alto gobierno, están convencidos que no pueden estar diciendo mentiras. Por lo tanto, los señalados en las localidades somos nosotros los alcaldes. ¡No es posible que, todos los días conferencias y anuncios de recursos y no llega un solo peso!
“Ustedes anuncian 6 billones de pesos para la salud; a los municipios de quinta y sexta categoría no ha llegado un peso para un tabocas. Todos los municipios atraviesan tal situación que hoy no tienen con qué comprar un mejoral, mientras que las ESE están deterioradas, sin equipos, no tienen personal, no hay dotaciones, no hay medicamentos y dependen de los giros de las EPS que siempre hacen alguna trampa para no pagar, sabiendo que el gobierno central termina mirando para otro lado”. Sencillo, es lo que hoy se siente y se vive en los pequeños municipios de Boyacá y Colombia.
Sr. Presidente, cumpla la palabra empeñada
Cada punto de reclamo de los alcaldes de los municipios de quinta y sexta categoría de Boyacá, es un contundente argumento: “Sr. Presidente, Sra. Vicepresidenta, nosotros los alcaldes de los municipios más pobres y vulnerables de Boyacá exigimos que su gobierno no toque los recursos del Fonpet, que gire los recursos del SGP con la proyección que se traía hasta antes de los falsos resultados del Censo de 2018; que usted, Sr. Presidente, cumpla la palabra empeñada de que se adiciona la mesada prometida, que no es un adelanto; que se debe revisar la metodología para la entrega de los subsidios; que los criterios de formación del Sisben deben ser objetivos, porque de la noche a la mañana no se pueden volver “ricos” a quienes siguen siendo pobres; que el PAE, no puede volverse una carga adicional para las empobrecidas arcas del municipio, diciendo ahora que los costos de entrega en cada casa los deben pagar las alcaldías: no asumiremos más del 15% de lo acordado en los contratos iniciales. ¿De dónde vamos a sacar más recursos?
Necesitamos que en el menor tiempo posible se ajusten las cifras del censo: lo más crítico ahora es la manipulación del índice de necesidades básicas insatisfechas con el cual nos están quitando los recursos de SGP, porque según el Censo, este índice se redujo sustancialmente en la gran mayoría de los municipios, dando por sentado que ya se superaron los niveles de la pobreza, cuando todos sabemos que no es cierto, porque además la gente campesina no tiene ingresos fijos ni permanentes, lo cual se refleja en la falta de liquidez para su subsistencia. Insistimos, la diferencia entre el Censo y el Siben, en cuanto a número poblacional, es que el Sisben es real, corresponde a quienes habitan nuestros municipios, mientras que el Censo es una herramienta con graves falencias, empezando por su incapacidad de contar”.
Verdaderos estímulos al campo…
“¿Dónde está el Ministerio de Agricultura con los estímulos al agricultor de nuestras veredas para que produzca alimentos? ¿Dónde están las decisiones y los instrumentos para que se rebajen los costos de producción, ahora que el dólar está por las nueves y que la mayoría de los insumos tienen como materias primas, elementos importados?”, le preguntan los alcaldes al presidente Duque.
… y para la minería bien hecha y el aprovechamiento social de los recursos
“Sr. Presidente, usted prometió al final de su campaña, en el Centro de Convenciones de Paipa, que protegería la minería bien hecha. Pues bien, estamos haciendo todos los esfuerzos para lograrlo, estamos alcanzando la minería bien hecha para la extracción de carbones coquizables y térmicos, pero a cambio no recibimos nada: ¿dónde está la intervención social, dónde las regalías del carbón, del térmico y del coque? Entre Socha y Socotá, en la provincia de Valderrama, se están produciendo cada mes entre 80 y 100 mil toneladas del mineral, y sin embargo, lo que nos corresponde por regalías no lo vemos, mientras perdemos la autonomía territorial, al tiempo que las comunidades nos reclaman, y como no hay con qué, ‘todo es culpa de alcalde’.
Debe leer:
>“Los mineros de subsistencia, estamos en la práctica viviendo de la caridad pública”
Cada vez menos autonomía, menos recursos y más responsabilidades. Socotá no tiene un hospital, Valderrama no tiene un relleno sanitario, no hay morgue no hay planta de beneficio. E igual pasa con las demás provincias del Departamento. La de Occidente sigue exportando las gemas más valiosas del mundo y su comercio se dice que crece todos los años, pero tampoco los alcaldes de estos municipios recibimos los recursos que recompensen a sus pobladores con mejores posibilidades de bienestar; en el Valle de Tenza, la Represa de Chivor genera más de 250 mil millones de peso anuales de utilidades netas y, sin embargo, no hay hospitales, no hay un relleno sanitario, no hay carreteras pavimentadas, no hay estímulo a la producción. Y qué decir de la provincia de la Libertad, que es la ruta Libertadora, donde todo indica que serán otros 200 años de olvido”.
Alcaldes desprotegidos
Vuelto el flagelo del conflicto a algunas zonas del país, el departamento de Boyacá no es ajeno a esta situación, así que un grupo importante de alcaldes hoy denuncia los riesgos que pueden correr frente al fenómeno de Orden Público, y así lo describen en la carta al presidente Duque.
“Somos los alcaldes de las más apartadas poblaciones los que estamos otra vez expuestos a las perturbaciones del orden público que regresan a muchos territorios. Por eso necesitamos de la protección y la seguridad. En esta situación estamos muchos de los alcaldes de las Provincias de Valderrama, Norte, Gutiérrez y la Libertad”.
Además que las poblaciones alejadas también son más vulnerables a la hora de atender “las calamidades que cada día se hacen más difíciles. Nuestros pequeños municipios no cuentan con organismos de socorro, no hay bomberos, ni cruz roja; prometen arriba y no llega nada a los pueblos”, rematan los alcaldes en su misiva.
Que no se embolate la plata del Bicentenario
Brevemente los alcaldes hacen referencia a este tema, pero de manera contundente: “También le recordamos a su gobierno el compromiso previamente adquirido con los recursos del Bicentenario, que no pueden ser ignorados para la ejecución de las obras ya escogidas. De esta deuda no nos olvidamos; los recursos prometidos deben ser respetados aparte”.
Advertencia final
Lo que está pasando presagia circunstancias inéditas, por eso los alcaldes de Boyacá, advierten al gobierno del presidente Duque: “Sr. Presidente, Sra. Vicepresidenta, con la ayuda de Dios estamos seguros que superaremos estos aciagos días de la pandemia, y una vez lo logremos, tengan la plena seguridad que si nuestras peticiones no son atendidas y nuestros derechos respetados, los alcaldes de las pequeñas localidades de Boyacá (muchos de nosotros apoyamos su elección porque creímos en sus propuestas), encabezaremos a los de Colombia entera para marchar a la Plaza de Bolívar de Bogotá para exigir el trato digno que merecen los habitantes de nuestras localidades, que son los más necesitados. ¡Ustedes saben que hemos sido los boyacenses los que hemos encabezado los grandes movimientos sociales de los últimos años!
Esta situación es una realidad que viven la mayor parte de los municipios del Departamento. El centralismo no solo se presenta desde el nivel nacional, sino también regionalmente. En los últimos 20 años, el gobierno departamental ha destinado gran parte de los recursos a la ejecución de obras que solo benefician a la ciudad de Tunja, sin un impacto en los demás municipios, como el viaducto, el estadio de futbol, el festival internacional de la cultura, la biblioteca departamental, el terminal de transportes, entre otros, que en algunos casos habrían podido ser financiados con el aporte de inversionistas privados. Los diferentes gobernadores y diputados que han pasado en este tiempo, han ignorado que más del 60% de la población boyacense vive en los 120 municipios de menor tamaño. Incluso las ciudades de Duitama y Sogamoso, carecen de una oferta de servicios en salud y educación superior. Específicamente, en el tema de salud, como ejemplo, el Hospital Regional de Duitama, tiene el tamaño y presta servicios para un municipio de 50 mil habitantes, cuando su cobertura real abarca una población de 250 a 300 mil personas, incluidas las provincias de Tundama, Gutierrez, Valderrama y Norte. Respecto al tema del CENSO, hay serios reparos en la mayor parte de municipios del país. Como señalan los alcaldes, las transferencias de recursos del nivel central tienen como principal factor de cálculo el tamaño poblacional, por lo que las cifras entregadas implican una reducción de la mayor fuente de ingresos de los municipios más pobres del país. Finalmente, no existen a nivel nacional y departamental políticas claras en materia de empleo, apoyo al aparato productivo y dotación de infraestructura, para amplias regiones del país. El problema sanitario, con la pandemia del coronavirus, ha mostrado en toda su crudeza la baja calidad del empleo, principalmente informal y de subsistencia, que no garantiza un ingreso presente y futuro para la sobrevivencia de gran parte la población del país. El modelo económico ha estado enfocado a brindar las mejores condiciones para la reproducción de los grandes capitales. Esto ha hecho de Colombia uno de los países con los mayores niveles de inequidad en el mundo, medido en términos del índice Gini.
Nota: El centralismo no solo es evidente en la administración pública, sino que también abarca el manejo de la información. Los noticiares nacionales dedican gran parte de su contenido a temas locales de la capital de la República, ignorando la tragedia, malestar y dificultades que atraviesan las ciudades intermedias y centros urbanos de menor tamaño, situación que se agrava en la actual coyuntura que viven el país y el mundo. Ojala el mandatario departamental y los alcaldes de las tres principales ciudades del departamento actúen solidariamente frente a los justos reclamos de los municipios más apartados de nuestra región.
Claro están preocupados porque de donde van a sacar ellos su participación. Sinvergüenzas! Oicatá con ese presupuesto y no hacen absolutamente nada…el municipio avanza gracias a particulares, pero por parte del gobierno municipal no se ve una sola obra en décadas.
Boyacá con mucho respeto, gracias a sus mayorías contribuyo al gran movimiento social de los últimos años y eligió a Ivan Duque Presidente, ahora, tendrá que iniciar un gran movimiento social como los que se ufana de haber realizado, para revocar el mandato, porque no les llegara nada de lo prometido y será peor la grave crisis, por la calamidad publica.
Jesús Fernando. Ojalá tenga eco sus ideas. Boyacá en general siempre ha sido la Cenicienta del país.
Los ciudadanos apoyamos a los Alcaldes, y eso que falta investigar sobre a quiènes les están estregando las ayudas. Total apoyo a nuestros Alcaldes.
paisanos este es el momento de dejar de polarizar y politiquear a quie nbta nos estamos dando cuenta que están buscando estabilizar al gobierno e iniciar una guerra económica.
gracias y miren la historia hace 10 años.
Buenas tardes, desde la oficina de tecnologia y comunicaciones hacemos por favor el llamado de revisar el pie de pagina de la fotografia del actual alcalde del municipio de Oicatá… ya que dice «Franky Ariel Foncesa…» y ddicha información eestá errada. El actual Alcalde es el Ing. Fredy Alexander Garzón Rojas, pedimos amablemente cambiarla para evitar confusiones, muchas gracias.
BOYACÁ debe ser una República independencia, los mandatarios centrales solo la ven para explotarlo engañar ,sin adjudicarse las regalías.
[…] carta enviada por los mandatarios locales de los municipios de quinta y sexta categoría del departamento al presidente Duque, expresa entre […]
Total apoyo a los Alcaldes, la radiografia que han expuesto es la realidad de los municipios.Se anuncia a través de los medios muchas ayudas, muchos discurso a diario y a la región no llegan las ayudas y sin embargo la corrupción campea en las entidades del orden nacional, como la desviación de los recursos de Finangro mas conocido ahora como la etapa dos del Aroingreso Segruo AIS.