En entrevista exclusiva, Alejandro Castañeda, Presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas Generadoras, ANDEG, habló con el director de EL DIARIO, Pedro Mendieta, sobre el impacto que causaría en la sociedad colombiana el impuesto al carbón, y dio a conocer cuáles son las consideraciones que mostraron al Ministerio de Hacienda acerca de reevaluar dicho impuesto a un elemento fundamental para la generación eléctrica en el país.
En el departamento de Boyacá hay una de las instalaciones más importantes de generación térmica a carbón que son las cuatro Unidades de Termopaipa, un seguro de la firmeza del sistema eléctrico nacional. De ahí la importancia sobre lo que debería ser un desarrollo auténtico del sector termoeléctrico, el cual debió darse en las pasadas décadas.
Con la anunciada reforma tributaria donde está a punto de presentarse el incremento notorio de los impuestos al carbón, los cuales presentan como indirectos, llamándolos impuesto al carbono dados los compromisos internacionales que ha firmado Colombia sobre la baja de emisiones en el mediano y largo plazo; sin embargo, esto tendría graves repercusiones. Por esto, todos los sectores industrial y de generación están preocupados porque puede impactar negativamente en la competitividad de productos manufacturados y en la tarifa al usuario final en el costo del kilovatio de energía.
Pedro Mendieta: ¿Para ANDEG, cuál es el análisis de la reforma tributaria con los nuevos impuestos al carbón?
Alejandro Castañeda: Entendemos las razones que tiene el Gobierno para implementar esto debido a los Acuerdos de París y demás, la carbono neutralidad… Pero, es que eso en el sector eléctrico, que es un sector relativamente limpio, no tiene sentido.
Se han planteado muchas alternativas del lado nuestro. Primero miremos si el servicio público domiciliario de energía eléctrica puede no estar dentro del esquema. Pensemos en mirar si efectivamente no se grava el carbón, sigámoslo manteniéndolo como está.
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Desde el punto de vista ambiental, el carbón no es uno de los grandes elementos de emisión de CO2 dentro de la matriz de emisiones que tiene Colombia. Los grandes sectores que emiten, o, generan complicaciones desde el punto de vista de CO2, es el sector agrícola por la deforestación, principal causa nuestra como país; luego, está la industria que utiliza todo tipo de combustibles, y, el sector eléctrico solamente participa entre un 5% y 7% de las emisiones totales«.
Este es un insumo también para la industria y gravarlo no tiene mucho sentido, a los que usan carbón termina siendo un doble efecto desde el punto de vista de tributación por comprar carbón y comprar energía eléctrica.
Pedro Mendieta: La gran mayoría de voces están en contra del proceso. Hay un clima completo en contra del impuesto. ¿Qué mensaje puede dejar para Boyacá, cómo sería desde la base gremial, la base de los trabajadores y desde la vocería política?
Alejandro Castañeda: En un comienzo, al no haber estado el carbón dentro del impuesto del año 2016, los productores del carbón no se percataron del tema, creyeron que eso lo terminaría pagando el consumidor; pero, si el consumidor asume esa carga, obviamente pues va a cambiar la forma de cómo va a consumir carbón, significa que va a dejar de consumir carbón. Va a ver un efecto desde el punto de vista de producción porque va a tender a disminuir.
El mensaje que nosotros le dejamos al Gobierno es, el problema no es el combustible, el problema es la emisión. Yo tengo mucho combustible en el país, el carbón es uno de los que mayores años de reservas tiene en el país, yo no puedo cerrar el interruptor y decir ‘a partir de mañana no puedo producir más carbón’, pues estaríamos sacrificando un crecimiento.
No tienen que gravar el carbón, sino gravar la emisión. Si yo tengo un combustible suficientemente limpio que me disminuye las emisiones de CO2, como lo plantea el Ministerio de Hacienda, me da lo mismo si emito 10, o, emito 20, porque ya la tabla está establecida en el Proyecto de ley del 2017; entonces, si yo hago o no, un proceso muy bueno para emitir menos CO2, no me importa porque me están cobrando la entrada.
Lo que le dijimos al Ministerio de Hacienda fue, ojo con eso porque está mal diseñado el impuesto, y puede generarle el efecto contrario: si a mí me están diciendo que puedo conseguir un carbón con mayor cantidad de azufre, pero más barato como comprador, pues yo lo compro, porque en la compra ya me están cobrando el tributo.
Otro tema que le hemos dicho es que un impuesto de este tipo, hasta que no tenga todo en sitio desde el punto de vista de energías renovables, sería un golpe para la competitividad del sector eléctrico. Entonces, déjelo de una vez escrito, pero diga que se aplica (el impuesto) hasta cuando tenga al menos 10% de la matriz de energía eléctrica con energías renovables; hoy tenemos menos del 1% de energías renovables dentro de la matriz.
No saco nada con decir ‘no saco más carbón en Boyacá’ y, ¿qué hago con la gente que tengo, con los trabajadores? Más o menos, como lo tiene estimado Fenalcarbón, es que tanto en Boyacá, Cundinamarca y Norte de Santander, son unos 120 mil empleos; y, pues eso sería castigar a un sector importante. Nos toca es adaptarnos y no correr.
Está bien que el país se haya comprometido con hacer carbono neutro, pero si no logramos tener una transición organizada, podemos autosacrificar nuestro crecimiento por unas medidas que no son muy costo eficientes.