Adiós al niño que jugando a ser emperador destruyó al país de los dos mares

Foto: Carlo Fidel Gómez
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Por | Manuel Humberto Restrepo Domínguez

El fracasado gobierno del niño emperador es sellado con media docena de masacres, la última emerge como una síntesis trágica del genocidio fascista en el país del niño emperador que mientras disparaban cantaba vallenatos en una despedida a su desgobierno: 2 indígenas, tres excombatientes, una lideresa social embrazada, los responsables: hombres vestidos de camuflado, con armas largas, en una zona milimétricamente militarizada.

Al tiempo en otro lugar francotiradores asesinaban a dos policías y caían como presuntos responsables otros dos policías y un exalcalde. En la masacre mediática del mes 54 presos fueron quemados vivos en una cárcel.

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Un poco antes ocurrió el magnicidio del presidente de Haití por militares mercenarios colombianos y unos “poderosos capos” de la mafia fueron extraditados de manera express para evitar sus aterradoras “confesiones sobre las conexiones de la mafia con el partido en el poder”. Colateralmente entregó miles de contratos apenas en horas cuando supo que su partido se iba del poder, se frenaba el proyecto fascista y el saldría de palacio por la puerta lateral.

Algunos medios señalaron que la madre del presidente influenciaba la entrega de recursos del estado y que sus viajes eran de derroche. La migración bien vendida afuera es miserable adentro y 2 millones de jóvenes apenas comen una vez al día y mueren lentamente habitando calles, puentes y cambuches.

La extensa página de genocidio, riesgo de extinción de la tercera parte de los pueblos indígenas, las cuentas en impunidad de cientos de lideres sociales asesinados en su gobierno, con el record de un líder ambiental asesinado cada 5 días y un firmante de paz cada 4 días, la salud pública semidestruida, universidades desfinanciadas, una economía “inflada con asteroides” y engañosa, desempleo galopante e informalidad creciente, un clan de amigos de élite tipo mafia hurgando para saquear hasta el último bien del estado y apoderarse de notarias, consulados, juntas directivas, contratos.

Vendrá bien que, curado del síndrome de niño emperador, ojalá pronto alguna corte de justicia imparcial, lo invite a comparecer para que hable y diga como lo hicieron los nazis en Nuremberg que si Hitler (AUV) resultó no ser bueno para los intereses de Alemania (Colombia), ellos (él) no lo sabían nada en aquel momento; pero, que sí hubiera ganado la guerra y construido una patria fascista y poderosa entonces ellos (él) hubieran dicho que era el líder deseable para la nación.

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