La recién elegida senadora por la lista de la decencia, la boyacense Aida Avella, en su reciente visita a Tunja ha dicho que una de sus primeras iniciativas legislativas será la presentación de proyectos de ley que reformen actividades que hoy dan mucho dinero que pasa de los bolsillos del público a los particulares, como sucede, dice ella, con las notarías, las curadurías y las cámaras de comercio.
Llegó la hora de modificar esos regímenes para que los dineros que se recauden por estas instancias se conviertan en fondos para la financiación de un sistema pensional especial para los más necesitados, ya que no es admisible que por las calles de pueblos y ciudades se tenga que ver a numerosas personas de la tercera edad pidiendo limosna para sobrevivir, asegura la dirigente.
Advierte que no es posible que un solo notario se embolsille cintos de millones de pesos cada mes para su beneficio particular, o que lo mismo hagan los curadores urbanos que se han convertido en recaudadores de grandes cantidades de dinero de los usuarios que demandan sus servicios, igualmente para sus bolsillos.
En cuanto a las cámaras de comercio, la senadora piensa que no es posible que todo el dinero que estas instituciones recaudan se convierta en la fuente de recursos de un grupo reducido de personas que se transforman en directivos vitalicios y que muy poco hacen por el sector que representan.
La senadora aseguró además que otro de los debates iniciales que propondrá a partir del 20 de julio próximo es el del manejo de los dineros de los peajes en el país. Aquí hay otra vena rota, dice la senadora, que considera que estos recursos se los están quedando un reducido grupo de privilegiados, mientras las carreteras secundarias y terciarias, que son las que llegan a las poblaciones y veredas siguen como trochas intransitables.
También considera que hay que hacer un debate a fondo sobre el manejo de los recursos de la alimentación escolar que se convirtió en botín de unos pocos funcionarios y contratistas que terminan robándose la plata a costa del hambre de los escolares, lo cual lo considera un crimen inaceptable.
La senadora sogamoseña, que recorrió en los últimos días el departamento, del mismo modo lamentó el abandono en el que se encuentra el campo boyacense: “en kilómetros de recorrido no se ve una mata de maíz, ya no hay cultivos para producir los alimentos de los habitantes, el abandono y la pobreza campean”, señala la dirigente. Sobre esto hay que trabajar para cambiar esta realidad que también está íntimamente ligada con la protección del medio ambiente, otra de sus grandes preocupaciones.
En cuanto a su ciudad, Sogamoso, dice la senadora que hará todo lo posible por ayudar a su comunidad para proteger los parques de la ciudad, seguir trabajando por mejorar las condiciones ambientales en cuanto a la descontaminación del aire, el rescate de áreas intervenidas por las explotaciones de arenas y arcillas para los chircales, la construcción de las plantas de tratamiento de aguas residuales para rescatar el río Chicamocha, lo mismo que la recuperación del patrimonio cultural, cuyo estandarte es el Museo del Sol, uno de los lugares más valiosos del patrimonio de la ciudad, según su criterio.
